miércoles, 26 de mayo de 2010

¡QUÉ NO CANTE VICTORIA
EL CONTINUISMO!


Alberto Mosquera Moquillaza


El continuismo saborea su angustioso triunfo en la categoría de docentes principales, y ya comenzó a mover cielo y tierra para ganar el desempate entre los docentes asociados. Magros resultados para quienes a lo largo de 3 años tuvieron el control de todos los resortes del poder en la Facultad, que ahora se les va de las manos por su desacertada gestión que ha desembocado en una crisis que de no corregirse a tiempo traerá funestas consecuencias.

Se les va de las manos el poder porque el escenario ha cambiado radicalmente. Hace 3 años, la naciente administración Giudice contaba con el respaldo estudiantil y docente, hoy lo ha perdido en el primer caso; y en el segundo lo está perdiendo. Todas las tiendas estudiantiles respetando sus matices, y lo que es más importante el conjunto del estudiantado, le ha dado la espalda. Desde las precariedades en las que se desenvuelven las actividades académicas ha surgido un ánimo contestatario, de oposición a la gestión que está feneciendo y a sus representantes. La asamblea estudiantil previa a las elecciones de ese estamento fue un verdadero volcán de resistencia al continuismo. No quedó en pie cabeza alguna de las autoridades, todas fueron severamente cuestionadas. Los resultados de las elecciones graficaron ese ánimo insurgente.

Entre los docentes esa aspiración es latente. Que no se engañe el continuismo, en sus filas han sufrido una fractura importante. La votación alcanzada por Academia y Desarrollo no se explica sin esa migración del voto de docentes calificados hastiados de la ineficiencia y la ramplonería. En este contexto, disculpas públicas – suscritas por el propio decano y asesor- hacia docentes afectados por la mugre de la propaganda electoral del continuismo ya no tuvieron ni tendrán el efecto buscado porque también en las filas de la docencia se ha producido un reagrupamiento de fuerzas cuyas perspectivas van más allá de la contienda electoral. Academia y Desarrollo expresa ese recambio, la votación alcanzada ratifica esa tendencia en alza.

Es más, entre los propios docentes que ayer votaron por el continuismo por lealtades mal entendidas no es ajena la idea del cambio. No escapa a su criterio el desastre de la gestión que está feneciendo ni tampoco la insurgencia estudiantil que para cualquier administración se convertirá en una verdadera piedra en el zapato, si es que no se hacen realidad sus deseos de cambiar el rumbo de la Facultad.

Tanta es la debilidad del continuismo que para las elecciones de ayer, contando con la complicidad de las máximas autoridades de la Universidad, sacaron a última hora- transgrediendo el Reglamento Electoral- a dos docentes de la planilla de electores adherentes a Academia y Desarrollo; y nombrar, como miembros de mesa, a visibles seguidores del MDD. En otros términos, las elecciones de ayer no gozaron de la neutralidad que se suponen deben tener los miembros de la mesa, particularmente su Presidente cuyos abusos, prepotencias y entendimientos particulares del Reglamento fueron advertidos por propios y extraños. Contra todo eso, la votación alcanzada por Academia y Desarrollo es realmente diga de elogio.

En ese escenario, sustancialmente nuevo, se producirán las elecciones complementarias para definir a la representación docente de los profesores asociados. Estamos seguros que Academia y Desarrollo peleará hasta el último momento por lograr que ese profesorado se incline por el Plan de Emergencia que busca sacar a la Facultad del atolladero en que se encuentra; como también estamos seguros que afianzará su presencia en el estudiantado que para esta tarde – martes 26 de mayo- ha organizado un evento para escuchar la palabra del profesor Humberto Campodónico, como la del colega del MDD, aspirantes ellos a dirigir, desde el decanato, los destinos de la Facultad.

Finalmente, repetiremos lo dicho en un texto trabajado antes de las elecciones estudiantiles. Academia y Desarrollo ya ganó, ¿por qué hacíamos esta afirmación? La respuesta es simple: porque esas ideas de cambio y desarrollo hoy enraízadas en el seno del estudiantado, de los docentes y de los trabajadores administrativos es, en gran parte, obra de los docentes adherentes a ese movimiento. Lo dijo un estudiante luego de que el profesor Campodónico expusiera su Plan de Emergencia: “ustedes son como un fósforo arrojado en medio de un campo de leña seca que arderá por todas partes”. Razón no le falta: el movimiento estudiantil de hoy, pasivo ayer, está dispuesto a pelear contra el continuismo, incluso después de las elecciones; y ese mismo ánimo beligerante está presente entre los docentes y trabajadores administrativos, abierta y soterradamente.

¡Qué no cante victoria el continuismo!

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