¿UNIVERSIDADES
EN EMERGENCIA?
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El premier, Javier Velásquez anunció el miércoles un proyecto de ley para suspender la creación de nuevas universidades, hasta que las existentes sean evaluadas y acreditadas por el Consejo de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad de la Educación Superior Universitaria. También el presidente Alan García había señalado que la solución al problema de la calidad de estos centros de estudios estaba en la acreditación.
Para empezar a resolver la grave crisis que atraviesa la universidad peruana, debe darse una declaratoria de emergencia en todo el sistema, paralizando inclusive aquellos centros de estudios, programas de enseñanza y filiales que dan servicios al borde de la legalidad, hasta que se apruebe la nueva ley universitaria que se debate desde hace un año en el Congreso, propuso Ricardo Cuenca, investigador del Instituto de Estudios Peruanos (IEP).
“Se requiere medidas de emergencia, ante una situación de emergencia”, indicó y sostuvo que con ello se impedirán leguleyadas de las instituciones que podrían ampararse en la figura de la autonomía universitaria para continuar lucrando con la educación universitaria como lo están haciendo. Cuenca dijo que una medida de esta naturaleza es necesaria porque una gran parte de las universidades surgidas al amparo del cuestionado Decreto Legislativo 882, de promoción de la inversión privada en la educación, ofrecen en estos momentos una educación de mala calidad a la población más pobre del país, ahondando las diferencias sociales y la división entre los peruanos.
La estafa
El especialista del IEP señaló que la apertura de filiales regionales de esas universidades, en clara contradicción con lo que ordena la ley, es una experiencia sumamente perniciosa y una abierta estafa a los estudiantes. Inclusive, Cuenca recuerda que en alguna oportunidad fue invitado por una de estas universidades para dictar una maestría en tan sólo 14 fines de semana, oferta que rechazó de plano pues le pareció que no tenía un mínimo de seriedad.
“Las filiales, han proliferado sin control y sin estar sujetas a una regulación, perjudicando a las personas que quieren y necesitan educarse. Se ha engañado a estas personas dándoles algo de mala calidad como si se tratase de una educación universitaria”, sostuvo. Cuenca sostuvo que la idea de que las universidades-negocio puedan regularse a través de la acreditación, es una solución a medias, como lo demuestra la experiencia. El analista señaló que los sistemas donde mejor funciona la acreditación son aquellos en que se realiza de manera voluntaria, no obligatoria como se pretende acá.
“La acreditación universitaria obligatoria en el Perú creará un nuevo problema porque estará sujeta a trámites burocráticos”, dijo.Mientras que, por otro lado, será difícil que las universidades -que son en realidad negocios- tengan la iniciativa de realizar una acreditación de las carreras que ofrecen, pues se trata de procedimientos de gran complejidad y costo.
La Primera
11-12-09
11-12-09
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