martes, 27 de julio de 2010

Los economistas siguen sin comprender la crisis


Oswaldo de Rivero

La más grande critica que está recibiendo la ciencia económica en los Estados Unidos y Europa, después del Crash del 2008, no es por su fracaso en predecir la crisis sino por su fracaso en proveer una nueva guía útil a los gobiernos para salir de ella.
Se puede decir que hoy el debate para salir del estancamiento económico, en los Estados Unidos y Europa, sigue anclado entre dos vetustas escuelas del pensamiento económico, cuyos enfoques son más ideológicos que científicos. De un lado, el pensamiento de John Maynard Keynes, haciendo intervenir al Estado para estimular la demanda con expansión monetaria y fiscal. Del otro, el pensamiento de Friedrich von Hayek, contra la intervención del Estado, planteando restricción monetaria y austeridad fiscal.
Es tan pobre el debate entre los economistas en estos países que sólo consiste en repetir lo que dijeron hace muchos años estos dos famosos economista fallecidos. Al hacerlo, ha abierto de nuevo el trillado debate ideológico, que no lleva nada, sobre si el Estado debe o no intervenir.
Esta incapacidad de la llamada ciencia económica para enfrentar la crisis con fórmulas creativas ha alarmado a los académicos de las más importantes Universidades y Bussiness Schools de Estados Unidos y Europa, quienes se han lanzado a revisar la economía. Sobre todo, a repensar el sector financiero, que fue el que produjo la crisis y que es hoy el sector predominante de la economía en los países desarrollados.
La verdad es que ni las antiguas teorías de Keynes o Hayek, ni los nuevos enfoques sobre las finanzas que surjan de esta revisión académica, nos sacaran de esta crisis global. Simplemente porque la actual crisis, no es sola económica, sino una compleja crisis de civilización.
En efecto, hoy, el mundo tiene muchas culturas pero una sola civilización, la civilización urbana planetaria que, en mayor o menor grado, se expande por todos los países. Esta civilización urbana ha hecho crisis porque es incapaz de resolver dos problemas fundamentales para su viabilidad. Primero, no puede sustituir su energía fósil contaminante que está recalentando peligrosamente el planeta; y segundo, tampoco puede cambiar sus patrones de consumo que lo depredan y lo convierten en un basurero.
Gran parte de los economistas no comprenden que la actual crisis que aflige al mundo, no es sólo una grandiosa crisis económica, sino una crisis de civilización, la de un estilo de vida urbano, consumista ecológicamente insostenible que vomita CO2 y que ha sido financiado por un riesgoso capitalismo de casino con crédito irresponsable y enormes deudas privadas y públicas.
Si los gobiernos reactivan la economía global, reactivarán la crisis de civilización, se recalentará más la Tierra. Hoy para saber guiar al mundo a salir de la crisis es necesario el componente ecológico. Los economistas, que hoy revisan la teoría económica, deberían por eso también pensar en la realidad física del planeta. Si lo hacen, se dará cuenta que el PBI crece pero el planeta no.
La Primera
27-07-10

martes, 20 de julio de 2010

EL LADO OSCURO
DE SAN MARCOS


Nota de los editores.- En pleno proceso de edición del artículo que a continuación les entregamos se ha conocido la decisión del Comité Electoral de San Marcos de anular la elección de Humberto Campodónico como decano de la Facultad de Ciencias Económicas. La vigencia del artículo está descontada.

Alberto Mosquera Moquillaza


Lo dijo un renombrado profesor sanmarquino que está esperando, al igual que Humberto Campodónico, la ratificación rectoral como autoridad recientemente elegida: existe un lado oscuro en San Marcos donde interactúan autoridades de diferente nivel, quienes obsesionados por afianzar su poder están boicoteando esas validaciones, exponiendo a las Facultades a la desestabilización y al caos administrativo, como está ocurriendo en la Facultad de Ciencias Económicas; o trayéndose abajo las elecciones, como ha ocurrido en la Facultad de Ciencias Sociales, donde el Comité Electoral ha anulado la elección del decano y la del director de la Unidad de Postgrado.

Un comunicado de la Facultad de Educación, suscrito por el decano y el director de la Unidad de Postgrado, publicado el pasado domingo 11 de julio en los principales diarios de la capital, ratifica esa aseveración. (1) En dicho documento se da a conocer la existencia de una pugna “por el control de la Asamblea Universitaria” que involucra – según se afirma en el documento-al propio Comité Electoral, cuya inacción de los últimos días estaría relacionada con el interés de ese lado oscuro por impedir la elección de la representación estudiantil ante la Escuela de Postgrado, con el fin de que la conformación de su Comité Directivo se haga sin estudiantes.Ese Comité Directivo debe elegir al director de dicha Escuela, que en uso de su derecho deberá formar parte de la Asamblea Universitaria que elegirá al nuevo Rector.

En espacios donde la correlación de fuerzas no está definida, como sucede en la Asamblea Universitaria, un voto para uno u otro sector, en este caso del director de la Escuela de Postgrado, resulta crucial,

Desde esa perspectiva, siendo los decanos miembros de la Asamblea Universitaria, las fuerzas de ese lado oscuro pretenden controlar al mayor número de ellos, particularmente aquellos que no son capaces de pensar con cabeza propia, para asegurar sus posiciones de poder y dirimir a su favor la pugna por el rectorado de la Universidad, aunque tengan que violentar la ley, el estatuto de la Universidad y el propio reglamento electoral. En este marco, donde las reciprocidades propias de la politiquería criolla están en el orden del día, Campodónico resulta un hueso duro de roer por su pensamiento crítico y principista, por lo que no resulta extraña la oposición a que se ratifique su elección como decano, aunque resulte patética la argumentación de sus opositores.

Veamos el caso. El MDD, que en la Facultad representa ese lado oscuro, ha lanzado la consigna: ¡No a la elección de decano con 5 profesores y 3 alumnos! Aparentemente es justa, pero realmente dicha elección es impecablemente legal. Primero, porque la norma explicita que después de dos sesiones frustradas por falta de quórum, la tercera se realiza con los asistentes, sean docentes o estudiantes porque la ley no hace distingos. La sesión del 2 de julio, donde se eligió a Campodónico como decano, contó con 12 asistentes, 7 estudiantes y 5 profesores. Segundo, la elección se realizó teniendo en cuenta la ley universitaria en lo que refiere representación estudiantil, sólo votaron 3 estudiantes para que la proporción, un tercio, no sea mayor al de los electores docentes, 5. Y tercero, la elección se efectuó porque ese era el mandato recibido a través de la resolución rectoral que nominó a Campodónico como decano encargado, antes de ser electo.

Lo que el MDD obvia es que si se llegó a esa situación – de acuerdo a lo reglamentado-de realizar la sesión del Consejo con los que llegaran a la sesión del 2 de julio es porque sus consejeros, desde la primera citación efectuada el 31 de mayo por el todavía decano Víctor Giudice, han boicoteado sistemáticamente las sesiones, ante la imposibilidad de ser mayoría (sólo cuentan con 8 votos) y de elegir al decano de su preferencia. En otras palabras, el MDD es minoría en el Consejo de Facultad y en el juego de mayorías y minorías propias de una democracia, estas últimas tienen que aceptar su rol de segundo orden, sean docentes o estudiantes, y buscar eso sí que el desempeño de la mayoría sea lo suficientemente tolerante como para llevar la fiesta en paz. Resulta por ello antidemocrático jugar al boicot para tratar de imponer, siendo minoría, criterios o decisiones que a través del voto no lo pueden hacer.(2)

Es más, un decano, en una sesión formalmente instalada puede ser elegido, o solamente por los docentes, como ocurrió años atrás con la elección de los profesores Hugo Lezama y Jorge Osorio, o por un voto mayoritariamente estudiantil, como fue la elección en el año 2007 del profesor Giudice, por quien votaron 7 estudiantes y 4 docentes. Esas elecciones fueron impecables, como lo ha sido la elección de Campodónico porque las sesiones se instalaron de acuerdo a ley, con el quórum correspondiente, en tanto que las elecciones del decano y del director de la Unidad de Postgrado se efectuaron respetando lo reglamentado.

La controversia como vemos no tiene un trasfondo legal, es política, pero política tal y como lo entiende ese lado oscuro, donde conceptos como democracia, legalidad, ética, se van llenando de acuerdo con sus intereses particulares. Se pretende así que el Comité Electoral busque la sinrazón en la elección de Campodónico para invalidarla, como lo ha hecho con la elección del decano en Ciencias Sociales, para forzar otra elección con candidatos “consensuales”. Para esta democracia envilecida no valen los votos ni las reglas de juego establecidas por ley, lo que importa son los arreglos por arriba, al margen de la decisión de los votantes.

¿Cómo contrarrestar esa antidemocracia? La pelea es de largo aliento, va más allá de lo ocurra en tal o cual Facultad, aunque en cada una de ellas deben sentarse las bases de lo que debe constituirse en un gran movimiento democrático por construir una Universidad que mire al futuro poniéndose al servicio – desde su propio quehacer académico- de las mejores causas de nuestro país. Las fuerzas sanas de San Marcos, verdaderamente comprometidas con la democracia universitaria deben en primer lugar sumar voluntades, poniendo por delante los puntos programáticos que los unan; y en segundo lugar, apoyándose en aquellas nuevas formas democráticas que van surgiendo en la lucha contra la antidemocracia – caso de las consultas estudiantiles- pasar a ganar la conciencia y la voluntad de las masas docentes, estudiantiles y de los propios trabajadores administrativos.
¿Excluye esa opción la lucha legal? No, la presupone. En la defensa de la institucionalidad y de la democracia universitaria esas fuerzas deben convertirse en los primeros abanderados de la normatividad vigente, denunciando todas y cada una de sus transgresiones, debiendo estar dispuestos - como está ocurriendo en algunas Facultades - a recurrir a instancias legales extrauniversitarias para impedir el avance de la antidemocracia.
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1. La propia representación estudiantil en un aviso publicado el 18 de julio, dio a conocer su "profunda preocupación por la existencia de indicios según los cuales se podría estar pretendiendo elegir al nuevo Director de la Escuela de Post Grado sin la participación de estudiantes, contraviniendo lo establecido por el Estatuto de nuestra Universidad"
2.- Contra Campodónico, además se esgrimen dos observaciones. La primera que es Ingeniero, como si en el pasado el Ingeniero Fausto Vinces Vélez no hubiera sido decano de la Facultad de Ciencias Económicas; y la segunda, que su grado de Magister no está revalidado. En este caso, se oculta que ese grado, de acuerdo a lo establecido por el artículo 318 del Estatuto de la Universidad está revalidado por San Marcos, que sobre el particular expidió la R.R. 00261-CR-97, del 20 de enero de 1997.

lunes, 12 de julio de 2010


DOS PROPUESTAS
PARA SAN MARCOS

Rodrigo Montoya

Sendero Luminoso (SL) usó una vez más los patios de San Marcos para anunciar que participará en las elecciones del próximo año con las banderas de amnistía para Abimael Guzmán y reconciliación general que supondría también la libertad de Alberto Fujimori y todos los presos. Ninguno de sus voceros dijo una sílaba sobre su renuncia a la lucha armada, pero su intención electoral confirma su fracaso militar y es también una confesión de su derrota política. Si como anuncian entran en el terreno electoral emprenderán una aventura en la que tendrán que lidiar contra su propio pasado.
En las dos últimas semanas se ha escrito mucho sobre SL y San Marcos. Por su lado, el Congreso aprovechó de la oportunidad para aprobar un viejo proyecto de ley universitaria con la sorpresa de algunos cambios que el presidente García tarda en aceptar, enmendar o rechazar. En el caso preciso de San Marcos hace falta una reforma de la que no se habla. ¿Tenemos los profesores formación para administrar una enorme institución de 30,000 alumnos, 3 mil profesores y otro tanto o más de empleados? Me atrevo a responder no. Consecuencia de esta carencia es la improvisación de jefes y su inevitable empobrecimiento académico. Hay excepciones, sin duda, pero lo que cuenta es la norma. La solución es crear dentro de la propia Universidad una subespecialidad de administración universitaria, dejando a los profesores su dedicación exclusivamente a asuntos académicos. Que la economía y la administración vayan por un lado y el trabajo académico y de proyección social, por otro.
Hay dos vergüenzas de las que tampoco se habla: de los rectores y jefes de la Universidad que pagan una dieta a los estudiantes delegados y de éstos que cobran por asistir a reuniones, como si fueran regidores del municipio de Lima. Se trata de una práctica perversa relativamente nueva y no sé si está legalmente fundada. Si queremos que San Marcos resuelva sus problemas, una decisión inmediata debe ser cortar de raíz esta fuente de corrupción. La participación de los delegados estudiantiles es para aprobar o desaprobar lo que el Rector y su consejo proponen y para presentar algunas iniciativas propias. ¿No es la dieta estudiantil, en los hechos, un medio de compra y venta de votos? ¿De dónde salió esta nueva práctica de beneficencia social? He oído varias veces, dentro y fuera de los claustros, que en San Marcos se comprarían votos con lap tops. Si fuera cierto, los responsables de esos delitos debieran ser juzgados y expulsados de la Universidad. Si no fuera cierto, se trataría de un malvado rumor.
Corresponde a los propios estudiantes de base y a los profesores no comprometidos con esas prácticas inmorales exigir la anulación de esas dietas. Tenemos el deber de defender el espacio de la moral y la ética en San Marcos y en el país. ¿Qué se puede esperar de delegados estudiantiles que cobran dietas?

La Primera
10-07-10

jueves, 8 de julio de 2010

¿CAMBIO
O CONTINUIDAD?


Manuel Burga


La modificatoria de la actual ley universitaria, que podría reemplazar 11 de sus artículos más importantes, que aún espera que el Presidente la promulgue o la observe, ha producido el milagro de resucitar el debate sobre el futuro de la universidad peruana.

Unos piden que la promulgue, otros –mayoritariamente autoridades– que la observe. Ambos, así lo expresan públicamente, apuestan por el desarrollo de la universidad peruana. Los primeros apoyando el cambio y los segundos, aunque parezca paradójico, la continuidad. El presidente de la ANR, máxima autoridad universitaria, casi ha sentenciado al decir que este cambio improvisado produciría más politización e inestabilidad.

Muchos no saben que los once artículos de esta modificatoria van más allá de la elección de autoridades a través de la “votación universal, obligatoria, directa, secreta y pacífica” y hasta podrían cambiar la naturaleza y las dimensiones de los órganos de gobierno, a través de una mengua del poder político de los decanos, que desaparecen de la Asamblea, donde antes elegían Rector, y se reduce su presencia en el Consejo Universitario, pero aparecen investidos de más poder en los Consejos de Facultad. Lo que convertiría a los órganos de gobierno más en instancias de gestión institucional, que en escenarios de componendas y negociación.

Estas instancias se vuelven también más pequeñas, más ejecutivas, con una Asamblea de 36 miembros, un Consejo de 12 y un Consejo de Facultad de 9, incluso más pequeños que en las buenas universidades públicas chilenas y brasileñas.

El voto universal, por otro lado, ya es práctica corriente en la universidad española. En Chile, desde 1981, los profesores principales y asociados eligen a sus autoridades a través del voto universal y muy frecuentemente recurren a una segunda vuelta para dirimir la mayoría necesaria. En la UNAM de México, en cambio, un Consejo de Gobierno compuesto de 15 académicos elige a sus autoridades. Ambas universidades aparecen en el ranking de las 500 mejores universidades del mundo. La ausencia de estudiantes en la elección de autoridades no anula el poder de sus organizaciones. Basta recordar la paralización de la UNAM durante 10 meses en 1999 que terminó con la renuncia del rector Francisco Barnés, algo que nunca ocurre en nuestro país.

Las modalidades de elección de autoridades son parte de las tradiciones políticas de cada país, están muy enraizadas y son definitivamente muy difíciles de cambiar. Esta modificatoria, por eso, trata de profundizar y adecentar la democracia universitaria, no de hacer un nuevo “Córdoba tardío”, sino de proponer una manera para superar la prebenda y el clientelismo. Tampoco creo que el voto universal lleve a una mayor politización. Probablemente exija, eso sí, que los candidatos tengan méritos académicos y presenten y defiendan sus propuestas públicamente dentro de sus instituciones. ¿Esto podría desestabilizar a las universidades?

¿Podría venir un aventurero con ofrecimientos populistas, en la pública o privada? Esto ocurrió en San Marcos el 2006, con el sistema actual, cuando el candidato Luis Izquierdo ofreció la gratuidad irrestricta, el comedor y la residencia universitaria, algo que ha conducido lógicamente a la crisis y al desgobierno.

Tampoco hay improvisación, ni es simplemente una respuesta apurada ante la inopinada presencia de SL en una universidad en crisis. Desde los años 1990 se habla de una nueva ley universitaria y desde el 2001 incluso de una Segunda Reforma con voto universal. El Congreso de la República, en noviembre del 2005, atendiendo un pedido de la FENDUP, suprimió la reelección de autoridades para debilitar la fuerza de los operadores y clientelas. Por lo tanto, no estamos ante una improvisación sino ante una disyuntiva decisiva, ¿cambio o continuidad? El Presidente sabrá identificar el buen sentido de la historia.
La República
08-07-10