LA SONRISA
DE KEYNES
Aureliano Rodriguez
John Maynard Keynes (1883-1946), de no haber sido el economista que fue, y no haber intervenido de forma importantísima en los acontecimientos mundiales en los que participó, igualmente su vida le habría convertido en testigo de uno de los períodos más dramáticos y fascinantes de la historia de la humanidad. La Gran Guerra, las sanciones a Alemania y la inflación, la posguerra, la crisis de 1929 y la gran depresión, la Segunda Guerra Mundial y la creación del nuevo orden monetario mundial.
Lejos de ser un simple testigo, en todos esos hechos le tocó actuar, aconsejar, proponer, proyectar, discrepar. Fue un protagonista, y además dejó una obra económica señera, madre de una teoría que ha pasado a la historia como el “keynesianismo”.En la base del keynesianismo está la necesidad de incorporar a la dirección económica factores que no son estrictamente económicos, como son los factores políticos. ¿Verdad que esto suena repetidamente en estos días? Para corregir los errores que a su juicio habían llevado a la gran crisis de 1929, señaló que las perturbaciones producidas por la teoría de la libertad económica ilimitada cuestionaban al capitalismo como sistema, y propuso la intervención estatal para evitar aquellas desviaciones.
¿Qué es lo que están haciendo en 2008 los gobiernos y los bancos centrales de las grandes economías, sino intervenir en una proporción descomunal para “salvar” a las instituciones financieras y a la economía real? ¿Qué es lo que a gritos se está pidiendo, sino regulaciones y controles que pongan límites a la actuación de “los mercados”?
Depolítica
24-10-08
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