San Marcos
LA ALTA DIRECCIÓN
NO FUNCIONA
Intervención del Dr. Víctor Peña, Vicerrector Académico de la Universidad de San Marcos en la sección informes de la sesión ordinaria de la Asamblea Universitaria realizada el 22 de diciembre de 2008
Señores asambleístas:
El 29 de mayo del 2006, tuve el honor de recibir por parte de la Asamblea Universitaria el encargo de administrar el Vicerrectorado Académico de la Universidad Mayor del país. Fueron más de setenta votos que confiaron en mi persona, y seguro en mi experiencia de profesor universitario, para ejercer una autoridad de acuerdo a las atribuciones señaladas en la Ley Universitaria 23733, el Estatuto de la Universidad y el Reglamento de Organización y Funciones.
Después de treinta y un meses, no obstante que la normatividad continúa siendo la misma, lamentablemente las atribuciones conferidas han sido cercenadas a punto de limitar el trabajo que tenemos diseñado para el desarrollo del área académica.
Con mucho entusiasmo y seriedad convoqué a un equipo de trabajo, constituido por docentes-investigadores como yo, cuya calidad académica y solvencia ética nadie puede negar. Ningún familiar sanguíneo ni político forma parte de este equipo: no tengo nexo de ese tipo con ningún trabajador de la universidad. Con este equipo de trabajo diseñamos el Plan Estratégico 2007-2011 del Vicerrectorado Académico bajo la idea de que San Marcos se convierta en una universidad supranacional hacia el quinto centenario de su fundación. Entendíamos de que no se trataba de un documento lírico, ni mucho menos un documento burocrático más, se trataba de un documento básico de gestión en el cual se establecen los lineamientos de política con visión de largo plazo.
En este sentido, tomamos el cuidado de incluir los siguientes aspectos fundamentales:
1) El desarrollo humano.
2) La gestión del conocimiento.
3) La reforma académica y actualización curricular.
4) La revolución tecnológica y digital.
5) La ecología del saber.
2) La gestión del conocimiento.
3) La reforma académica y actualización curricular.
4) La revolución tecnológica y digital.
5) La ecología del saber.
A partir de ello comenzamos a organizar nuestras actividades, tales como, por ejemplo, los programas de desarrollo académico con la finalidad de promover la actualización de los planes de estudio, una reforma académica y estándares internacionales de calidad en la formación que se debería ofrecer en nuestras aulas. Estos programas son siete, el primero fue el programa de Iniciación Científica (PIC), luego, estructuramos los programas de Análisis Curricular (PAC), de Movilidad Docente (PMD), de Innovación en Laboratorios de Enseñanza (PILE), de Apoyo a las Bibliotecas de las Facultades (PABF), de Apoyo a las Ediciones Académicas (PAEA) y de Movilidad Estudiantil (PME). Todos ellos cuentan con sus respectivos reglamentos, aprobados por resolución rectoral, así como sus presupuestos.
Desde nuestra óptica, era fundamental que las unidades dependientes del Vicerrectorado Académico recuperaran su autonomía de gestión y contaran con el respaldo, la orientación y la supervisión de este Despacho para obtener resultados que significaran avanzar hacia la meta soñada de hacer de nuestra universidad una de las mejores de América Latina. Fueron criterios técnicos y académicos los que primaron en la designación de los responsables de cada unidad.
Todo este proceso, cuyos resultados positivos fueron conocidos por la comunidad universitaria, se vio truncado cuando por Resolución Rectoral se establece la reorganización de los centros de producción.
Por otro lado, nuestra posición frente al intercambio vial fue no de oponernos a la modernización de la ciudad y las necesidades de la población, sino que San Marcos enarbolara el respeto a los derechos de la casa de estudios más antigua de América, de modo que a los docentes, estudiantes y trabajadores que cotidianamente convivimos en este campus se les considere y respete, como a los otros vecinos. Procuramos que sean criterios técnicos y consideraciones sobre la calidad de vida, es decir contra la contaminación y en defensa del patrimonio arqueológico de nuestro país, aquellos que sirvieran de guía en las negociaciones. Nuestra posición fue desoída y continuamos hasta el día de hoy con graves problemas al respecto.
Desde hace más de un año que el Rector no se reúne con la Alta Dirección de la Universidad. Es decir, no convoca a los Vicerrectores Académico y de Investigaciones, elegidos ambos por la Asamblea Universitaria, para –ni siquiera- tratar temas de gestión cotidiana, ni mucho menos problemas derivados del intercambio vial, ni los demás que atañen al desenvolvimiento de la vida institucional. El Rector ha optado por tratar los asuntos de la universidad Decana de América a través de consejillos informales, no reconocidos ni en la ley y el estatuto, al cual inclusive dan cuentan altos funcionarios de la universidad.
Por todo lo señalado, estoy cumpliendo con informar en este recinto, ante el órgano superior de gobierno de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en resguardo de mi responsabilidad funcional y en respeto a la comunidad universitaria que me eligió.
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