la Universidad latinoamericana
Ernesto González Enders
Consultor Académico
UNESCO-IESALC
Se ha ido tomando conciencia que los grandes problemas latinoamericanos, como la pobreza, exclusión, hambre o malnutrición, la vulnerabilidad social, entre otros, no pueden ser resueltos por un solo actor social. Hace falta que el Estado, la empresa, las instituciones de educación superior y otros actores sociales generen alianzas permanentes que posibiliten superarlos.
Simultáneamente, cuando se piensa en la creación de una cultura democrática y de paz, en la preservación del medio ambiente, y en un desarrollo sustentable para la región, surge la necesidad de contar con ciudadanos comprometidos, socialmente responsables, actuando desde sus propios lugares de desempeño.
Simultáneamente, cuando se piensa en la creación de una cultura democrática y de paz, en la preservación del medio ambiente, y en un desarrollo sustentable para la región, surge la necesidad de contar con ciudadanos comprometidos, socialmente responsables, actuando desde sus propios lugares de desempeño.
Entonces aparece la concepción de Responsabilidad Social (RS), que precisamente intenta contribuir a la construcción de un nuevo tipo de sociedad donde la ética que nos guíe sea la ética de la responsabilidad, de la generosidad y del altruismo, de la cooperación, de la complejidad y de la regulación para la autoorganización. Por lo tanto, la RS se entiende como el compromiso que tienen todos los ciudadanos y las instituciones públicas y privadas, para contribuir al aumento del bienestar de la sociedad local y global. Por esto, la universidad latinoamericana debe superar el enfoque de la "proyección social y extensión universitaria" como ?apéndices? bien intencionados a sus misiones de formación estudiantil y producción de conocimientos, para poder asumir la verdadera exigencia de la RS Universitaria (RSU).
Partimos de una reflexión de la institución académica sobre sí misma en su entorno social, un análisis de su compromiso con los problemas crónicos de la sociedad, dejando de pensarse como una burbuja de paz y racionalidad en medio de la tormenta tecnocientífica sin humanismo consciente en que se debate el mundo. La relación entre la crisis del saber tecnocientífico hiperespecializado y su ceguera crónica concerniente a los efectos globales, crisis social y ecológica mundial que engendra, debe ser el punto de partida para una transformación universitaria de RS que no sea meramente cosmética, sino una profunda reflexión sobre el significado social de la producción de conocimiento (innovación como herramienta social) y la formación personal, ciudadana y profesional de líderes en esta era deshumanizada mal llamada tecnocientífica.
Después de reconocer que no sólo se trata de reformar las malas políticas, sino también los malos conocimientos y epistemologías con poco desarrollo de competencias que la universidad contribuye en producir y transmitir, cada universidad podrá elaborar su propio diagnóstico y transformación. La RSU exige, desde una visión abierta, holística, transversal e interdisciplinaria, articular las diversas partes de la institución en un proyecto de promoción social con principios éticos y de desarrollo social inclusivo y sustentable, para la formación de líderes y la producción y transmisión de saberes socialmente responsables.
La profundidad y la radicalidad de la transformación puede intimidar, pero no debemos olvidar que el proceso puede ser gradual y creciente. Además, muchos de los elementos transformadores de la RSU están ya presentes en la mayoría de nuestras universidades (como por ejemplo, la investigación interdisciplinaria, la articulación en ciertos aprendizajes con la proyección social, el desarrollo del aprendizaje basado en problemas y en proyectos, transversalidad y flexibilidad curricular, etc.) salvo que de modo desarticulado y sin perspectiva institucional integrada.
Las posibilidades de integración entre docencia, investigación, y proyección social y extensión coordinadas e integradas por una remozada gestión académico-administrativa, son casi infinitas, sólo necesitamos brindar el apoyo institucional adecuado a las personas creativas de cada claustro universitario y buscar el retorno permanente del fruto de las acciones sociales emprendidas hacia el mejoramiento de la formación académica y profesional de la comunidad universitaria, única medida que garantiza la continuidad a largo plazo de la dinámica de RSU Latinoamericana.
IESALC
Boletín No190
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