jueves, 29 de abril de 2010

HABLAN LOS
PROFESORES

Pedro Barrientos:


Isaac, esta es una excelente propuesta. Esperamos que los que lleguen al gobierno de la facultad al menos intenten realizarla. Considerando que eres parte de una lista que está postulando es conveniente que presenten su programa de gobierno haciendolo público a los profesores (los electores) como una señal de respeto hacia nosotros mismos y que sirva de elemento de análisis en la toma de decisión final. Recomiendo que por el momento se concentren en esta parte. La comparación de los programas es un elemento interesante para algunos, ya que otros ya tomaron su decisión final.
Saludos,
Pedro

Isaac Ospino
(Respetando la redacción)


Profesores.
Cumplo con reenviarles el documento en el cual manifestamos nuestro parecer sobre las proximas elecciones, a la cual se han adherido otros docentes, asi como esperamos se sumen otros.
Shalom
YSA
Elección de autoridades en la Facultad de Ciencias Económicas

En pocas semanas los docentes sanmarquinos acudiremos a las urnas para elegir a los miembros de los Consejos de Facultad, Consejo Universitario y Asamblea Universitaria. Los Consejos de Facultad tienen como primera función la de elegir a los decanos correspondientes. En nuestra Facultad tal evento requiere una necesaria reflexión sobre varios aspectos encaminados a la búsqueda de un compromiso institucional alejado del personalismo y la corrupción para mejorar la gestión académica y administrativa, promover la investigación y potenciar la Proyección Social y especialmente el desarrollo institucional. En consecuencia planteamos a los docentes lo siguiente:

1. Reivindicar la democracia en el gobierno de la Facultad adoptando una visión más amplia, que vaya mucho más allá del ejercicio de votar cada tres años. Hagamos del proceso electoral un espacio para el debate público entre los candidatos a Decano de la Facultad de Ciencias Económicas. La trascendencia de las elecciones dependerá en gran medida del debate público previo. Las elecciones, en medio del silencio revelan viejos métodos que resultan insuficientes para la buena marcha de la Facultad.

Invocamos a un mayor compromiso con la Democracia. Urge crear espacios de reflexión y debate para escuchar y dejarnos oír. Superar la presión que se ejerce sobre los votantes, el tradicional canje de votos por cargos administrativos y la formación de listas sin considerar las cualidades necesarias que se requieren para gobernar la Facultad. Igualmente, superar la censura y la intolerancia.

2. Construir institucionalidad que haga predecible la gestión y garantice el desarrollo de la Facultad. En este punto, nos parece pertinente establecer Políticas de Facultad entendidas como los grandes lineamientos –marco de gestión institucional, que orienten las acciones de gobierno. Es lamentable constatar el rumbo errático de la gestión y el aprovechamiento. La elaboración y ejecución de un Plan Estratégico debe constituirse en una buena herramienta para fortalecer la institucionalidad. El Plan Estratégico hay que entenderlo como un proceso de participación de todos los actores sociales de la Facultad., en la determinación de los problemas y de las acciones para superarlos. Es decir, Plan Estratégico debe ser la plasmación de un ejercicio democrático más no burocrático.

3. Recuperar la autonomía del Consejo de Facultad para gobernar y dejar de ser un ente intrascendente. Particularmente, su función fiscalizadora de las instancias académicas y administrativas en la Facultad debe ser efectiva. A nuestro juicio, esta tarea pasa, entre otras acciones, por romper la práctica perniciosa sustentada en la relación miembros del Consejo de Facultad y cargos administrativos. ¿Cuántos miembros del Consejo son o fueron a la vez funcionarios de la Facultad? ¿Qué motivaciones tienen estos para fiscalizar su gestión? Tales consejeros no pueden, de manera imparcial, fiscalizar su propia labor. Lamentablemente, la autonomía del Consejo está afectada por el vetusto hábito de canje de votos por cargos y la consiguiente ausencia de motivación de fiscalización.

4. Instaurar la práctica de la rendición de cuentas en la Facultad como un ejercicio periódico, mediante el cual el decano, los funcionarios y los consejeros informan sobre la gestión que están realizando. Este mecanismo permitirá legitimar la representación de los consejeros y autoridades y consentirá ejercer a los actores de la Facultad su derecho a participar activamente. Estamos persuadidos que la rendición de cuentas contribuirá a la generación de confianza que tanta falta hace. Desterremos el “secretismo” que limita el desarrollo institucional. Igualmente, la rendición de cuentas nos permitirá apreciar la responsabilidad y la transparencia con que los funcionarios ejercen sus atribuciones.

5. Desarrollar evaluaciones de la gestión de la Facultad como una práctica institucionalizada. Para lo cual es preciso enfatizar dos puntos: i) no basta con observar el efecto final de la gestión -evaluación de resultados- sino también los procesos que llevan a esos resultados. Particularmente, la libertad de la que disfrutaron los docentes, como: autonomía, autoestima, participación, derechos, entre otros; ii) en el caso de los ejercicios de evaluación que vienen ensayando algunos distinguidos docentes, tememos que se está confundiendo resultados con recursos: es absolutamente insuficiente evaluar la gestión de la Facultad desde la disponibilidad de computadoras, multimedia, pizarras, libros, etc. dejando en un lugar secundario la formación de estudiantes y la cualificación de docentes en el proceso de generación de conocimientos que contribuyan al desarrollo del país.

6. Finalmente, extendemos nuestros abrazos fraternos a todos nuestros colegas por el aniversario de la creación de la Facultad y por el Día del Economista, a la vez que les invocamos bregar por el consenso para construir institucionalidad.


Ciudad Universitaria, 12 de abril del 2010.

Adolfo Medrano, Javier Espinoza, Jorge Paz, Luis Reyes, Ysacc Ospino, Rogelio Macines, César Díaz, Hugo Rojas, Cornelio Ticse, siguen otros..

Isaac Ospino
(Respetando la redacción)

Colegas


Sin mayores comentarios a lo manifestado por los señores colegas de Estrade, su animo de poder les hace perder la gordura y las buenas costumbres llevandolos al comentario "picon".
Por otro lado se agradece a los profesores que nos vienen haciendo llegar sus propuestas positivas, constructivas de integracion, las mismas que se haran llegar al consejo de facultad con el nombre de sus autores.
Shalom
YSAAC,J.J.M
AMAZONÍA CONFRONTA
AL NEOLIBERALISMO

Stefano Varese
Servindi

A mediados del mes de octubre del año pasado escribí un texto corto sobre los trágico hechos de Bagua y sobre la continua lucha de los pueblos indígenas de la Amazonía y del Perú en defensa de sus tierras, sus recursos y su derecho a la vida. El ensayo fue recogido por Servindi [http://www.servindi.org/] y recibió más difusión de la que yo esperaba, algunas voces de apoyo y también algunos insultos que llegaron directamente a mi correo electrónico universitario. Hace pocos días la editorial Línea Andina me solicitó una contribución adicional a un libro colectivo que están preparando AIDESEP y CONACAMI. Acepto con gusto y humildad la invitación y me siento honrado de poder expresar una cuantas ideas que puedan fomentar el entendimiento entre todos los peruanos, la justicia social, la equidad cultural y la coexistencia pacífica y creativa de todas las expresiones histórico-culturales del país.
El pillaje neoliberal

El gran geógrafo inglés David Harvey ha afirmado que en esta etapa tardía del capitalismo neoliberal y global el proceso de acumulación del capital toma una nueva forma que él denomina “accumulation by dispossession”, es decir acumulación por despojo o acumulación por pillaje. La acumulación por despojo es el motor del neoliberalismo que aspira a mercantilizar todos los elementos de la naturaleza y del mundo e incluso del universo: todos los recursos, tierras, aguas, aire, animales, plantas, minerales, paisajes y sobre todo la gente pueden y deben ser mercantilizados. Es decir, tienen un precio y el capital los puede tomar (no solamente comprarlos) y disponer de ellos para su propio beneficio y ganancia.

Incluso el trastorno –o colapso- de Wall Street puede entenderse como el resultado intencional de la “acumulación por despojo”. Los enganches financieros e hipotecarios aparentemente baratos y finalmente impagables fueron ofrecidos al proletariado doméstico de los Estados Unidos con el pleno conocimiento de los banqueros y prestamistas de que los compradores iban a fallar en sus pagos (por el alevoso aumento astronómico de las tasas de interés) con lo que la institución financiera se podía reapropiar de las casas y también de los primeros meses de pagos hipotecarios de las víctimas de este pillaje. Las trampas financieras y “legales” de estos robos a mano armada del neoliberalismo, en el caso de los Estados Unidos, son invisibilizadas por los aparatos mediáticos que forman parte de los conglomerados financieros y bancarios siempre más monopólicos y en asociación con el gobierno federal de los EEUU. El público general tiene grandes dificultades en entender qué es lo que exactamente ha ocurrido y por qué repentinamente el sistema financiero y de crédito deja de funcionar.

Ocasionalmente, sin embargo, hasta la autocensura de los medios de comunicación en un descuido deja escapar algunos datos de los horrores de este sistema económico y social. En el New York Times del 11 de octubre de 2009 aparece la noticia de que numerosos cadáveres de familiares muertos son abandonados en la morgue y en los hospitales porque la gente no tiene dinero para pagar el entierro o la cremación. Sospecho que ni siquiera en los peores momentos de la Edad Media europea se llegó a estos extremos de miseria y desolación. La muerte de un ser querido se convierte en mercancía para la agencia funeraria (privada) y para el cementerio (casi siempre en subcontrato de la ciudad con agencias privadas). Aquí la acumulación por despojo se quita toda máscara de dignidad hipócrita y anuncia en spots televisivos perfectamente filmados que es indispensable que todo individuo de la tercera edad empiece a pagar en cómodas cuotas mensuales su propio entierro.

He dedicado algunas líneas a comentar estas manifestaciones del neoliberalismo en los mismos EE.UU. porque es a partir de este modelo socioeconómico, de este paradigma ideológico que se nos impone cotidianamente por los medios como salvación que hay que descifrar, analizar, criticar y eventualmente derrotar en sus interpretaciones políticas y empresariales a las élites peruanas en su adopción servil del modelo y en su implementación autoritaria del mismo.
El genocidio enmascarado

Unos de los éxitos más obvios del colonialismo europeo y estadounidense impuesto a los pueblos indígenas de todo el continente desde el siglo XVI, fue la construcción de un discurso ideológico generalizado que logró enmascarar a los ojos del mundo y de la historia el verdadero holocausto de los pueblos originarios de las Américas. Durante los primeros cien años de ocupación militar española el 95 por ciento de los indígenas de América desapareció. La guerra convencional y bacteriológica sumada a la guerra ambiental o ecológica lograron exterminar a los millones de pueblos indígenas que por milenios habían prosperado en el continente y construído sofisticadas y complejas formas de civilización. Los estudios recientes de demografía histórica empiezan a iluminar este período horroroso de la expansión europea y el costo verdadero que la humanidad indígena tuvo que pagar para el crecimiento desmedido de España, Europa y posteriormente Estados Unidos.

Ningún texto de historia y muy pocas escuelas de pensamiento social convencional han llamado a estas masacres masivas de hombres, mujeres, niños y ancianos por su verdadero nombre: genocidio. Si los más de 90 millones de muertos causados por la Segunda Guerra Mundial merecen el trágico nombre de genocidio y los 6 o más millones de judíos aniquilados por el nazismo se recuerdan como víctimas inocentes del holocausto, nada comparable ha sido recordado, escrito, conmemorado para los 300 o más millones de pueblos indios que murieron para enriquecer a las monarquías europeas y a las oligarquías coloniales y neocoloniales. El reiterado silencio de las intelectualidades nacionales sobre este doloroso y sangriento comienzo de la vida de Occidente en América marca la sucesiva sistemática alienación de las sociedades nacionales ante los propios pueblos indígenas que lograron sobrevivir y coexistir con los nuevos amos.

Hacia mediados de los años de 1960 la antropología francesa introdujo el término "etnocidio" para significar las políticas y prácticas de agresión y violencia de los Estados y el sector privado hacia los pueblos indígenas. Los barí de Colombia, cazados como animales por los colonos mestizos, se volvieron el emblema de esta nueva tipología del neocolonialismo. A los barí les siguieron las revelaciones sobre el etnocidio de los guayakí de Paraguay, los ñambikwara de Brasil y otros centenares de grupos indígenas de los que ni siquiera se conocía la existencia afuera de los círculos de la antropología. Lo absurdo de todo este movimiento inicial de la “antropología de rescate” es que no interesaba tanto la vida de los indígenas como el registro y documentación de sus culturas y lenguas en peligro de extinción. No era suficiente que pueblos indígenas enteros fueran diezmados o exterminados para que las comunidades nacionales, los gobiernos y los académicos llamaran las cosas por su verdadero nombre: estábamos asistiendo pasivamente al genocidio de pueblos enteros.

Cualquier diccionario define al genocidio como “la destrucción deliberada y sistemática de un grupo étnico-cultural, político o religioso”. Cómo y con qué métodos se lleve a cabo la destrucción de un grupo humano y cuán numeroso el grupo tiene que ser, no constituyen obstáculos para tipificar el hecho como genocidio. Los pocos centenares de ñambikwara, o los miles de witoto del Amazonas que fueron exterminados por los caucheros peruanos a finales del siglo XIX son tan víctimas de genocidio como los 800.000 tutsi y hutus de Rwanda o los millones de armenios victimados por el Estado turco-otomano.

En 1971 un grupo de antropólogos latinoamericanos se reunió en la isla caribeña de Barbados para debatir la situación de los pueblos indígenas de las tierras bajas de Centro y Sudamérica. La Declaración de Barbados I sobre la violencia sistemática, el despojo y las agresiones armadas a las que los pueblos indígenas estaban sometidos causó algunas reacciones entre los misioneros y los antropólogos y prácticamente ninguna respuesta de los gobiernos latinoamericanos que siguieron ignorando la situación de etno/genocidio que se daba al interior de sus países. Un solo gobierno respondió con rapidez al desafío de estas denuncias. La dictadura militar de Uruguay requisó inmediatamente todos los ejemplares del libro de Barbados I –publicado en español precisamente por una editorial uruguaya- y en la mejor tradición nazi-fascista los mandó a quemar. Se salvó la edición en inglés porque se publicó en Suiza. ¿Cómo interpretar este celo de los censores militares uruguayos? Creo que sin ni siquiera saberlo las dictaduras militares de Sudamérica que desembocaron en Pinochet asumieron para sí el rol de guardianes de la historia oficial de Occidente. Del Occidente cristiano y civilizado, cuyas expresiones más altas de civilización son que ha sabido asimilar e integrar (o eliminar) a los pueblos originarios del continente que vivían en la barbarie y en la oscuridad.

Nadie en nuestros países, y especialmente en Perú, quiere admitir que hay una corriente subterránea permanente de políticas sistemáticas de genocidio de los pueblos indígenas. En 1967 yo mismo denuncié en la revista Amaru (Nº 3, julio-septiembre) que el gobierno de Fernando Belaúnde Terry había mandado aviones de la FAP a bombardear con bombas incendiarias al pueblo matsés del alto Yaquerana. Para llevar adelante esta acción civilizadora el gobierno “democrático” de Belaúnde pidió ayuda a la International Petroleum Company para que sus ingenieros y técnicos estadounidenses enseñaran a los militares peruanos cómo construir bombas incendiarias. Las populares bombas Napalm que los EEUU estaban usando masivamente en Vietnam. Los bombardeos fueron ejecutados por la FAP con la ayuda logística de helicópteros de los EEUU especialmente traidos desde Panamá.

¿Cómo llamar este evento? ¿Con qué hipócritas metáforas esconder esta barbarie? ¿Qué más necesita hacer un gobierno, un Estado nacional y sus empresarios a los pueblos indígenas del Amazonas para que la acusación de genocidio entre a formar parte del léxico legal internacional y los gobiernos culpables de esta políticas sean responsabilizados?

La suma de estas políticas escandalosas de etno/genocidio llegó a repercutir tanto en la opinión pública europea que en 1981 la fundación Bertrand Russell convocó al IV Tribunal Internacional Bertrand Russell sobre los Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas. El Tribunal y su jurado internacional reunidos en Rotterdam (Holanda) escucharon y revisaron una muestra de más de mil casos de formas deliberadas y sistemáticas de etno/genocidio cometidos contra de los pueblos indígenas de América por los gobiernos y las empresas privadas. La condena moral del Tribunal Russell si bien no causó molestia alguna a los gobiernos por lo menos sirvió para ampliar la conciencia en un sector ilustrado de la opinión pública latinoamericana y fue capitalizada por algunas de las organizaciones indígenas y sus miembros.

Sin embargo la fuerza ideológica y mediática de los sucesivos gobiernos, el apoyo que reciben del poder imperial, tanto en armamentos como en sustentos ideológicos, logran mantener invisibles a las varias modalidades de agresiones y violencias sistemáticas en contra de los pueblos y comunidades indígenas. Desde las matanzas a cargo de la policía y el ejército que ocurren en la selva central en los años 1964-65, luego en el Madre de Dios, pasando por las masacres del senderismo/tupamarismo y del ejército en la década trágica para desembocar en los miles de refugiados ashanínka, nomatsiguenga y otros pueblos amazónicos obligados a abandonar sus territorios y exilarse en la pobreza más absoluta, la historia reciente de la Amazonía manifiesta de manera inequívoca e irrebatible la estructura política genocida del Estado peruano en relación con los pueblos indígenas de la selva. Hay una sola excepción a esta estructura política genocida, y como excepción confirma precisamente la norma, se trata del período de pocos años de la revolución velasquista que ofreció respiro político y legalidad a los pueblos y organizaciones indígenas de la Amazonía para su adecuación a las nuevas embestidas del mercado neoliberal.
Economía política del genocidio

Cabe preguntarse ¿Por qué el velasquismo fue una excepción? ¿Cómo explicarse que aun dentro del marco “revolucionario” y popular del velasquismo la expansión a fierro y fuego en pueblos y tierras amazónicas disminuyó e incluso hubo logros en la consolidación de medidas legislativas de apoyo a los reclamos territoriales indígenas? La explicación de esta aparente contradicción hay que buscarla en el desfase estructural de la economía peruana de las décadas de los 60 y 70 en relación con las reformas de la economía liberal que se estaban produciendo en los EEUU e Inglaterra y que culminaron con la consolidación de la Escuela de Economía de Chicago que dio nuevo impulso a la economía neoclásica con el nombre y el programa del neoliberalismo.

En síntesis, esta nueva versión de la economía burguesa proponía la no intervención del gobierno y el Estado en el mercado –éste se ajusta por sí solo a los vaivenes de la producción-circulación-consumo-; el rol tradicional del Estado como regulador de las disfuncionalidades y desigualdades socioeconómicas tiene que ser eliminado; no más estado de bienestar social, sino dejar que la ley de la competencia y eficiencia se convierta en el ente regulador del mercado. Margaret Thatcher en Inglaterra y Ronald Reagan en EEUU fueron los abanderados de esta versión radicalizada –y hasta extremista- de la economía liberal. El Perú de los 70 pasó impunemente por estas reformas neoliberales mientras en Chile la dictadura militar las implementó a punta de bayoneta, desaparecidos y torturas logrando efectivamente enriquecer de manera vergonzosa a su oligarquía y empobrecer a trabajadores, campesinos y mapuches que fueron desposeídos de todos sus recursos. En el Perú del velasquismo, en cambio, una parte importante de la dirigencia política y una pequeña cúpula militar creía –aun sin decirlo demasiado en voz alta- en la ruta de una socialdemocracia adaptada a las necesidades del país y sus pueblos. Y sobre todo en un Estado con poderes reguladores y una ética de justicia social. Como se sabe, a partir del golpe de Morales Bermúdez el evangelio neoliberal volvió a tomar el control del Estado y de los gobiernos sin lograr del todo la cancelación total de las reformas estructurales que había establecido el velasquismo.
Acumulación por despojo y etno/genocidio

¿Qué tiene que ver todo esto con los pueblos indígenas de la Amazonía? Es aquí donde hay que retomar la propuesta analítica de David Harvey y su tesis de que en esta fase del capitalismo neoliberal global el proceso de acumulación del capital se da a partir del despojo o del pillaje de recursos, fuerza de trabajo y hasta dinero que están todavía bajo relativo control de algunas clases, grupos o, como en el caso de la Amazonía, de las nacionalidades/etnias indígenas. La misma historia de la expansión nacional de las fronteras agroforestales y ahora minero/petroleras explica por qué el despojo se tiene que dar en los territorios de los pueblos indígenas. ¿Adónde más puede el capital hacer pillaje y saqueo? ¿Adónde están todavía los bosques, las aguas, la riqueza biótica, los minerales, y desafortunadamente el petróleo sino en la Amazonía indígena? Este Perú de los territorios indígenas, que el Perú oficial, el Perú de la oligarquía en el poder, el Perú de las corporaciones transnacionales, de los mal llamados acuerdos o tratados de libre comercio considera como “colonias internas” que se pueden invadir, ocupar militarmente, someter, conquistar, saquear. No nos olvidemos que fue Belaúnde quien acuñó la frase digna de Pizarro: “La conquista del Perú por los peruanos” y que ahora este concepto de imperialismo barato ha sufrido la metamorfosis del “perro del hortelano” en un alarde presidencial de “profundo análisis histórico social”.

Hay necesidad de disfrazar el despojo y las consiguientes muertes por inanición de los pueblos saqueados con un aparataje legalista que pueda ser digerido por la opinión pública urbana y por las entidades financieras multilaterales. En esto la postdemocracia peruana ha avanzado mucho a partir de las enseñanzas y de las prácticas políticas de los EEUU. Todo robo, todo saqueo, toda ocupación territorial, toda incautación de bienes y finalmente toda violencia armada tiene que estar respaldada por una o más leyes. No hace falta remontarse a Marx para darse cuenta de que las leyes –incluso las que aprueban a carpetazo los congresistas diligentemente elegidos por el pueblo- constituyen simplemente el plan programático para ejecutar el robo con una apariencia de civilización. Es decir, que es importante para los gobernantes del neoliberalismo guardar un cierto estilo de conducta pública que los distancie de los narcotraficantes y del estereotipo del dictador de las república bananeras. Sin embargo los resultados son los mismos: los pueblos indígenas son depredados de tierras que han ocupado por milenios y recursos con los que han convivido de manera productiva y reproductiva desde tiempos inmemoriales. ¿Quiénes han domesticado la totalidad de las plantas comestibles y de uso de la Amazonía andina y de la selva baja? ¿Quiénes han creado y recreado el paisaje civilizado del bosque amazónico que durante milenios fue capaz de sustentar la vida de millones –no miles, sino millones- de personas? No fueron ciertamente los europeos ni los ciudadanos criollos de la republica oligárquica decimonónica y contemporánea expertos sólo en la devastación del bosque, en la depredación de los animales, en la contaminación de las aguas y en el ultraje permanente de los pueblos amazónicos.

La acumulación por despojo está siendo impuesta por el gobierno de Alan García y demás agentes de la oligarquía financiero-empresarial como modo económico extractivo dominante en la Amazonía. Las víctimas de este antiguo y renovado sistema de rapiña no son solamente los pueblos indígenas, los ribereños y los colonos pobres, sino toda la densa red de relaciones biótico-sociales que permiten la renovación de los recursos y enriquecen el paisaje en su diversidad productiva y su capacidad regenerativa. Al final de este modo criminal de extracción y acumulación sólo quedan desiertos, sabanas improductivas, pueblos enteros desaparecidos o demasiado debilitados para reconstituirse como agentes de su propia historia. Incluso una lectura superficial de la historia biótico-cultural de la Amazonía nos da los claros indicios de que éstos serán los resultados finales del saqueo. La trágica ironía de estas empresas de la economía liberal-burguesa es que la acumulación escandalosa de riqueza en pocas manos nacionales y transnacionales termina esfumándose en un mundo financiero y bancario especulativo fundamentalmente corrupto que reinvierte de manera incestuosa las ganancias en su propia reproducción de clase sin dejar que nada de esta riqueza se redistribuya ni siquiera parcialmente hacia abajo, hacia los pueblos saqueados o hacia proyectos productivos con objetivos morales de justicia social.
¿Qué hacer?

Desde los años 70 los pueblos indígenas de la Amazonía -las comunidades nativas- han irrumpido de manera incontenible en el escenario social, político y cultural nacional. Los pueblos indígenas de la Amazonía han entrado de lleno al Perú adormecido y embaucado por el consumismo de baratijas, por la desesperanza, por el desengaño cíclico de los partidos, y por la inequívoca certeza de que el sistema todo es corrupto e irremplazable. Los pueblos indígenas amazónicos organizados son un testimonio permanente de que ellos también son parte del Perú martirizado por los horrores de la amarga, mentecata e inútil década de violencia. Creo que la gran y monumental enseñanza que los pueblos indígenas de la Amazonía nos están dando es que se organizan y reorganizan, prescinden de los partidos, no se dejan seducir por ideologías y prácticas políticas generadas al exterior de sus trayectorias histórico-culturales y menos se han dejado embaucar por la retórica del desarrollismo y modernización que durante varias décadas han sido el disfraz del proyecto del capitalismo global.
Mientras la clase obrera está siendo dividida y desarticulada por un modelo de producción industrial (e incluso minera) fragmentado que obstaculiza las formas tradicionales de lucha sindical; mientras el desempleo y subempleo urbano aumentan vertiginosamente; y mientras el campesinado indígena y mestizo ha sido arrinconado a modalidades productivas poco rentables en un mercado competitivo de desventaja frente a las agroindustrias de alta tecnología y concentración de capital; los pueblos indígenas de la Amazonía, en cambio, han logrado mantener un cierto grado de autonomía y desvinculación del mercado capitalista apoyándose en la reconstitución y reforzamiento de sus economías sociales (las economías mixtas de subsistencia).

Es obvio que la pobreza sigue subsistiendo y que se acentúa en aquellas regiones donde la pérdida de recursos y la destrucción ambiental ponen a la comunidad en la disyuntiva de vender su fuerza de trabajo a las empresas extractivas o migrar de manera circular a otras zonas. Pero es así mismo claro que las comunidades nativas en gran parte han sabido evitar la disolución de la entidad étnico/comunal por abandono y desidia tendiendo a reconstituirse social y culturalmente incluso en condiciones muy desfavorables. Es el caso de las comunidades asháninkas del Ene martirizadas, deportadas y desplazadas por el senderismo y el ejército en una guerra de aniquilación étnica implementada con igual crueldad e idiotez por los dos bandos. Es imposible no ver en el caso de la espantosa violencia en contra de los asháninka del Ene la intención genocida de esas dos versiones fundamentalistas de un mismo proyecto nacionalista de “asimilación por exterminio”. Y a pesar de todo los asháninka viven, crecen, se adaptan, se organizan y nos dan lecciones de esperanzas.

No hay fórmulas políticas ni recetas culturales para compartir con los pueblos indígenas que se enfrentan a renovadas formas de opresión y violencia de Estado, a las políticas genocidas ocultas debajo de la retórica de la modernización y el desarrollo. Y si las hubiera serían fruto de la misma experiencia histórica de cada pueblo oprimido. Nosotros (yo) somos testigos, la mayoría de las veces lejanos y ausentes, que compartimos los sufrimientos y la rabia de los pueblos amazónicos e intentamos desenmarañar los engaños, las trampas, y el proyecto delincuente de esta vieja y nueva empresa colonialista llamada desarrollo y modernidad. La resistencia de los indígenas a la opresión y al exterminio sutil o abierto organizado por el Estado y sus amos nacionales o transnacionales tiene una larga historia que se remonta al siglo XVI. Poco hay que enseñarles a los awajún, por ejemplo, que ya en el siglo XVII expulsaron a los españoles de sus territorios o a los asháninka que cerraron las entradas a la selva central a los españoles y peruanos desde 1742 hasta 1848. Qué se le puede ofrecer en el campo de la organización etno-política a los yanesha que empezaron a organizarse para le defensa de sus tierras en 1967. Lo único que nosotros (yo) en solidaridad les ofrecería es el relato de sus historias de autonomía y resistencia, el compendio de siglos de oposición a ser sometidos, la memoria profunda de sus proyectos sociales y culturales utópicos que algunos de nosotros, fuereños indiscretos, llegamos a vislumbrar y comprender al calor de su hospitalidad.
Stéfano Varese es Antropólogo, catedrático en el Departamento de Estudios Indígenas (Native American Studies) en la Universidad de California, Davis.

Por qué y cómo debemos combatir el plagio


En la campaña contra el plagio en la que está empeñada, la Universidad Católica del Perú, a través de su Vicerectorado Académico preparó el documento que publicamos a continuación por considerarlo de importancia para nuestro trabajo académico.
1. Descripción de plagio

Todos debemos evitar y combatir el plagio, porque es equivalente a negarnos a
pensar por nosotros mismos; porque esa es una actitud que retrasa el progreso del
conocimiento de la Humanidad; porque, con ello, se niega la esencia misma del
trabajo universitario; y porque es profundamente inmoral.

Puede haber distintas definiciones de plagio. Desde el punto de vista del trabajo
universitario, podemos definirlo así: el plagio consiste en hacer pasar como
nuestras ideas o textos que pensaron otros y que nos fueron transmitidos por ellos,
bien por escrito, bien oralmente o por algún otro mecanismo de comunicación. El
plagio se consuma en dos circunstancias: cuando usamos las ideas textuales de
otro y no las colocamos entre comillas o cuando no damos a quien nos lee o nos
escucha la indicación suficiente como para que sepa de qué autor, libro, documento
o circunstancia fue tomada la idea ajena.

Para ser completamente claros: se plagia cuando una idea textual de otro es
reproducida por nosotros sin ponerla entre comillas o sin hacer la referencia al lugar
o circunstancia de la cual fue extraída. Son, por tanto, dos requisitos cuando se
trata de una idea textualmente utilizada. Basta que falte uno de ellos (las comillas o
la referencia) para que se produzca el plagio.

Si hemos tomado las ideas de otro, pero no las citamos textualmente (por ejemplo,
porque hacemos un resumen o porque solo usamos su forma de pensar), no
debemos utilizar comillas, pero sí debemos hacer siempre la referencia. Si no
actuamos así, se consuma el plagio.

Hay que poner comillas y hacer referencias cada vez que usamos ideas de otra
persona. Si, en un trabajo, usamos las ideas de alguien más de una vez, tenemos
que hacer la referencia en cada oportunidad y debemos poner comillas en cada cita
textual.

Se comete plagio en el trabajo universitario no solo cuando se toma como propias
ideas escritas de otros. También es plagio tomar como propias ideas dichas
verbalmente por otros (en una conferencia o una clase, por ejemplo) sin hacer
referencia a dicha circunstancia.

También se comete plagio cuando, en una exposición oral, usamos ideas de otro y
no lo decimos. En ese caso, no habrá que hacer una referencia detallada, pero,
cuando menos, será preciso decir el nombre del autor de quien hemos oído o leído
la idea.

El plagio también incluye las ideas expresadas gráficamente (fotografías, películas,
cuadros, caricaturas) o en obras escultóricas o en obras musicales. Siempre que
usamos una idea de otro como nuestra, cometeremos plagio.
El plagio no depende de las intenciones del que toma ideas de otro, sino de un
hecho objetivo: se puede plagiar, aunque no se quiera hacerlo. Se puede plagiar,
simplemente, por tener poca atención o poco cuidado.

Cada vez se ven más casos en los que los alumnos mandan hacer el
mecanografiado de los trabajos en lugares en los que se ofrece ese servicio. El
alumno debe saber que es responsable de lo que se haya escrito en nombre de él.
Por tanto, es altamente recomendable que sean los propios alumnos quienes hagan
la versión final o, en todo caso, que revisen cuidadosamente los trabajos cuyo
mecanografiado hayan encargado.

2. Razones por las que el plagio es condenable y, en consecuencia, es
sancionado por la Universidad

Existen, esencialmente, cuatro razones para condenar el plagio en el campo
específico del trabajo universitario, que es aquel del cual tratamos aquí.
La primera consiste en que el plagio es equivalente a negarnos a pensar. En efecto,
cuando hacemos un trabajo escrito o una exposición oral y utilizamos como propias
las ideas de otros, estamos utilizando lo que otros pensaron para no tener que
pensar nosotros mismos. La Universidad es un recinto académico dentro del cual la
tarea principal es pensar. Si plagiamos, negamos el trabajo fundamental que
debemos hacer. Estamos haciendo algo contradictorio con la esencia de la
Universidad y estamos degradando la calidad que buscan los demás profesores y
alumnos. En otras palabras, estamos traicionando el esfuerzo de la comunidad
universitaria como un todo.

La segunda consiste en lo siguiente: si cuando plagio no pienso, retraso el progreso
del conocimiento de la Humanidad, porque, a pesar de que tengo la posibilidad de
hacer un trabajo creativo en la Universidad (oportunidad que pocos tienen en la
vida), no cumplo con esa responsabilidad.

Desde luego, podemos suponer que sería una presunción soberbia de nuestra parte
creer que nuestras ideas harán avanzar a la Humanidad. Pero ese no es el enfoque
correcto. Lo que debemos tener en cuenta es que, si la vida nos dio la oportunidad
de ser universitarios, entonces, tenemos el deber correspondiente de hacer nuestro
mayor esfuerzo de pensar en beneficio de la Humanidad, logremos grandes
resultados o no. Es un deber y tenemos que exigírnoslo.

En tercer lugar, hay que tener en cuenta que la verdadera razón de ser de una
Universidad es pensar para hacer progresar el conocimiento. Esta es una
responsabilidad de profesores y estudiantes. Si plagiamos para no hacer el esfuerzo
de pensar, estamos negándonos a hacer el trabajo propio de la Universidad y, como
esta somos las personas que la conformamos, en realidad, la estamos haciendo
menos buena de lo que debe ser.

Finalmente, un aspecto fundamental es considerar que, en el plagio, hay un
comportamiento contrario a la ética, tanto porque incumplimos el deber de trabajar
como universitarios como porque, al tomar las ideas de otros y hacerlas pasar por
nuestras, se las estamos robando. El plagio, según esto, es una forma de hurto.
Conlleva intención de mentir, de ocultar, de fingir. Ningún plagio es excusable,
permitido o tolerable. Lo ético es cumplir bien nuestros deberes y reconocer a cada
uno lo que es suyo, especialmente si es su creación. Al mismo tiempo, al presentar
un trabajo ajeno como propio, estamos distorsionando la evaluación que
corresponde hacer a los profesores.
3. Cómo debemos citar

En el cómo citar, hay dos aspectos diferentes: cómo trato la cita en el texto de mi
trabajo y cómo hago la referencia a la fuente de la cual obtuve la idea.
3.1. Cómo tratar la cita en el texto
Cada vez que uso un texto con ideas elaboradas por otra persona, lo debo
encerrar en comillas, no importando cuán extenso sea.
No es ético cambiar las palabras del texto de otro para hacerlo pasar como
mío. Son tan importantes las ideas que expresó el autor como las palabras
que utilizó. Siempre que se pueda, hay que citar el texto de la otra
persona entre comillas. A esto se llama cita textual.
A veces, sin embargo, puede parecernos útil hacer el resumen de cómo
trata un tema entero un determinado autor o podemos usar su método de
desarrollo de las ideas, un procedimiento especial de pensamiento o una
fórmula inventada por otro.
En ese caso, no tiene sentido hacer una inmensa cita textual. A veces,
inclusive, ello no será posible.
En estas circunstancias, estaremos haciendo lo que se denomina una cita
ideográfica. Deberemos hacer mención a que estamos tomando ideas de
otra persona y que tal uso se extiende en las páginas en que ello ocurra:
puede ser media página o todo un capítulo. En definitiva, debemos decir la
verdad sobre el uso de las ideas ajenas con la mejor descripción posible de
su extensión.
3.2. La referencia a la fuente
Tanto al realizar citas textuales como al hacer citas ideográficas, debemos
hacer una referencia a la fuente de la que las ideas fueron extraídas: un
libro, un artículo de revista, un documento, una página de Internet, una
conversación, etc.
El verdadero secreto para hacer una referencia a la fuente de manera que
se evite el plagio es tratar de que quien nos lea pueda llegar a la fuente
que utilizamos mediante la descripción que le hagamos de ella.
Para citar un libro o una revista, hay modelos clásicos de fichas de
referencia que pueden ser utilizados (nos referimos a ellos a continuación).
Sin embargo, cuando citamos un documento, nada sustituirá nuestro
ingenio para describirlo y, para ello, deberemos consignar las
características que mejor puedan identificarlo: el papel, las letras, la fecha,
las firmas, los sellos o las primeras palabras de su texto cuando no hay
autor o título.
La cita de un libro debe ser hecha con los siguientes contenidos mínimos:
• Nombre y apellidos del autor
• Titulo de la obra
• Pie de imprenta que contiene el lugar donde el libro fue producido
(normalmente, una ciudad), la fecha de la edición y el nombre del
editor o, a falta de este, el de la imprenta en la que se imprimió el
trabajo. Normalmente, en un libro, encontramos todos estos
elementos con rapidez. Si no los hay (a veces ocurre), debemos
consignar en la referencia cuáles faltan.
Si se trata de un artículo de revista:
• Nombre y apellidos del autor
• Título del artículo
• Revista en la que se halla, para lo cual hay que indicar el nombre
de ella, quién la edita, lugar, fecha y número de edición. Si falta
alguno de estos elementos, hay que decirlo en la cita.
• Las ideas extraídas de Internet deben ser referidas con la dirección
correspondiente, la fecha de la cita (porque los contenidos de
Internet cambian con el tiempo) y, dado el caso, con el
procedimiento por seguir dentro del sitio de la web si es complicado
de realizar. Siempre que se pueda, se debe consignar el nombre del
autor, el título del documento citado y los elementos del pie de
imprenta que se hayan hecho explícitos en la publicación.
4. Bibliografía de referencia
Existen varias obras especializadas que tratan con detalle todo lo relativo a citas y
referencias. A continuación, se presenta una lista de ellas:
CARRILLO, Francisco.
Cómo hacer la tesis y el trabajo de investigación universitario.
Lima, Editorial Horizonte, 1988.
Código de la Biblioteca Central: LB 2395 C26 1988.
DEL BUSTO DUTHURBURU, José Antonio.
La tesis universitaria.
Lima, Librería Studium S.A., 1988.
Código de la Biblioteca Central: LB 2369 B96 1988.
HARVEY, Gordon.
Cómo se citan las fuentes.
España, Nuer Ediciones, 2001.
Código de la Biblioteca Central (tiene dos códigos): PE 1478 H22 HUM 111
H22
HERNÁNDEZ DÍAZ, Fabio.
Métodos y técnicas de estudio en la Universidad.
Colombia, McGraw-Hill, 1988 (también hay edición de 1993).
Código de la Biblioteca Central: LB 1049 H41
QUESADA HERRERA, José.
Redacción y presentación del trabajo intelectual.
Madrid, Paraninfo S.A., 1987.
Código de la Biblioteca Central: LB 2369 Q3
RAMOS NÚÑEZ, Carlos.
Cómo hacer una tesis de Derecho y no envejecer en el intento.
Lima, Gaceta Jurídica, 2002.
Código de la Biblioteca Central: 341.4 R21 2002
RODRÍGUEZ SOSA, Miguel A. RODRÍGUEZ RIVAS, Miguel A.
Teoría y diseño de la investigación científica.
Lima, Ediciones Atusparia, 1988.
Código de la Biblioteca Central: LB 2369 R74
TAPIA FERNÁNDEZ, Abel.
La investigación científica.
Arequipa, Universidad Católica de Santa María, 2000.
Código de la Biblioteca Central: no registrado.
ZUBIZARRETA, Armando F.
La aventura del trabajo intelectual.
México, Sistemas Técnicos de Edición S.A. de C.V., 1986.
Código de la Biblioteca Central (tiene dos códigos): LB 2395 Z86 1986
HUM 111 Z86
Puede consultarse también la Norma ISO 690 para referencias bibliográficas y la
Norma ISO 690-2 para referencias a documentos informáticos.

martes, 27 de abril de 2010

CAMBIO
O CONTINUISMO

Alberto Mosquera Moquillaza
Cuando ustedes reciban este e-mail, de seguro ya tendrán en sus manos las listas de candidatos docentes a la Asamblea Universitaria y Consejos de Facultad de la Universidad, publicadas oficialmente por el Comité Electoral. (http://www.unmsm.edu.pe/celectoral/). Observarán
en lo que se refiere a nuestra Facultad, que existen dos listas en carrera. Una, la del continuismo, en la que figuran los mismos colegas que hace 3 años, sin programa alguno, se aventuraron a dar vida a la actual Administración con los resultados ya conocidos; aupándose ellos mismos a la gestión al asumir diferentes cargos: miembros del Consejo de Facultad, CESEPI, Postgrado, Proyección Social, Comisiones diversas, etcétera, siendo por tanto responsables de la crisis actual aunque muy oportunistamente se resistan a admitirlo. Y la otra lista, la del cambio, la del giro de 180 grados en la visualización de lo que pasa en la Facultad y del cómo hacer para reposicionarnos en el mundo académico, intelectual y profesional.

ACADEMIA Y DESARROLLO es el nombre de esta última lista, que lleva en los primeros lugares a los profesores Humberto Campodónico Sánchez y Miguel Cruz Labrín, en las categorías de Principales y Asociados respectivamente; conglomerado profesoral que demuestra la posibilidad real de alcanzar consensos por encima de las diferencias, teniendo como norte fundamental la recuperación y progreso de la Facultad, y como ejes de gestión la cualificación del quehacer académico y la proyección al futuro, meridianamente establecidos en un Plan Estratégico que la actual administración nunca llegó ni siquiera a esbozar.

¿Qué es lo que propone el continuismo, que lleva como cabezas de listas a los profesores Orlando Haquehua e Isacc Ospino? Ni ellos mismos lo saben porque cualquier propuesta que hagan nos llevará inmediatamente a formularnos la siguiente pregunta: ¿ Si están en el poder desde hace 3 años, porque no la implementaron? Sin embargo, el colega Ospino, actual miembro del Consejo de Facultad, ex director de CESEPI y dirigente sindical de la Universidad - en cualquier lugar del mundo el dirigente gremial no pueder ser autoridad al mismo tiempo- nos acaba de enviar un mensaje que creemos nos es útil para sacar algunas conclusiones. El texto es el siguiente:

ES HORA DE SUMAR NO RESTAR, DE MULTIPLICAR NO DIVIDIR DE INTEGRAR NO DERIVAR.
Colegas.
Que tal, les pongo en conocimiento que por acuerdo de un grupo de profesores democraticos , estare encabezando una lista de asociados para las proximas elecciones al consejo de facultad, es en tal sentido que vengo convocando a determinados profesores ,para que me hagan llegar sus propuestas e inquitudes sobre tareas a desarrollar y cambio de rumbo de nuestra facultad. Estimo que los docentes deben si bien tener los meritos academicos , deben tambien a ver desarrollado la practica profesional sea en el sector publico o privado, de tal manera que podemos volcar en los alumnos un conocimiento interdisciplinario por estos dias indispensable. Es tal el caso espero me hagas llegar alguna propuestas dirigidas a un cambio de rumbo y hacer mas competitiva nuestra facultad, tanto en el campo academico de investigación como de proyeccion social. Espero tu respuesta y propuesta, que con tu nombre presentare y formara parte de mi plan de trabajo.
shalom

No le hemos agregado ni quitado nada. Los errores y horrores ortográficos que saltan a la vista, las transgresiones a la sintaxis y a la gramática española, son de entera responsabilidad de Ospino. Sobre el particular únicamente diremos lo siguiente: los especialistas suelen decir que la lengua la hacemos los hablantes, "ella se deja modelar y esculpir por todos nosotros: hagámoslo con cariño, y no a martillazos".

En lo que se refiere al tema que nos ocupa diremos que el profesor confunde democracia con democratismo. No se trata que los votantes le hagan el programa o el plan de trabajo al dirigente con la idea de participación total, "democrática"; el líder, - por eso es líder- que se supone mira más lejos y tiene una visión integral de los problemas, es el que siempre hace llegar un proyecto, una idea, una propuesta de conjunto. Las bases son las encargadas de enriquecerla, perfilarla, corregirla o si el caso lo impone, desecharla. El dirigente interactúa así con sus bases, democráticamente.

Finalmente diremos lo siguiente: en un texto anterior le pedí al colega Ospino que antes de entrar a la contienda electoral debería autocriticarse por ser también responsable del lamentable estado en que se encuentra la Facultad. No dijo nada sobre el particular y optó por desaparecer del ciberespacio; ahora, además de reitarle el pedido, le agrego lo siguiente: cuál es su programa colega, cuáles son sus ideas-fuerza. Pero por favor, no me plantee generalidades, buenas para San Marcos como para la Universidad de Pekín. Haga usted un intento de hacer "un análisis concreto de la situación concreta".

Ciudad Universitaria, 27 de abril de 2010

domingo, 25 de abril de 2010

LA CATÓLICA

Rocío Silva Santisteban


Mis estudios de pregrado los hice en dos universidades que eran mundos diferentes y contradictorios durante los duros años 80: la Universidad de Lima y la Universidad Nacional Mayor de San Marcos; en la primera estudié Derecho y Ciencias Políticas y en la segunda, Literatura. La Pontificia Universidad Católica fue para nosotros –los ajenos– un espacio distante pero grato, a donde personalmente asistía a los recitales de poesía en su casi inhumano Patio de Letras, en aquellas épocas que no tenía muros ni guachimanes en las puertas. Recuerdo las casetas de Ciencias Sociales y de Derecho (a secas) y los jardines y flores por todos lados, y cómo esperábamos sobre los pastos que terminen de recitar los otros poetas. También recuerdo haber asistido a alguna que otra clase, al fondo para pasar inadvertida, porque queríamos escuchar a algunos maestros como Susana Reisz o Gustavo Gutiérrez.
Ingresar a la Católica, en esos años, era difícil: generalmente la ratio era 5:1 en letras y en ingeniería, mucho más; los profesores eran conocidos por ser severos y exigentes; y la administración, por tener una escala de pensiones de 10 niveles, y por dar becas.
Hoy en día la PUCP se ha convertido en una universidad reconocida en América Latina, en un lugar donde se ha re-pensado la ética desde diversas perspectivas, y donde el “magis” como requerimiento de calidad docente, es un objetivo exigido permanentemente al profesorado. Lo sé porque estoy dictando un curso este semestre. Sin duda alguna, como lo he dicho anteriormente, la biblioteca de la PUCP es una de las mejores en el Perú (quizás la mejor en nivel de volúmenes generales actualizados y con libros al día), y aunque ha crecido monstruosamente en alumnado (y por lo tanto en heterogeneidad), sigue manteniendo una buena relación entre el número de alumnos-docentes. La última promoción ingresante a la Maestría en Ciencias Políticas tiene 120 alumnos, divididos en cuatro clases de 30 cada uno, lo que significa que es uno de los cursos de post-grado de mayor asistencia en nuestro país, equiparable solo a otros cursos similares de la Universidad Nacional Autónoma de México. Todo este recuento para sostener, enfáticamente, que la Pontificia Universidad Católica hoy en día no es esa “cuna de caviares” como persisten en denominarla aquellos catecúmenos de la derecha cavernaria y lisonjera de los púrpuras cardenalicios. Y para advertir a la comunidad intelectual y universitaria que, en efecto, si la PUCP deja su vocación cosmopolita, diversa, múltiple y democrática, intercultural y transdisciplinaria, perderemos los peruanos una universidad que ha sabido ganarse día a día, año a año, un reconocimiento académico internacional difícil de conseguir sino al cabo de muchísimo tiempo.
Ahora, como profesora no-tan-ajena a sus aulas, debo advertir que no son pocos los que se alegran con el declive de “esta nave insignia”. Se trata de un resentimiento que supura pus ante esta situación jurídica de entrampamiento. ¿Por qué esta reacción? –le pregunté a un buen amigo, graduado de la PUCP, y me contestó con una sinceridad que agradezco: la PUCP ha estado muchas veces de espaldas al país, sus graduados han desdeñado a otras universidades y a muchos colegas. Es cierto: algunos de ellos merecen un “abajamiento ignaciano” por decir lo menos. No obstante, a pesar de la soberbia de la excelencia, la PUCP no merece un futuro de libros marcados con etiquetas rojas (César Vallejo o Alejo Carpentier) para calificar como censurados por el Opus Dei u otro grupo católico conservador como en otras universidades peruanas. Toda universidad debe tener una vocación múltiple: la amenaza del pensamiento único es el inicio de una devastación.
Domingo-La República
25-04-10
PLAGIAR
EN LA UNIVERSIDAD



Luis Jaime Cisneros


Los 60 años de docencia que he cumplido en la Católica constituyen razón suficiente para que escriba estas líneas que, porque son de solidaridad, son también de protesta. Me refiero a la resolución administrativa de un organismo de la Asamblea Nacional de Rectores, por la que se reduce el castigo aplicado a dos estudiantes por plagio, a una simple amonestación, con argumentos carentes de respaldo académico. Tal organismo está integrado por docentes que “han ejercido cargos de autoridad en sus respectivas instituciones”.

¿Por qué castiga la PUC el plagio? Lo explica en documento que los alumnos conocen desde el ingreso: “porque es equivalente a negarnos a pensar por nosotros mismos, porque es una actitud que retrasa el progreso del conocimiento de la humanidad, porque con ello se niega la esencia misma del trabajo universitario, y porque es profundamente inmoral”. Ese documento del vicerrectorado académico lo conoce todo estudiante desde la hora inicial, porque desde ese momento a la universidad le interesa ayudar al estudiante en la búsqueda del conocimiento mediante una lectura atenta de los textos y una actitud crítica alerta y realista.

Descubrirse y valorarse, a la luz de principios fundamentales, es condición primera para asumir una espontánea y correcta actitud intelectual. Cuando el alumno se enfrenta a cursos de argumentación, no solamente tropieza con temas arduos y novedosos. Se enfrenta consigo mismo: con sus posibilidades y sus aptitudes; con sus aficiones y sus desacuerdos. Se enfrenta también con modos lingüísticos que nunca le fueron frecuentes, y a veces quiere apropiárselos y otras veces apenas si se arriesga a simular su manejo.

Ahí está la universidad para ayudarlo a vencer las dudas y los tropiezos, cuando llega la hora del trabajo monográfico, resueltas ya las primeras dudas sobre el plan que se va a seguir.

La PUC anuncia a sus alumnos cuatro razones por las que el plagio es condenable en un universitario. “La primera razón consiste en que quien plagia se niega a pensar por su cuenta. Y como es verdad que todo cuanto hemos progresado en tecnología y en humanidades se debe a los que nos ha permitido el pensamiento de los científicos, es natural que la tercera razón de la PUC para condenar el plagio esté referida a la tarea universitaria por excelencia. A la universidad venimos para ayudarla a cumplir su misión. Y misión específica de la universidad “es pensar para hacer progresar el conocimiento”. Es responsabilidad de maestros y alumnos.

La cuarta razón por la que en la PUC condenamos el plagio es esencial para la vida universitaria. Y es que desde los romanos el plagio estuvo vinculado con el robo. Un “comportamiento contrario a la ética”. “El plagio –dice la universidad– es una forma de hurto.

Conlleva intención de mentir, de ocultar, de fingir. Ningún plagio es excusable, permisible o tolerable”. Al perder este contacto con la ética, se ha perdido todo contacto con la universidad. Este es el punto esencial. Pueden ignorarlo quienes incurren en el error. No pueden ignorarlo los miembros del Consejo de Asuntos Contenciosos Universitarios. Pero el documento por el que modifica la sanción impuesta por la PUC a sus estudiantes maneja argumentos “académicamente descalificados” y se convierte, como afirma la PUC, en un “grave peligro” para el trabajo a que se ven convocadas las universidades. Por lo pronto, desfigura la calidad de la sanción si se desentiende de los valores morales.

Aprender a citar ideas ajenas aprende uno en sus primeros años de vida universitaria. A tal procedimiento recurre si debe reseñar un libro y conviene reproducir una o dos frases. Asimismo, si en una monografía debe confrontar dos o tres ideas de autores diversos.

Poner comillas a lo ajeno es una manera de prepararse para independizar lo propio con firmeza. Y así vamos abriendo paso a la esfera creadora, la propia, que es lo que la universidad necesita que perfilemos para enrumbar hacia el conocimiento.
La República
25-04-10
LA ECONOMÍA NACIONAL
DE MERCADO
Carlos Bedoya
Desde hace algunas semanas se ha dado inicio a un debate sobre el modelo económico peruano, debido a tres interesantes artículos del economista Félix Jiménez, ex Director General de Crédito Público del Ministerio de Economía y Finanzas, que en esta entrevista concedida a LA PRIMERA nos señala sus críticas al modelo neoliberal peruano y plantea los lineamientos de su propuesta de nacionalizar la economía, también conocida como la economía nacional de mercado.
-¿Cuál es su principal crítica al modelo económico neoliberal?
-El modelo económico neoliberal no considera el desarrollo de los mercados internos. Centra el circuito de generación de demanda e ingresos en el mercado externo. Además, fomenta la competencia entre países pobres subdesarrollados con el propósito de atraer inversiones extranjeras, bajando salarios e impuestos, suscribiendo contratos de estabilidad tributaria, etc. Por otro lado, es un modelo que privilegia la inversión extranjera frente a la inversión nacional o local, pues la segunda enfrenta restricciones que no tiene la primera.-Usted propone nacionalizar la economía.
¿A qué se refiere exactamente con nacionalización?-
Es importante decir dos cosas en torno a la nacionalización. En primer lugar, significa que el circuito de generación de demanda e ingresos esté centrado en el interior del país y no en los mercados externos. Ese es el primer concepto de nacionalización de la economía o de la creación de una economía nacional de mercado. Todo lo contrario a lo que ocurre con el modelo neoliberal. En este, ese circuito está centrado en los mercados internacionales. Por eso tenemos en el Perú un modelo primario exportador y una economía tercerizada, con subdesarrollo en su agricultura y en su industria.
Lo segundo es poner la economía al servicio del interés nacional. Tener un Estado que privilegie el interés nacional por encima del interés de los grupos de poder económico. Los recursos naturales deben servir fundamentalmente al desarrollo nacional y el capital extranjero debe operar bajo condiciones que contribuyan a ese desarrollo sin depredar el medio ambiente, transfiriendo tecnología, generando oportunidades de empleo, desarrollando las zonas circundantes a la explotación de recursos naturales, etc. Estas condiciones tienen que ver con un Estado que privilegia el interés nacional por encima del interés económico transnacional.
-¿Qué candados hay que romper para tener una economía nacional de mercado?
-Como ya dije, el modelo neoliberal tiene un circuito de generación de demanda e ingresos centrada en los mercados internacionales. Tenemos una Constitución que favorece ese tipo de economía y por eso tenemos contratos de estabilidad tributaria, por eso hay óbolo minero y el Estado no aplicó un impuesto a las sobreganancias, por eso los salarios reales están estancados, y por eso la productividad del agro y la industria es muy baja. Como la Constitución de 1993 generó las condiciones para que este modelo neoliberal operara reduciendo al Estado a una función subsidiaria, esa constitución tiene que cambiar. Necesitamos un nuevo contrato social, una nueva Constitución que permita no sólo que los recursos naturales sean utilizados en función del interés nacional, sino también que el Estado recupere su soberanía para aplicar condiciones al capital extranjero, como se hace en cualquier país decente en el mundo.
-Entonces, se tiene que cambiar las reglas de juego, revisar y renegociar los Tratados de Libre Comercio y los Acuerdos de Protección de Inversiones.
-Por supuesto, pero negociando. En la estrategia de desarrollo del mercado nacional, no hay lugar para ningún acuerdo o tratado internacional que vulnere el interés nacional o que impida el desarrollo nacional en el sentido de un desarrollo integrado de la agricultura y la industria, y de una mejora en las condiciones de vida de la población. Pero se debe negociar. Un gobierno democrático negocia y conversa con las partes involucradas, como lo han hecho otros países. Hay experiencias. Lo ha hecho Bolivia y las inversiones no se han ido. No se puede iniciar la transformación de la economía y desarrollar una economía nacional de mercado sin cambiar la Constitución.-
¿Cómo plantearía la relación del Perú con el mundo? Me refiero a la política de integración.
-El neoliberalismo ha tergiversado el concepto de integración. Hay un énfasis en aspectos comerciales, más que en aspectos de desarrollo económico y social. La integración supone lo segundo, y supone también integrarnos en primer lugar con nuestros pares, es decir con los países andinos, obviamente sobre la base de igualdad y respeto mutuo.
El Perú desarrollaría una economía nacional de mercado, privilegiaría el desarrollo de sus mercados internos, y sobre la base de ese tipo de estrategia de desarrollo se vincularía con los países andinos y con los de América Latina.
Hay varios temas a trabajar en materia de integración; por ejemplo, los temas de políticas de ciencia y tecnología, culturales, educativos y de medio ambiente. Hay muchas cosas que se pueden hacer de manera integrada entre los países de la región: cuidado y preservación del medio ambiente, políticas de recuperación de bosques, políticas agrarias e industriales, dependiendo del grado de desarrollo que tengan los países involucrados.-
¿Cómo se logrará acumular capital nacional?
-Para desarrollar un circuito de generación de demanda e ingresos centrado en el interior del país necesitamos un nuevo contrato social. Este hará posible, desde el punto de vista legal e institucional, el desarrollo de ese circuito. También hay que superar las restricciones que enfrenta la inversión privada local para dar paso a la creación de capacidades empresariales. La inversión nacional enfrenta restricciones de mercado, de financiamiento y de capital humano y tecnología.
Me explico. Nuestro país tiene una economía que no está conectada con su geografía ni con su demografía. Por eso los mercados internos son reducidos y no se puede generar empresa en la sierra y en la selva del país con la misma velocidad que se genera en la costa. Para superar esta restricción se deben hacer inversiones en infraestructura. El Perú tiene un déficit de infraestructura de cerca del 35% ó 40% de su Producto Bruto Interno (PBI). Debemos superar ese déficit en varios años. La idea es formular planes de 5 años.
Por el lado de la restricción de financiamiento, el mercado financiero está dominado por el oligopolio bancario y los préstamos de mediano y largo plazo básicamente son para grupos relacionados. Los medianos y pequeños empresarios no consiguen financiamiento barato y lo que consiguen es de corto plazo. Las inversiones en agricultura y en manufactura son básicamente de largo plazo. Por eso debemos desarrollar más el mercado de capitales, adecuando su marco regulatorio para que las empresas pequeñas, medianas y también las grandes puedan emitir deuda y captar recursos para financiar sus inversiones.
Por último no se puede dejar de lado el tema de la educación y de la investigación y desarrollo. Aquí hay otra restricción importante. Tiene que darse una revolución educativa en el país y tiene que haber un esfuerzo del Estado en investigación y desarrollo. Los niveles superiores del sistema educativo deben vincularse al mundo empresarial, al mundo de la producción, porque ahora hay una disociación entre la composición de las disponibilidades de mano de obra y la composición de la utilización de la mano de obra; por eso hay subempleo y profesionales que no encuentran trabajo, jóvenes que están buscando trabajo un año o año y medio. El período de búsqueda de trabajo de los jóvenes ha aumentado enormemente en los últimos años. Esto debe cambiar con inversión en investigación y reformando los programas de los institutos superiores y de las universidades. Debe haber una reforma universitaria. Hay cerca de 90 universidades que operan sin control de calidad alguno.
-¿Y cuál sería el contenido de su estrategia de desarrollo?
-La estrategia de desarrollo de una economía nacional de mercado supone basar la industrialización en la agricultura. De acuerdo a Smith, la vía natural del desarrollo es empezar por la agricultura. El desarrollo de la industria es consecuencia del desarrollo de la agricultura, el desarrollo del comercio es consecuencia del desarrollo de la agricultura y la industria, entonces los esfuerzos de investigación y desarrollo tienen que estar centrados en el campo agrícola y obviamente en la agroindustria. La producción agrícola, la producción agroindustrial, debe orientarse al mercado interno pero no tiene por qué dejar de exportar; puede exportar. La economía nacional de mercado es abierta al mundo.
-¿Esta propuesta plantea repotenciar a las empresas estatales existentes?
-Hablamos de actividades estratégicas, sobre todo en las de explotación de recursos naturales, energía, agua, etc. Estas actividades serán nacionalizadas en el sentido de ponerlas al servicio del desarrollo nacional. No hay recetas sobre la organización empresarial en estas actividades. Puede haber empresas estatales, mixtas y privadas o de otro tipo. En este sentido, nacionalizar no significa estatizar, significa pluralidad en las formas empresariales, estimular la aparición de empresas privadas para crear nuevos mercados internos, y también significa respeto a las organizaciones comunales. Es un planteamiento plural. Lo fundamental es generar competencia y el fomento de la competencia en determinadas actividades es fundamental para el desarrollo.Por ejemplo en el espacio aéreo. Si no hay competencia, los pasajes son muy caros, en cambio si hay competencia los pasajes bajan. Una o dos empresas no deben tener el monopolio del espacio aéreo nacional. Se puede alentar la creación de una empresa nacional, una empresa de bandera nacional, con capital del Estado y capital privado, o simplemente una empresa estatal que fomente la competencia en el espacio aerocomercial del país.
-¿Qué le diría al ciudadano que espera cambios?
-Que rechace con conocimiento e información el modelo neoliberal corrupto. Se requiere confianza y se requiere convencimiento para hacer los cambios. Los ciudadanos que luchan por el cambio son la esperanza de desarrollo y justicia social.
La Primera
25-04-10

lunes, 19 de abril de 2010

CONTRA EL PLAGIO
-Comunicado de la Universidad Católica-
La Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) denuncia públicamente ante las instituciones educativas y académicas del país, y ante la opinión pública en general, que el Consejo de Asuntos Contenciosos Universitarios (CODACUN) de la Asamblea Nacional de Rectores (ANR) viene emitiendo resoluciones administrativas que constituyen un cuestionable y nefasto precedente que afecta gravemente la esencia del trabajo académico universitario.
El CODACUN es un tribunal administrativo creado por la Ley Universitaria N.° 23733, conformado por ex rectores o ex decanos de facultades de Derecho, que tiene la atribución de revisar, en última instancia administrativa, las resoluciones de los consejos universitarios que afecten los derechos de profesores y alumnos.
En marzo del 2009, dos estudiantes fueron sancionados por el Consejo Universitario de la PUCP con suspensión por haber cometido plagio en la elaboración de sendos trabajos de investigación, al utilizar párrafos de obras de autores sin realizar las citas correspondientes; es decir, hicieron pasar como propias ideas ajenas. El plagio es un acto que contraviene la tarea principal de la universidad: pensar y reflexionar, lo que, evidentemente, implica que el quehacer universitario no consiste en la mera transmisión y repetición de conocimientos. Por ello, nuestra casa de estudios y otras instituciones educativas nacionales y extranjeras consideran el plagio como falta grave.
Sin embargo, el CODACUN ha emitido resoluciones en los mencionados casos de plagio reduciendo significativamente la sanción a una simple amonestación. Para ello, se ha basado, entre otros criterios, en un comentario sobre la voz “plagio” publicado en la página web “Wikipedia”, según el cual el referido tribunal administrativo considera que “los estudiantes se comportan de manera natural al imitar y copiar en exceso o sin indicar las fuentes” y que “la enseñanza consiste fundamentalmente en la repetición constante de ideas y formulaciones ajenas, omitiéndose muchas veces, por economía, las fuentes”.
Ello es más escandaloso aún si se tiene en cuenta que dichos argumentos han sido tomados de un portal de Internet que advierte expresamente a sus lectores que no garantiza la validez de la información que difunde. En efecto, en el vínculo sobre “Limitación general de responsabilidad”, Wikipedia señala claramente que “la información que se encuentre en esta enciclopedia no necesariamente ha sido revisada por expertos profesionales que conozcan los temas de las diferentes materias que abarca, de la forma necesaria para proporcionar una información completa, precisa y fiable”. Más aún, en el vínculo “Aviso de riesgo”, este portal manifiesta lo siguiente: “Por favor, ten presente que cualquier información que encuentres en Wikipedia puede ser imprecisa, engañosa, peligrosa o ilegal”.
La aplicación de argumentos académicamente descalificados, por parte del CODACUN, constituye un grave peligro de devastadoras consecuencias para el trabajo intelectual que se desarrolla en las universidades públicas y privadas del país, puesto que, bajo su amparo, la labor seria, dedicada y honesta en los diversos ámbitos del conocimiento cederá ante prácticas irreflexivas de reproducción de información que provocarán la esterilidad científica de los claustros universitarios.
La PUCP manifiesta su sorpresa y profunda extrañeza por el hecho de que una instancia administrativa que resuelve, entre otros temas, controversias relacionadas con el mundo académico universitario, y que está conformada por docentes que han ejercido cargos de autoridad en sus respectivas instituciones, fundamente sus decisiones con argumentos anónimos, sin respaldo académico o profesional, reñidos con la ética, carentes de sentido común, demoledores de las bases de la actividad intelectual y que, por ello, se ubican en el extremo opuesto de la tradición académica universitaria.
Por ello, la PUCP ha dispuesto el inicio de acciones judiciales contra las referidas resoluciones administrativas del CODACUN a fin de que la decencia y rigurosidad del trabajo intelectual siga siendo un principio fundamental del mundo universitario peruano, e invita a sus pares y a la ciudadanía a sumarse a este empeño.
Lima, 18 de abril del 2o10
Secretaría General
Reconocimiento
a ex Rector Wilson Réategui
Nota de los editores.- El pasado viernes 17 de abril, en una concurrida ceremonia que se efectuó en el Centro Cultural de la Universidad de San Marcos, el ex Rector, Dr. Wilson Reátegui asumió el rango de Profesor Emérito de esta Casa de Estudios. El discurso de orden estuvo a cargo del Magister Ricardo Falla Barreda, profesor de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas. A continuación el texto del discurso.

Señor Rector Magnífico


Una de las más antiguas tradiciones sanmarquinas se encuentra referida al reconocimiento de la Institución a quienes, por su entrega y dedicación, contribuían a resaltar el papel de nuestra Universidad en el concierto nacional e internacional del saber y el conocer. Así, surgió el rango de Catedrático de Prima Jubilado Perpetuo, que desde la instancia republicana denominamos Profesor Emérito. Y lo que celebramos hoy, y para ello hemos sido convocados, es la imposición del rango de Profesor Emérito al Dr. Wilson Reátegui Chávez, Rector de San Marcos (1990 – 1995). Decía el notable humanista cubano José Martí: “honrar, honra”. Y, en efecto, el Dr. Reátegui ingresó a San Marcos para respetarla, primero como alumno, luego como profesor y finalmente como máxima autoridad.

Sus estudios como alumno concluyeron en 1966 con el grado de Bachiller en Educación, en seguida como Bachiller en Letras e Historia, obtuvo la Licenciatura en Historia, y en definitiva como Doctor en Letras e Historia en 1974. El joven Reátegui, sin embargo, había iniciado su actividad docente dos años antes de concluir sus estudios, al ser nombrado Asistente de Cátedra del Dr. Pablo Macera en 1964. De esta manera, lo vimos en San Marcos como profesor auxiliar, profesor asociado y finalmente hasta 1983 cuando fue promovido a Profesor Principal a dedicación exclusiva.

La trayectoria del historiador Reátegui, desde el punto de vista de la producción de nuevos conocimientos, se ubicó en los estudios de la organización económica del Perú. Sus exploraciones por el Archivo General de la Nación, Archivo del Fuero Agrario, Archivo de Comunidades Indígenas del Ministerio de Trabajo, dieron como resultado la obra Explotación Agropecuaria y las movilizaciones campesinas en Lauramarca – Cusco (Lima, 1977). Pronto, vendrían Lanas y capital mercantil en el sur del Perú: la casa Ricketts, 1895 – 1935, trabajo éste realizado junto al Dr. Manuel Burga en 1981. Inmediatamente, hacia 1987, entregaría El campesinado peruano: 1919 – 1930, investigación realizada con el Dr. Wilfredo Kapsoli. Todos estos trabajos se han convertido en clásicos de las exploraciones sobre la realidad económica del Perú.

En su desempeño docente, el Profesor Reátegui, tanto en pre grado como en post grado, dictó las asignaturas de: Seminario sobre la problemática universitaria, Planificación y Administración Universitaria, Bases sociológicas de la educación, Metodología de la investigación científica, Diseño de Investigación, Seminario de tesis, Seminario sobre realidad nacional, Legislación universitaria Latinoamericana. En esta línea de actividad, se desempeñó como Profesor Visitante en Universidades españolas como la de Salamanca, Complutense, Sevilla, Extremadura, Granada; de Alemania, como la de Westfalia; de América Latina, como la de Buenos Aires, Tucumán, Autónoma de México, Federal de Río Grande del sur del Brasil, extenso etcétera.

En todas esta actividades académicas, el Dr. Wilson Reátegui Chávez supo dejar en claro el porqué San Marcos es la Universidad Decana de América, tanto, que en su condición de Rector, nuestra institución fue reconocida como Vice Presidenta Perpetua de la Unión de Universidades de América Latina; asimismo, al constituirse en Madrid, a iniciativa de la Universidad Complutense, el Congreso Mundial Universitario, entidad que agrupaba a las más antiguas universidades del mundo, San Marcos fue ungida como la representante perpetua de América, obteniendo el cargo de Vice Presidenta. Del mismo modo se puede decir, que en 1992, en el contexto de oscuridad política que vivía el Perú por la violación a su orden constitucional, se formó la Comisión de reconocimiento institucional conformada por el Dr. Andrés Aramburú Menchaca, Dr. Francisco Miro Quesada Cantuarias, Dr. Alberto Ruiz Eldredge Rivera, Dr. P. Gustavo Gutiérrez, y el suscrito, para que se encargue de proponer a la UNESCO la inscripción de San Marcos en el índex de Patrimonio Cultural de la Humanidad.

En septiembre de 1993, el embajador del Perú en Francia comunicaba que nuestra querida San Marcos se encontraba, ya, inscrita en el índex de la UNESCO. Para este logro, se contó con el respaldo de Juan Carlos I, Rey de España; SS. Juan Pablo II; Dr. Rafael Caldera, Presidente de Venezuela; Dr. Fidel Castro Ruz, Presidente del Consejo de Estado de Cuba; Dr. Javier Pérez de Cuellar, ex Secretario General de la ONU. Además, se logró el apoyo del Ministerio de Relaciones Exteriores, del Congreso Nacional, de la Asamblea Nacional de Rectores, de la Conferencia Episcopal Peruana, del Consejo Metropolitano de Lima. Todas estas personalidades e instituciones, nacionales y extranjeras, valoraron el aporte de San Marcos a la formación de la personalidad histórica y cultural de América Latina.

Wilson Reátegui Chávez, como rector, además de lo expuesto, firmó el convenio de reconstrucción de la llamada Casona de San Marcos con la Agencia Española de Cooperación Internacional. Los trabajos se iniciaron en 1991 y en 1994 se inauguraba el primer ambiente totalmente reconstruido, el histórico Salón General. Este honrar en forma permanente a San Marcos, producto de su firme identidad institucional, lo condujo a celebrar la vida de distinguidos sanmarquinos. Ahí está el Doctorado Honoris Causa concedido al Dr. P. Gustavo Gutiérrez en 1992, el primero que recibía del Perú el fundador de la Teología de Liberación y que en el 2003 fuera distinguido con el Premio Príncipe de Asturias; ahí está el Doctorado Honoris Causa concedido el eminentísimo Augusto Cardenal Vargas Alzamora, Arzobispo de Lima; y sobre todo, destaca el reconocimiento como Rector Emérito al Dr. Luís Alberto Sánchez en mayo del 1993, quien en esa oportunidad, y en memorable discurso, dijo, entre otros conceptos algo que dibuja de cuerpo entero la gestión de Wilson Reátegui como rector de San Marcos:

“Lo digo que no puedo casi hablar, no estoy fingiendo, no es recurso literario ni retórico; estoy francamente muy conmovido por muchas razones. Una de ellas es que otorgarme este título en estos momentos del Perú es un acto de coraje, de independencia, de libertad que debemos estimar como una presea y un ejemplo para todos (…) fuimos realmente gente que nos dedicamos al Perú y que no le pedimos nada y le dimos todo. Nadie puede acusar de riqueza a Mariátegui, Haya de la Torre, Porras, Basadre, a Bastos, a todos los que fueron de mi generación. Trabajamos por el trabajo mismo, porque era necesario hacer estas cosas (….) Rector Reátegui, este galardón no lo esperaba porque hace 25 años que me aparté de la Universidad trabajando porque la situación ya entonces no era ventajosa ni poderosa; porque soy un ciudadano no solamente corriente sino menos que corriente y que en esta ocasión San Marcos con su prestigio de 442 años de fundada, con todo lo que ella significa para el Perú y el mundo, se acuerde de éste humilde trabajador de algunos años, no es solamente un honor para mí, es un honor para la Universidad que demuestra que tiene un espíritu no digamos caritativo (…)palabras no puedo, solo puedo estrechar la mano y digerir, sollozar silenciosamente con lágrimas que no se ven pero que abren las puertas de mi ser como un manantial inagotable y sincero”, finalizó el maestro Sánchez, cuyas palabras, cargadas de enjundia, señalan el derrotero para enjuiciar las gestión de Wilson Reátegui y explican las razones del porqué San Marcos fue intervenida por el régimen cleptocrático que dominó dolorosamente a nuestra patria.

Aquí, permítanme una pequeña apostilla: Luis Alberto Sánchez, tres veces Rector de San Marcos, eminentísimo intelectual, quien durante su existencia había recibido un sinnúmero de condecoraciones de todo tipo y de lugar, sólo se llevó a la tumba – por indicaciones de él – su medalla de Rector Emérito de San Marcos, su “novia” como él la llamaba.

A lo expuesto, pues, es conveniente reiterar algunos aspectos fundamentales del Rector Reátegui, como fue el logro de las Becas Intercampus gestionadas por él ante el Ministerio de Asuntos Exteriores de España, que permitió que muchos profesores y alumnos desarrollaran actividad académica en diversas universidades hispanas. La proyección internacional de San Marcos, tal como se ha dicho, fue una constante. Ahí queda la reunión de Rectores de las Universidades de la Comunidad Andina; ahí queda el proyecto de escribir la historia de las universidades latinoamericanas como iniciativa de San Marcos, que la UDUAL, con asistencia financiera del BID, se preparaba a ejecutar; ahí queda el proyecto de lograr una alianza estratégica entre las universidades emblemáticas de América Latina.

Son muchos los aspectos a tratar sobre la gestión del Rector Reátegui. Pero, para finalizar, permítanme recordar un hecho anecdótico. A inicios de los noventa, en la zona de la Ciudad Universitaria comprendida entre la Av. Venezuela y el pabellón de la Facultad de Derecho, existía un inmenso terral con un muro enigmático conocido como el “muro de la vergüenza”. Se iniciaron trabajos de jardinería y arborización de tal magnitud, que el Consejo Provincial de Lima la premió a en 1994, y el muro se transformó en el memorial de la universidad donde propios y foráneos posan para una fotografía, o ha servido y sirve como rótulo de diversas publicaciones. Se puede decir, que el “muro de la vergüenza”, gracias a la gestión de Reátegui, se transformó en el “muro del orgullo”.

El Quijote le dice a Sancho Panza en la segunda parte de la inmortal obra de Cervantes: “Sancho la infamia siempre trabaja en la oscuridad”. El 25 de mayo de 1995, la cleptocracia dispuso en forma sorpresiva la intervención de San Marcos. La ley aprobada aquel día a las cuatro de la madrugada y publicada en el diario oficial a las ocho de la mañana, carece de considerandos. Hasta el día de hoy desconocemos jurídicamente las razones de la intervención. Solo podemos decir, que el Rector Reátegui – al igual que en su época sucediera con el eminente José Antonio Encinas – terminó enjuiciado y vilipendiado. Durante cinco años soportó 42 juicios. Todos los ganó. Su gestión económica fue revisada por la Controlaría General de la República y por una auditoria privada contratada por los interventores. Las conclusiones de ambas, señalaron que la gestión económica era impecable y se ajustaba a ley.

Hoy la Universidad Nacional Mayor de San Marcos lo reconoce como Profesor Emérito a propuesta de la Facultad de Ciencias Sociales. Este reconocimiento al Dr. Wilson Reátegui Chávez no hace otra cosa, que desagraviar a quien fue injustamente maltratado. Se trata, de la reparación del honor; se trata de honrar a quien supo honrar como pocos a su alma mater.

En el párrafo final de La guerra y la paz, el genial Tolstoi le hace decir al narrador omnisciente: “la victoria no consiste en imponerse en los campos de batalla, sino en quien sabe resistir”. Y San Marcos, resistió, en el 2001 venció y recuperó su continuidad institucional y hoy, en el 2010 Wilson Reátegui Chávez recupera su majestad sanmarquina. Y como dice el evangelista San Juan “solo la verdad nos dará la libertad”; y ésta imposición de Profesor Emérito al Dr. Wilson Reátegui Chávez, es un acto de verdad de su Universidad y un acto de libertad que enaltece una vez más, a la Decana de América, porque, según reza el verso de Martí, honrar la honra. Es todo, lo que tengo que decir, Señor Rector Magnífico. Gracias por prestarme su atención. ”