EL LADO OSCURO
DE SAN MARCOS
DE SAN MARCOS
Nota de los editores.- En pleno proceso de edición del artículo que a continuación les entregamos se ha conocido la decisión del Comité Electoral de San Marcos de anular la elección de Humberto Campodónico como decano de la Facultad de Ciencias Económicas. La vigencia del artículo está descontada.
Alberto Mosquera Moquillaza
Lo dijo un renombrado profesor sanmarquino que está esperando, al igual que Humberto Campodónico, la ratificación rectoral como autoridad recientemente elegida: existe un lado oscuro en San Marcos donde interactúan autoridades de diferente nivel, quienes obsesionados por afianzar su poder están boicoteando esas validaciones, exponiendo a las Facultades a la desestabilización y al caos administrativo, como está ocurriendo en la Facultad de Ciencias Económicas; o trayéndose abajo las elecciones, como ha ocurrido en la Facultad de Ciencias Sociales, donde el Comité Electoral ha anulado la elección del decano y la del director de la Unidad de Postgrado.
Un comunicado de la Facultad de Educación, suscrito por el decano y el director de la Unidad de Postgrado, publicado el pasado domingo 11 de julio en los principales diarios de la capital, ratifica esa aseveración. (1) En dicho documento se da a conocer la existencia de una pugna “por el control de la Asamblea Universitaria” que involucra – según se afirma en el documento-al propio Comité Electoral, cuya inacción de los últimos días estaría relacionada con el interés de ese lado oscuro por impedir la elección de la representación estudiantil ante la Escuela de Postgrado, con el fin de que la conformación de su Comité Directivo se haga sin estudiantes.Ese Comité Directivo debe elegir al director de dicha Escuela, que en uso de su derecho deberá formar parte de la Asamblea Universitaria que elegirá al nuevo Rector.
En espacios donde la correlación de fuerzas no está definida, como sucede en la Asamblea Universitaria, un voto para uno u otro sector, en este caso del director de la Escuela de Postgrado, resulta crucial,
Desde esa perspectiva, siendo los decanos miembros de la Asamblea Universitaria, las fuerzas de ese lado oscuro pretenden controlar al mayor número de ellos, particularmente aquellos que no son capaces de pensar con cabeza propia, para asegurar sus posiciones de poder y dirimir a su favor la pugna por el rectorado de la Universidad, aunque tengan que violentar la ley, el estatuto de la Universidad y el propio reglamento electoral. En este marco, donde las reciprocidades propias de la politiquería criolla están en el orden del día, Campodónico resulta un hueso duro de roer por su pensamiento crítico y principista, por lo que no resulta extraña la oposición a que se ratifique su elección como decano, aunque resulte patética la argumentación de sus opositores.
Veamos el caso. El MDD, que en la Facultad representa ese lado oscuro, ha lanzado la consigna: ¡No a la elección de decano con 5 profesores y 3 alumnos! Aparentemente es justa, pero realmente dicha elección es impecablemente legal. Primero, porque la norma explicita que después de dos sesiones frustradas por falta de quórum, la tercera se realiza con los asistentes, sean docentes o estudiantes porque la ley no hace distingos. La sesión del 2 de julio, donde se eligió a Campodónico como decano, contó con 12 asistentes, 7 estudiantes y 5 profesores. Segundo, la elección se realizó teniendo en cuenta la ley universitaria en lo que refiere representación estudiantil, sólo votaron 3 estudiantes para que la proporción, un tercio, no sea mayor al de los electores docentes, 5. Y tercero, la elección se efectuó porque ese era el mandato recibido a través de la resolución rectoral que nominó a Campodónico como decano encargado, antes de ser electo.
Lo que el MDD obvia es que si se llegó a esa situación – de acuerdo a lo reglamentado-de realizar la sesión del Consejo con los que llegaran a la sesión del 2 de julio es porque sus consejeros, desde la primera citación efectuada el 31 de mayo por el todavía decano Víctor Giudice, han boicoteado sistemáticamente las sesiones, ante la imposibilidad de ser mayoría (sólo cuentan con 8 votos) y de elegir al decano de su preferencia. En otras palabras, el MDD es minoría en el Consejo de Facultad y en el juego de mayorías y minorías propias de una democracia, estas últimas tienen que aceptar su rol de segundo orden, sean docentes o estudiantes, y buscar eso sí que el desempeño de la mayoría sea lo suficientemente tolerante como para llevar la fiesta en paz. Resulta por ello antidemocrático jugar al boicot para tratar de imponer, siendo minoría, criterios o decisiones que a través del voto no lo pueden hacer.(2)
Es más, un decano, en una sesión formalmente instalada puede ser elegido, o solamente por los docentes, como ocurrió años atrás con la elección de los profesores Hugo Lezama y Jorge Osorio, o por un voto mayoritariamente estudiantil, como fue la elección en el año 2007 del profesor Giudice, por quien votaron 7 estudiantes y 4 docentes. Esas elecciones fueron impecables, como lo ha sido la elección de Campodónico porque las sesiones se instalaron de acuerdo a ley, con el quórum correspondiente, en tanto que las elecciones del decano y del director de la Unidad de Postgrado se efectuaron respetando lo reglamentado.
La controversia como vemos no tiene un trasfondo legal, es política, pero política tal y como lo entiende ese lado oscuro, donde conceptos como democracia, legalidad, ética, se van llenando de acuerdo con sus intereses particulares. Se pretende así que el Comité Electoral busque la sinrazón en la elección de Campodónico para invalidarla, como lo ha hecho con la elección del decano en Ciencias Sociales, para forzar otra elección con candidatos “consensuales”. Para esta democracia envilecida no valen los votos ni las reglas de juego establecidas por ley, lo que importa son los arreglos por arriba, al margen de la decisión de los votantes.
¿Cómo contrarrestar esa antidemocracia? La pelea es de largo aliento, va más allá de lo ocurra en tal o cual Facultad, aunque en cada una de ellas deben sentarse las bases de lo que debe constituirse en un gran movimiento democrático por construir una Universidad que mire al futuro poniéndose al servicio – desde su propio quehacer académico- de las mejores causas de nuestro país. Las fuerzas sanas de San Marcos, verdaderamente comprometidas con la democracia universitaria deben en primer lugar sumar voluntades, poniendo por delante los puntos programáticos que los unan; y en segundo lugar, apoyándose en aquellas nuevas formas democráticas que van surgiendo en la lucha contra la antidemocracia – caso de las consultas estudiantiles- pasar a ganar la conciencia y la voluntad de las masas docentes, estudiantiles y de los propios trabajadores administrativos.
¿Excluye esa opción la lucha legal? No, la presupone. En la defensa de la institucionalidad y de la democracia universitaria esas fuerzas deben convertirse en los primeros abanderados de la normatividad vigente, denunciando todas y cada una de sus transgresiones, debiendo estar dispuestos - como está ocurriendo en algunas Facultades - a recurrir a instancias legales extrauniversitarias para impedir el avance de la antidemocracia.
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1. La propia representación estudiantil en un aviso publicado el 18 de julio, dio a conocer su "profunda preocupación por la existencia de indicios según los cuales se podría estar pretendiendo elegir al nuevo Director de la Escuela de Post Grado sin la participación de estudiantes, contraviniendo lo establecido por el Estatuto de nuestra Universidad"
2.- Contra Campodónico, además se esgrimen dos observaciones. La primera que es Ingeniero, como si en el pasado el Ingeniero Fausto Vinces Vélez no hubiera sido decano de la Facultad de Ciencias Económicas; y la segunda, que su grado de Magister no está revalidado. En este caso, se oculta que ese grado, de acuerdo a lo establecido por el artículo 318 del Estatuto de la Universidad está revalidado por San Marcos, que sobre el particular expidió la R.R. 00261-CR-97, del 20 de enero de 1997.
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