martes, 30 de septiembre de 2008

China
¿Capitalismo rojo o
comunismo de mercado?


El difunto máximo líder chino Deng Xiaoping dijo a comienzos de la década de los noventa: “Hay mercado en una economía planificada, y existe planificación en una economía de mercado.” Hizo el comentario para silenciar a ideólogos del partido que estaban a punto de lanzar un debate nacional para establecer si sus reformas de economía de mercado concordaban con el socialismo.
Deng simplemente dijo a la nación que no existe una demarcación absoluta entre socialismo y capitalismo y que no debieran perder tiempo buscándola. Pero es poco probable que cuando Deng hizo el comentario se le haya ocurrido que estaba prediciendo eventos como los que se desarrollan actualmente.

China se ha concentrado durante los últimos 30 años en la desnacionalización para convertir su economía socialista en una economía de libre mercado. En este impulso, el gobierno en Beijing obviamente usaba como modelo al sistema económico occidental de libre mercado, liderado por EE.UU. China ha tratado durante 40 años de adaptarse a estándares internacionales, que son establecidos en gran parte por Occidente, de nuevo dirigido por EE.UU., y su ambición de modernización es alcanzar a las principales economías capitalistas, con EE.UU. como el objetivo máximo.

Pero ahora, mientras China se aproxima a una economía de libre mercado, EE.UU. tiene que adoptar más y más medidas “socialistas” para salvar del colapso a sus mercados financieros. Para algunos economistas chinos, el rescate por Washington de las dos compañías de financiamiento de hipotecas Fannie Mae y Freddie Mac, y de American International Group (AIG) es un acto de “nacionalización”. Y el paquete de rescate de 700.000 millones de dólares propuesto por el gobierno de George W Bush es otro paso en esa dirección.

“Las acciones de Washington constituyen una revelación para los creyentes en una economía libre en China, que ahora se dan cuenta de que incluso en una economía de mercado, el gobierno no puede negarse siempre a tocar a la economía, por orientado hacia el mercado que sea,” dijo un investigador de economía en la Academia China de Ciencias Sociales (CASS).
“Por otra parte, las acciones de EE.UU. parecen ofrecer una ‘justificación,’ o excusa para gritar más fuerte, a los que han estado pidiendo que el gobierno chino ‘rescate’ a los mercados en caída de bienes raíces y de la bolsa, sin importar las diferencias en las situaciones en China y en EE.UU.”

Las medidas de rescate en EE.UU., dirigidas por el Secretario del Tesoro, Henry Paulson, suceden sólo 18 meses después que Paulson advirtiera que China arriesga perder billones de dólares en potencial económico a menos que abra sus mercados de capital.
“Un mercado financiero abierto, competitivo y liberalizado puede asignar efectivamente recursos escasos de un modo que impulsa la estabilidad y la prosperidad mucho mejor que la intervención gubernamental,” dijo Paulson, según Bloomberg, a una audiencia en el Mercado de Futuros de Shangai.

Ahora el gobierno chino enfrenta pedidos del interior para que tome medidas a fin de ayudar a su propio mercado inmobiliario.
Según National Business Daily del 24 de septiembre, la semi-gubernamental Asociación China de Bienes Raíces ha presentado un informe al Consejo de Estado, o gabinete, proponiendo que el gobierno afloje su política restrictiva en el mercado inmobiliario. El vicepresidente de la asociación, Zhu Yizhong, dijo que las propuestas incluyen que se permita a los gobiernos locales que “rescaten” sus mercados de bienes raíces así como que reduzcan el impuesto a transacciones inmobiliarias.

En efecto, la asociación quiere que Beijing “legalice” iniciativas emprendidas por algunos gobiernos locales para detener una caída en los precios de la vivienda en sus localidades, incluyendo subsidios financieros para compradores de casas, dijo el economista de CASS.
Por ejemplo, una política decidida el 4 de septiembre en Xian, capital de la provincia septentrional Shaanxi, estipulaba que del 4 de septiembre al 31 de diciembre de 2009 compradores de apartamentos de menos de 90 metros cuadrados, o apartamentos usados de menos de 144 metros cuadrados, recibirán un subsidio del gobierno municipal de 0,5% a 1,5% del precio total. Para alentar a los constructores para que inicien la construcción de proyectos habitacionales, el gobierno también promete eliminar algunos gravámenes.

Muchas otras ciudades, incluidas Xiamen, Nanjing, Changsha y Chengdu, han lanzado políticas similares este año para estimular los flojos mercados locales de bienes raíces.
El gobierno municipal de Xiamen en la provincia Fujian anunció que los compradores de departamentos entre 70 y 80 metros cuadrados, recibirán hukou o residencia permanente en Xiamen para hasta dos personas.

Esas ciudades han lanzado las medidas de rescate no porque haya fuertes caídas en los precios de la vivienda sino por una caída en la venta de viviendas.
Los precios de viviendas en 35 ciudades aumentaron un 8% anual en el segundo trimestre, menos que el 9,8% en el período entre enero y marzo, según la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma y el Buró Nacional de Estadística, sugiriendo que los esfuerzos de Beijing del año pasado por frenar los préstamos y los precios tienen efecto.

En Xian, los precios de viviendas aumentaron un 20,8% en el segundo trimestre, pero las transacciones bajaron un 20% según el área útil. Los precios de casas en Xiamen fueron los terceros por su nivel entre las 35 ciudades – a un promedio de unos 7.000 yuanes (1.000 dólares) por metro cuadrado. Pero las ventas disminuyeron un 64%.
Por lo tanto, sus medidas de rescate han provocado intensas críticas. Los críticos dicen que los gobiernos de las ciudades están desafiando la política de Beijing sólo para mantener los precios de la vivienda a un nivel elevado a fin de poder obtener más fondos de las ventas de terrenos, que se han convertido en una fuente cada vez más importante de sus ingresos fiscales.

Una encuesta en línea de Xinhua.net indicó que casi un 90% de los encuestados creen que las políticas de subsidio del gobierno local no son justificables.
Como defensa, Xiao Zhengguang, vicesecretario general del gobierno municipal de Xian, dijo que el gobierno tiene la responsabilidad de solucionar problemas enfrentados por la industria inmobiliaria ya que esa industria es un pilar de la economía nacional.

Numerosos analistas dicen que la intención oculta tras las políticas de los gobiernos locales de fortalecer las ventas de viviendas también es promover el crecimiento del producto interior bruto local, aparte de aumentar sus ingresos fiscales.

“La situación es muy diferente de la de EE.UU. Los precios de casas en China siguen siendo altos y [la vivienda privada] no es asequible para los asalariados promedio. Además, no ha habido una fuerte baja de los precios de casas que pudiera amenazar a la industria financiera. Así que no hay motivos para una intervención del gobierno,” dijo el economista de CASS.
“Esos gobiernos municipales y urbanizadores juegan con Beijing para velar por sus propios intereses. Hay que meter en cintura a esos gobiernos locales ya que sus políticas se oponen a las de Beijing.”

Li Daokui, director del centro de investigación económica china y mundial en la Universidad Tsinghwa, dijo que es injusto utilizar dineros públicos para subvencionar a compradores de viviendas. También cuestionó las medidas locales para ayudar a urbanizadores. “Al dar subsidios a urbanizadores, deberían considerar que se les exija que bajen los precios de las viviendas.”
Li sugiere que el subsidio debiera ser dado a compradores de su primer apartamento, en lugar de hacerlo con todos los compradores. Los compradores de su primera casa son personas que realmente la necesitan, dijo.

Chen Hewu, investigador de economía en el Centro de Certificación de China, criticó al gobierno local por apuntalar el mercado de bienes raíces dando subsidios cuando los precios de viviendas siguen estando a un nivel intolerable.
El precio razonable de vivienda internacionalmente reconocido es de tres a seis veces el ingreso anual de una persona. En China, la ratio del precio de viviendas respecto al ingreso anual de un asalariado promedio es de 15 a 20 veces o aún más.

Rebelión
30-09-2008
GLOBALIZACIÓN CONTRA
GLOBALIZACIÓN

Xian Bing


Gran parte de los asuntos que van a ser tratados en el Annual Meeting of the New Champions contienen como denominador común el “proceso de la globalización” en el que sin duda China tiene un papel muy destacado. Pero ¿qué papel juegan las empresas chinas en la esfera global? Global Asia presenta aquí una síntesis de la perspectiva, entorno a esta cuestión, del Sr. Xiang Bing decano de la prestigiosa Cheung Kong Graduate School of Business (CKGSB), excelente conocedor de las implicaciones y efectos de la globalización en el marco de las empresas y multinacionales chinas.

¿Cómo se sitúan las empresas chinas en el marco de la globalización?

A lo largo de las tres últimas décadas de reforma y apertura, China ha sido competitiva mundialmente gracias a sus bajos costes. Sin embargo, no se han tenido en cuenta importantes problemas entre los cuales debemos citar, en primer lugar, el coste generado por la contaminación del medio ambiente. Por citar un ejemplo, el cumplimiento de la normativa europea no es algo que pueda resolverse con los 1.5 billones de dólares de divisas. En segundo lugar debemos señalar costes como la asistencia médica y la jubilación. En este sentido, podría decirse que el bajo precio de los productos ha sido posible gracias a sacrificios realizados en materia de medio ambiente, asistencia sanitaria y pensiones de jubilación. En otras palabras, la economía china, en su avance hacia la prosperidad, ha pagado enormes costes sociales. En relación al entorno en el que se encuentran las empresas chinas, y debido a la idea generalizada de “la amenaza china” entre la comunidad internacional, existen enormes dificultades y riesgos a una integración de recursos si ésta se lleva a cabo con la presencia de la compañía estatal como núcleo y basada en el modelo del “yo en el papel principal”.


Además, el insuficiente nivel administrativo afectará al sector empresarial chino al que le supondrá un gran reto la apertura al mercado mundial valiéndose únicamente de sus propios esfuerzos. Esta situación ha sido demostrada por los fracasos estrepitosos de algunas compañías chinas en sus intentos de fusión y adquisición de empresas extranjeras. En definitiva, el sector empresarial chino ha pagado cara su inmadurez.

¿Se han integrado completamente las empresas chinas en el escenario mundial?

Gracias al desarrollo económico de los últimos treinta años, la economía china ha obtenido muy relevantes logros. Un claro ejemplo es que la industria manufacturera china ha conseguido un puesto clave a nivel mundial mediante su superioridad en cuanto a costes se refiere. Sin embargo, frente a la cada vez más intensa competitividad mundial, la economía china y las industrias de nivel inferior tendrán dificultades para garantizar que su competitividad se mantenga a largo plazo. Además, dichos niveles se enfrentarán a la posibilidad de ser marginados por la economía global. En ese sentido, el fortalecimiento de un país no puede depender solamente de la exportación de calzado, calcetines o mecheros, sino que necesita que la industria fundamental se realce. Las empresas chinas deben indagar y buscar fórmulas que garanticen su desarrollo para evitar ser marginadas, y resolver, mediante este impulso, problemas como el bajo nivel administrativo.

Como decano de una Escuela de Negocios (Cheung Kong Graduate School of Business) y con amplia experiencia profesional en el extranjero, el doctor Xiang Bing entiende que hoy en día las empresas chinas se ven obligadas a afrontar la competitividad mundial desde el inicio. Un ambiente tan competitivo y completamente nuevo exige que una compañía se replantee su estructura empresarial, filosofía de gestión y estrategia industrial conforme a las prácticas internacionales, y que explore cómo hacer frente a esta compleja competencia internacional. De acuerdo con Xiang Bing, la competitividad mundial ha llegado a la era de la “cadena contra cadena”, es decir, una cadena que está constituida sobre el reparto industrial y la libre circulación de recursos productivos y de capital, caracterizada a su vez por la distribución global de los materiales productivos de sentido competitivo. Por un lado, la especialización obtenida en la producción ha convertido la rivalidad entre empresas en las intra-cadenas, las cuales han superado las fronteras geográficas para distribuirse en todo el planeta.

Por otro lado, los límites mercantiles entre distintas naciones se hacen cada día más “borrosos”, formándose de esta manera un mercado global único. Con esta situación, si una empresa china quiere incorporarse al “escenario mundial”, no debe limitarse al mercado regional, ni tampoco basarse en medios rudimentarios como la “guerra de precios”. Desde hace tiempo, las grandes multinacionales concentran sus miradas en las cadenas industriales con la intención de conquistar el mercado mundial. Dicho en otras palabras, para ser realmente competitivas, las empresas chinas necesitan ensanchar su horizonte, encontrar su posición en el reparto industrial y, al mismo tiempo, integrar recursos en todo el planeta. Nuevas ideas, nueva estrategia“Hoy en día no sólo debemos mirar hacia el exterior desde China, sino que al mismo tiempo necesitamos mirar a China desde el exterior”.

¿Para quién va dirigida la empresa china?

¿A quién se dirige una empresa? Esta pregunta, cuya respuesta resulta tan obvia para los occidentales, ha desconcertado a los empresarios chinos durante muchos años. Las compañías estadounidenses persiguen crear beneficios para sus accionistas. Dicho, y hecho. En cuanto a las japonesas, colocan su personal en el primer plano, el proveedor en el segundo, la clientela en el tercero, quedando la propia empresa en último lugar. No es su aspiración la lucha por el valor de los accionistas. En este sentido ¿cuál es el propósito de las empresas chinas? La zona de Guangdong cuenta con numerosas fábricas sobresalientes, pero si todas persiguieran la mayor cantidad productiva, ¿cuál sería la situación? En opinión de Xiang Bing, en el futuro, el sector empresarial chino no tendrá otra alternativa que incorporarse a la competitividad mundial. Sin embargo, dado el punto de inicio relativamente bajo y el corto plazo de crecimiento, las empresas chinas se hallan todavía en fase de fabricación de productos de bajo valor añadido. Además, este tejido empresarial se encuentra en una situación dirigida, y con un nivel y una capacidad administrativa lejos de ser competitiva a nivel internacionalmente. Por otro lado, a causa del enorme contraste cultural entre Occidente y Oriente, es posible que las compañías chinas se encuentren ante riesgos de marginación. Además, el impacto sobre el valor que conlleva el cambio social, exige a su vez una reconstrucción del orden moral.

La corta trayectoria de la economía de mercado ha causado que no se haya formado una cultura empresarial sana y positiva. ¿Cómo deben construir su propio “hogar espiritual” las empresas chinas? En el escenario de la globalización lo que le falta a China no son ricos sino instituciones comerciales potentes y un gran espíritu empresarial. Por este motivo, en el camino hacia la globalización, China necesita fomentar un espíritu de humanismo, para que las empresas y los empresarios chinos puedan reformar su tradicional modo de pensar y establecer un horizonte más amplio que les permita conocerse y comprender mejor esta corriente competitiva de la globalización. De este modo, podría establecerse un sistema moral que coincida con las necesidades de la economía de mercado y los intereses del desarrollo sostenible, con el fin de transformar el modo de ver algo extremo de los ciudadanos chinos en torno a los intereses económicos.
“Globalización contra globalización”

A partir del 2002, el profesor Xiang Bing inició su investigación sobre el modelo de desarrollo conocido como “globalización contra globalización”, cuyo núcleo consiste en la integración de los recursos mundiales. Esto vendría a significar “valerse de la misma globalización para enfrentarse a ella”, siendo ésta vía la única salida de las empresas. Algunos sectores han emprendido su trayectoria global aprovechando la atracción e influencia del mercado chino sobre las multinacionales. En otras industrias que reúnen las condiciones necesarias, sobre todo en las que presentan una importante demanda, se ha adoptado la forma de coalición selectiva con los líderes sectoriales o adquisición de empresas que poseen la tecnología central. A través de esta fórmula de “asimilar lo bueno de los demás”, “mercado de cerebros” y “mercado por acciones”, algunas empresas chinas han podido incrementar su fuerza en poco tiempo y lograr así un gran salto cualitativo. Asimismo, otras empresas disponen de las condiciones de integración en el ámbito internacional, tanto para aumentar su cuota en el mercado nacional como para abrir el mercado exterior de un modo discreto. A estos modelos de desarrollo Xiang Bing los denomina “nuevas estrategias de occidentalización”.

En una palabra, los empresarios chinos están empezando a mirar a China desde el mundo a fin de determinar correctamente la posición de la industria nacional, para luego explorar la estrategia y el camino a seguir en su avance hacia la internacionalización. En definitiva, el doctor Xiang Bing aconseja al empresariado chino lo siguiente: en primer lugar, las marcas chinas deben superar las fronteras nacionales, tal y como hizo la empresa coreana Samsung, la cual, si no hubiera superado el territorio coreano, hoy no sería posible su éxito internacional; en segundo lugar, desprenderse del tradicional modelo de pensamiento; y, en tercer lugar, aplicar en China las teorías de administración y gestión occidentales. Según Xiang Bing, para las empresas chinas, la única manera de enfrentarse a los desafíos es aplicar la “globalización contra globalización”.

Globalasia
1-09-2008

domingo, 28 de septiembre de 2008

¿RÉQUIEM POR LA REVISTA
DE LA FACULTAD?

ALBERTO MOSQUERA MOQUILLAZA

Si una publicación no circula
con puntualidad,
está sentenciada a morir”

Guillermo Thorndike
[1]

Me escriben desde Montreal, inquiriendo por la Revista de la Facultad. Ignoran que desde hace un año y cuatro meses he dejado de ser el Coordinador de edición de dicha publicación,[2] que se supone tiene una periodicidad trimestral, pero cuya última entrega corresponde a diciembre del año 2007, hace exactamente nueve meses.

Conociendo lo que pasa en la Facultad deduzco las vicisitudes actuales de la revista, y sobre ellas versarán estas líneas, al mismo tiempo que comparto con ustedes una experiencia editorial, que comprendió no solamente la publicación de la Revista sino también libros y boletines[3], que nos colocaron en un lugar expectante en el mundo académico e intelectual.

Lo primero que debo decir es que una revista no se explica por si sola. En la mayoría de los casos – estamos hablando de la Universidad- ella forma parte de un proyecto mayor. Es decir que habrá revista buena y sostenible en el tiempo siempre y cuando exista un norte de desarrollo establecido, al que la publicación apuntala. Si no existe ese derrotero, la revista podrá salir, pero más temprano que tarde desaparecerá por no haberse precisado sus objetivos en el marco de lo que integralmente se busca.
EL NORTE DE LA REVISTA

La experiencia de Estrategia y Desarrollo (ESTRADE) es ilustrativa. En los años 90, desde antes de asumir la dirección de la Facultad, se sabía lo que tenía que hacerse cuando ese momento llegara. El nombre del movimiento obedeció a la importancia que se le dio al diseño de la estrategia de salida a la terrible crisis de gobierno que se sufría en esos años, que atravesaba de extremo a extremo la vida académica y administrativa de la Facultad, y que la había colocado prácticamente al borde de su extinción. Como parte de esa estrategia había que asumir: “la estructuración de órganos de difusión adecuados para recuperar la influencia de la Facultad en el debate nacional sobre los problemas económicos del país”.[4]

Esta idea-fuerza, vital para la relación de la Universidad con la comunidad nacional, se mantuvo hasta el final de nuestras responsabilidades. Por esta razón, cuando en el año 2001, luego de la publicación de 19 números, se abre la Tercera Época de la Revista[5], se señalaron como objetivos:

• Contribuir, desde una perspectiva multidisciplinaria, a la reflexión sobre los principales problemas económicos y sociales del país y del mundo.
• Generar una corriente de pensamiento económico genuinamente sanmarquino en el marco de las responsabilidades de la Universidad con el país.
• Afirmar y consolidar la presencia de la Facultad y de los economistas sanmarquinos en el mundo de la intelectualidad y el mercado profesional.
• Contribuir a la afirmación de una cultura democrática en el país.
• Contribuir al desarrollo de una identidad sanmarquina, de autoestima y orgullo por pertenecer a una cuatricentenaria Universidad y a una Facultad con 126 años de existencia.

Si se habla de la función social de la Universidad, la revista jugó un papel de primer orden en la proyección hacia sus extramuros, porque desde su primer número buscó el acercamiento a los sectores sociales a los cuales se debe una Universidad como San Marcos, convocada por la historia a ser un referente del pensamiento social. Fuimos conscientes de que a través de la revista podíamos interactuar no solamente con los economistas, buscamos, preferentemente, posicionarnos en los círculos no especializados a los cuales llegamos con la palabra autorizada de la Universidad, buscando a través de esta relación de ida y vuelta, la legitimidad perdida.
AUTONOMÍA DE PENSAMIENTO

No se trataba entonces de llegar por llegar a nuestro público-objetivo. En la Universidad siempre hemos abogado por la vigencia de un pensamiento crítico, porque entendemos que un país como el nuestro requiere del concurso de una intelectualidad reflexiva y crítica. Además, las horas que vivíamos, de posicionamiento del neoliberalismo como pensamiento-guía en la sociedad peruana nos imponía como primera obligación asumir una actitud irreverente con el estado de cosas reinante. Y así lo hicimos, a pesar de que la Universidad, desde 1995 estaba intervenida por una Comisión Reorganizadora, y de que en la propia Ciudad Universitaria se había establecido, por orden del gobierno, una base militar, a la que pertenecían los soldados que una noche de agosto de ese mismo año allanaron la sede del Sindicato de Docentes de Economía (Sindec).

En esas condiciones se trabajaron los primeros 18 números, sin abdicar de nuestra autonomía de pensamiento, dispuestos eso sí a tirar los trastos si acaso se hubiese intentado algún nivel de censura. De esta manera, con el concurso de los docentes, fuimos realmente atrevidos al abordar temas neurálgicos para el pensamiento oficial de entonces. A manera de ejemplo, cito dos fragmentos del editorial del número 3 de la revista:

“…Creemos que se están manejando peligrosamente los números, (se refería a las autoridades gubernamentales. A.M) con evidente fines políticos antes que técnicos. Se trata de presentar al modelo económico implantado como el que tiende a resolver el problema de la pobreza en el país y ello no sólo contribuye a querer ocultar las debilidades del modelo, sino también a tratar de silenciar el reclamo de muchos sectores de la comunidad por mejores condiciones de vida”, para después afirmar:

“…como lo venimos sosteniendo desde el primer número de esta Revista, nuestra Universidad tiene la obligación intelectual y moral de contribuir a la reflexión académica y técnica sobre tan lacerante problema y de presentar las alternativas que se consideren pertinentes”.
[6]

Desde esta perspectiva de compromiso social, nuestro público objetivo – lo dijimos líneas arriba- no podía ser exclusivamente el de los economistas. Para estos círculos se trabajaron publicaciones especializadas. La revista tuvo otras fronteras sociales, las cartas de felicitación y agradecimiento, incluyendo aquellas procedentes de algunas cárceles peruanas nos decían que no nos habíamos equivocado. Indudablemente que el posicionamiento fue académico e intelectual, gracias al cual a la Facultad se le abrieron las puertas de instituciones de diferente naturaleza, a las que en otros años ni siquiera había llegado.

La imagen así alcanzada, trabajada con una voluntad de orfebre, nos permitió contar con el concurso de colaboradores de fuera de la Universidad del más alto nivel, particularmente del extranjero. La columna vertebral la puso la docencia de la Facultad, de cuya plantilla 57 profesores escribieron en la Revista, pero además se contabilizaron 75 colaboradores externos, de los cuales 27 pertenecían a Universidades o entidades foráneas. Sólo como referencia, podemos decir que hemos tenido el honor de contar con el concurso de José Antonio Ocampo[7], quien fuera Secretario Ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Jorge Chediek, Representante Residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para el Perú[8], y Bernardo Kliksberg,[9] asesor de las Naciones Unidas, BID, UNESCO, entre otras instituciones del mismo nivel. Quienes se mueven en el mundo de la intelectualidad dará fe de nuestra afirmación: ninguna de esas personalidades habría comprometido su participación si es que antes no se hubieran percatado de la calidad de la revista[10]. Con el tiempo no hubo que tocarles las puertas, ellos mismos nos enviaban sus artículos.
PRESUPUESTO ESPECIAL

En la construcción de esa imagen la calidad de los artículos es importante, lo fundamental, pero en los tiempos que vivimos, donde palabras como calidad, excelencia y marketing son altamente significativas, la forma, la presentación, suele convertirse en un asunto clave para la aceptación de las publicaciones. Esto tiene que ver con el cuidado en la edición y corrección de los artículos, diseño de carátula e interiores, selección de ilustraciones y fotografías, trabajo de impresión, calidad de papel, etcétera. Estos procesos tienen un costo insoslayable. Es decir, un proyecto editorial serio presupone un presupuesto especial que garantice su continuidad, a sabiendas además que el retorno de la inversión no se da en términos crematísticos, sino en proyección académica, intelectual, por ende en imagen institucional, lo que para la Facultad, dado su ostracismo era un asunto de primera necesidad. Ese fue el desafío, que se asumió sin regateo alguno: prioridad de prioridades, fueron las palabras mágicas, y no se escatimaron esfuerzos, porque se sabía, como señala la sabiduría popular, que lo barato suele salir caro. La propia experiencia de la revista lo ratificaría.[11]
¿Qué sucede hoy? El que en un año y 4 meses, la Facultad sólo haya publicado un número de la revista es de por si un retroceso. No se trata de salir cuando se pueda. La Facultad tiene una obligación ética con la comunidad nacional, la revista es una de las formas más sostenidas de proyección hacia ella, con los análisis, avances de investigación, ensayos, reflexiones y propuestas de la docencia sanmarquina sobre los múltiples problemas económicos y sociales del país y el mundo. Siempre se afirma que San Marcos, como Universidad decana de América, debe ser un referente del pensamiento social, hay que demostrarlo en los hechos.

Justificarse con la supuesta carencia de fondos no es ajustarse a la verdad. La Facultad tiene los recursos suficientes para encarar la publicación de la revista con una periodicidad trimestral, lo que sucede es que se privilegian otros pagos[12], al no comprenderse la importancia estratégica de la revista en la búsqueda de la legitimidad perdida. Los 30 números editados –salvo el número 19 por las razones expuestas- cimentaron un camino de reencuentro de la Facultad con el país y sus gentes, el enmudecimiento de hoy nos vuelve a separar. ¿Quiénes ganan y quienes pierden? Ganan aquellos sectores que en el país trabajan porque la Universidad pública, y San Marcos en especial, permanezcan encerrados en sus claustros, lejos del día a día de la economía y sus efectos en las mayorías nacionales; pierde la Universidad, la docencia sanmarquina, el país, sus gentes, diluyéndose, otra vez, la posibilidad de hacer realmente de San Marcos un centro de estudios al servicio de las mejores causas.
En consecuencia, debe retomarse el camino de la publicación regular de la Revista de la Facultad, convocarse a los docentes que con sus escritos le dan caché, retomar el contacto con los colaboradores de España, Estados Unidos de Norteamérica, Canadá, Argentina, Japón, Puerto Rico, Cuba, Brasil, etcétera, dotar al proyecto de un presupuesto intangible, y asegurar que en los diferentes etapas de su edición se cumpla estrictamente con la recomendación de la Oficina General de Auditoría de la Universidad, explicitada en la nota Nº 11 de este artículo.

Ciudad Universitaria, setiembre de 2008

NOTAS Y PRECISIONES

[1] THORNDIKE, Guillermo, El Rey de los Tabloides, USMP, Lima, 2008, p.57

[2] Entre julio de 1996 y setiembre del año 2006, la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de San Marcos publicó 30 números de su revista. Con excepción del número 19, publicado en marzo del año 2001, los demás números fueron coordinados por el suscrito.

[3] Además de la revista y boletines internos coordinamos la edición de los libros Cristal de Mira (Humberto Campodónico), Deuda Externa Peruana 1969-2004 ¿Atrapados sin salida? (Hugo Lezama Coca), Introducción a las Cuentas Nacionales, Conceptos y Aplicaciones (Aurelio Valdez Caro), dos antologías de artículos publicados en el diario Síntesis, editados con los nombres de Días Con Huella, a propósito de los Jueves Económicos (2000), Bitácora Académica, Crónicas sobre el Perú real 2000-2002 (2004) y Per cápita, boletín especializado…

[4] El documento “Nuestra alternativa” apareció en febrero de 1993, suscrito por los profesores Jorge Cabrejos, Antonio Lama, Vicente Fernández, Carlos Quiroz y Adolfo Medrano.

[5] La primera época de la revista fue la fundacional, se extendió hasta los años 60 del siglo XX, en que se extinguió. La segunda época se inaugura con la Administración de ESTRADE en 1996, con la Universidad intervenida, a ella corresponden las ediciones del número 1 al 18. El número 19 de la revista, publicado en marzo del año 2001, se editó en un periodo de transición hacia la restauración del Estado de derecho en la Universidad; mientras que la tercera época se abrió con el número 20, nuevamente con los representantes de ESTRADE en el gobierno de la Facultad. Los objetivos anotados, como los alcances del conjunto del proyecto editorial, figuran en la Resolución Rectoral Nº 06426-R-01 del 10 de octubre del año 2001.

[6] Revista de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNMSM, Año II, Nº 3, Lima, abril 1997, pp.4-5.

[7] Revista de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNMSM, Año III, Nº 9, Lima, setiembre de 1998.

[8] El PNUD tuvo el gesto de autorizar a sus funcionarios divulgar en el número 27 de la revista el Informe sobre Desarrollo Humano, Perú 2005, el mismo que fue distribuido en un CD con cada ejemplar de la misma. Asimismo, en el número 29 de la revista, de junio del año 2006, publicamos el documento “La construcción de la ciudadanía está incompleta”, de Jorge Chediek.

[9] Los números 13, 14,18 y 20, contaron con escritos de Bernardo Kliksberg.

[10] Dejamos la revista camino a ser acreditada por la representación peruana de Scielo (Scientific Electronic Library), su ficha ya estaba en Latindex. De acuerdo con las comunicaciones de CONCYTEC el tema no pasaba por la calidad de los artículos, sino por cumplir requisitos de orden formal.

[11] En junio del año 2001, en el periodo de la transición, fui denunciado ante la Alta Administración de la Universidad por el Mag. Gilberto Cárdenas, en ese entonces director del Instituto de Investigaciones, por un supuesto sobreprecio a la edición de 18 números de la revista. Señalaba la denuncia (Oficio 094-IIE-2001) que mientras que el número 18 había tenido un costo de S/ 21,000 soles, el número 19, editado por las autoridades de transición, había costado S/ 5,850 soles, “teniendo ambas las mismas características, número de ejemplares y volumen”. La diferencia de S/ 15,150 soles, multiplicada por 18 números arrojaba un supuesto sobreprecio de S/271, 700 soles, lo que evidenciaría, según el denunciante, un uso irregular de los recursos de la Facultad. El informe del Auditor General de la Universidad (Oficio 490-2001-UNMSM/AI de fecha 6 de setiembre de 2001) fue contundente: a.- El costo de la publicación de la revista 18 y números anteriores “se encuentra dentro de los precios de mercado, teniendo en consideración la calidad del trabajo requerido”, b.- La revista 19 había sido publicada a un costo menor, sin embargo había dado lugar “a un trabajo de menor calidad y con muchas deficiencias”. Finalizaba el informe con una recomendación: que en los procesos técnicos de cotización y elaboración del cuadro comparativo de cotizaciones y adjudicación de la buena pro DEBÍA TENERSE PRESENTE NO SOLO EL FACTOR PRECIO, "SINO TAMBIÉN LA CALIDAD, CANTIDAD, OPORTUNIDAD Y LUGAR DEL SERVICIO REQUERIDO".

¿Qué habían hecho los editores de la revista Nº 19 para bajar sus costos? Pues habían contratado a una imprenta “que cobraba menos” y que se encargaba de la diagramación, carátula e impresión, incorporando además a un estudiante de Comunicación para las correcciones de estilo. Para estos colegas, según el informe 001-REV-2001, resultaba gravoso contratar a una diseñadora gráfica para la carátula, pagar por el trabajo de corrección y edición de interiores, y luego contratar una imprenta de primera; además de costear los envíos y el apoyo administrativo. Las conclusiones del Auditor nos eximen de mayores comentarios, aunque es bueno, finalmente, indicar que el encargado de la edición de la revista Nº 19, figura hoy en los créditos de la revista Nº 31 como Coordinador de Edición, y que la imprenta que “cobró menos” y que entregó un trabajo “de menor calidad y con muchas deficiencias” en ambas ediciones ha sido la misma; lo que revela, si nos fijamos en la impresión del número 31, que la experiencia no se ha asimilado, de lo contrario no le faltaría su hoja de respeto, no hubiera disminuido el gramaje del papel, y la carátula no mostraría los efectos del trabajo de una imprenta “que cobra menos”.

[12] En la presentación de la revista Nº 31 se lee que ella sale luego de superar “dificultades económicas encontradas”. Esto no es así. Consta en los documentos de entrega de cargos que en junio de 2007 ESTRADE dejó S/ 500, 000 nuevos soles a la nueva administración, cantidad más que suficiente para editar la revista, teniéndose en cuenta, además, que se dejaron - así lo señala el acta- 24 artículos. De no haber existido ese dinero, el Decano, el Director de la Unidad de Post Grado y el secretario docente de la misma no hubieran podido viajar a Francia en octubre de ese mismo año, desplazamiento que según la Resolución Rectoral Nº 05472-R-07 del 12 de octubre de 2007 tuvo un costo de US$ 11,882.75 dólares americanos. Ahora bien, en el caso hipotético de ser cierta la afirmación de las “dificultades económicas encontradas”, ¿no se han realizado acaso Programas de Titulación, de cuyos ingresos no podría haberse destinado una partida para cubrir los gastos de la la revista?

En ese mismo sentido, si la Ley Nº 27806, de Transparencia y Acceso a la Información pública se cumpliera en la Facultad, podríamos observar como solamente en el pago de bonificaciones a las autoridades y funcionarios de la Facultad, de junio a diciembre del año 2007, se gastó más de lo que hubiera costado editar, como mínimo, tres números de la revista.
LA ECONOMÍA CRÍTICA
(Entrevista a Ángel Martínez Gonzáles-Tablas,
profesor de la Facultad de Ciencias Económicas
de la Universidad Complutense de Madrid)



El Viejo Topo


En el epílogo que usted y Santiago Álvarez Cantalapiedra han escrito para la edición española de La situación del mundo del Worldwatch Institute de 2008 hablan de economía crítica, solidaria y alternativa. Podríamos empezar definiendo este paradigma económico. ¿A qué puede llamarse economía crítica?

La Economía Crítica se sitúa en el plano teórico y toma como referencia el saber económico establecido, al que critica desde unas coordenadas diferenciadoras. Se opone a cómo se construye la Economía como disciplina científica. Ésta avanza de manera paradójica: por un lado, recortando su objeto de estudio prestando únicamente atención a aquello que puede ser traducido al lenguaje de los precios y se relaciona con el mercado; por otro, ampliando su campo de influencia en la explicación de lo que acontece a través de la colonización de otras ciencias sociales con el arma de su razonamiento fragmentario. A ello se suma una creciente sofisticación matemática sobre la presunción de que todo puede ser abordado como si se tratara de un problema de maximización -de beneficios, de satisfacciones o de utilidades- sometido a ciertas restricciones, obviando la pluralidad de motivaciones humanas, la condición de género de las personas, los contextos sociales e institucionales, etc., etc. Sin embargo, la historia, las instituciones, las relaciones sociales, las creencias y los valores presentes en una cultura, el entorno natural, etc., desempeñan su papel en la explicación de los fenómenos económicos. Frente a este reduccionismo en el quehacer de la economía estándar, la economía crítica busca interpretar la realidad desde un replanteamiento epistemológico que implique la apertura a otras ciencias (no sólo sociales, sino también biogeofísicas) y a influencias procedentes de perspectivas apenas consideradas (la visión de género, la perspectiva ecologista, las demandas de aquellos que ocupan posiciones diferenciadas en la división social del trabajo, etc.)
¿Y esto último enlaza con lo que podemos entender por economía solidaria?

En efecto, porque al referirnos a la economía solidaria lo que se trata de reflejar son experiencias y demandas formuladas y ensayadas por sujetos sociales que alcanzan, o al menos apuntan, cierto carácter o grado de significación. No porque estén muy extendidas, sino porque revelan un funcionamiento sobre la base de otra lógica y otros principios. Ahí confluyen múltiples prácticas de acción colectiva que surgen de procesos muy diversos: unas al amparo de la tradición del movimiento obrero, otras proceden del mundo asociativo, de la experiencia de la cooperación al desarrollo, del arraigo en lo local, de corrientes culturales alternativas. Beben unas de las otras, facilitando el encuentro de culturas militantes diversas. No siempre lo logran, pero es interesante observar cómo en cada iniciativa -sea comercio justo, un banco de tiempo o un grupo autogestionado de consumo- se contempla, al menos sobre el papel y como declaración de intenciones, la cuestión de género, el problema de la sostenibilidad ambiental o de la injusticia Norte-Sur, y que en el momento en que necesitan dotarse de una organización busquen formas con dimensión cooperativa, con independencia de la fórmula jurídica que finalmente adopten.
El intento de crear, apoyar o contribuir al surgimiento de una economía alternativa, ¿no es más bien un intento normativo, ideológico en alguno de los sentidos nobles de la expresión, que una propuesta científica? ¿No hay acaso un paradigma científico establecido en el ámbito de las ciencias económicas como lo hay en la física o la matemática por ejemplo?

En Economía no hay un paradigma científico establecido que reúna la adhesión libre y unánime de los economistas, lo cual no quiere decir que no haya un paradigma dominante. La economía convencional, forjada en torno al tronco neoclásico, tiene ese carácter y ejerce con fuerza su dominio, tratando de expulsar del seno de la comunidad científica, de lo que podríamos entender el colectivo de economistas serios, a los que acotan otro campo, hacen otras preguntas, utilizan otro enfoque metodológico y persiguen otros objetivos. Aunque lo hagan con rigor científico. En este contexto, la Economía alternativa trata de construir una propuesta científica, desde criterios normativos e ideológicos diferentes de los de la Economía ortodoxa. Ciencia, valores y contenido de clase no son entre sí excluyentes, salvo que la ideología actúe como un sesgo que impida la percepción y el análisis de la realidad, dificulte la observación, obstruya la argumentación lógica y la contrastación o falsación que pueda practicarse de las formulaciones alcanzadas. Para conseguir ese propósito, la Economía alternativa tiene que alimentarse de la simbiosis entre una teoría sólida y una práctica rica. No puede quedarse en discurso académico, por muy consistente que éste sea, ni ser una amalgama de experiencias carentes de comprensión, de propósito y de capacidad de reproducirse.

Desde otro enfoque metodológico dice usted. ¿Qué enfoque es ese?

Un enfoque que analiza la economía real no en términos de supuestas racionalidades abstractas sino como expresión de un sistema económico específico, que se aleja del individualismo metodológico, que no acepta el vacío social e institucional en la percepción de lo económico, que tiene en cuenta como componentes básicos la historia, los sujetos y las relaciones sociales, que concibe la economía como un subsistema abierto dentro de un sistema social y natural…
Hablaba también usted de contenido de clase. La expresión es actualmente muy inusual en algunos ámbitos. ¿Podría precisar un poco más el contenido de ese contenido de clase?
No lo utilizo como retórica. Intento decir que intentar entender la economía sin asumir su dimensión social es un despropósito, porque hay grupos con intereses no sólo diferenciados sino contrapuestos y, de entre ellos, los que se polarizan en torno al excedente tienen un rango de particular importancia para el comportamiento de la economía y la configuración de la sociedad, porque la generación, apropiación y utilización del excedente social la tiene. ¿Por qué no servirse, con la prudencia y precisión debidas, de la categoría de clase social, si nos puede ayudar a entender nuestro objeto de análisis? A pesar de todos los matices que haya que introducir para caracterizar nuestro tiempo histórico, el trabajo y las relaciones de producción siguen siendo centrales en la naturaleza del sistema capitalista.

Por cierto, ¿podría ponernos algún ejemplo de afirmación, ley o teorema económico aceptado de forma dominante y que a usted, partidario de un enfoque alternativo, le parezca falso, insustantivo o discutible cuanto menos?

Empezaría por la pretensión de caracterizar el sistema económico capitalista pura y simplemente en términos de economía de mercado, cuando el mercado es sólo una de sus dimensiones y el resto de planos (producción especialmente) no pueden entenderse desde las categorías con las que se analiza el mercado. Lo primero que se explica a un estudiante de economía es precisamente ese ámbito, con una teoría de la demanda débil –en lo que se refiere al conocimiento de las preferencias de los consumidores. A partir de ahí ya se puede hacer usted una idea…

Cuando se habla de las vertientes práctica y teórica de la economía, ¿a qué se está apuntando exactamente con cada subconjunto?

El sistema económico capitalista es una realidad con una base social específica, asentado en una lógica que le permite reproducirse, sirviéndose de un conjunto de componentes y relaciones característicos. Su práctica es riquísima y tiene un dimensión fáctica tan densa que ni siquiera precisa entenderse a si misma para existir. Precisa, eso sí, embridar sus tendencias autodestructivas y diluir las fuerzas que, por sus intereses, pueden llegar a serle antagónicas. El caso de la economía alternativa es muy diferente. Para prosperar tiene que entender la composición y funcionamiento del capitalismo, tiene que desarrollar en su seno prácticas que porten el embrión de su negación y tiene que sentar las bases, sociales y teóricas, de un sistema distinto, que responda a otra lógica con capacidad reproductiva y a otros intereses sociales.

Cuando hablamos de economía crítica nos movemos en el cuerpo teórico, cuando lo hacemos de economía solidaria nos desplazamos al plano de las experiencias, una y otra pueden tener dispar entidad. Con todas sus consecuencias.

¿Usted cree que puede surgir una economía solidaria, prácticas económicas con esa finalidad normativa, en el seno de una sociedad regida por el poder casi omnímodo del Capital y sus innumerables tentáculos? ¿Podría darnos algún ejemplo?

No es una anomalía histórica. Lo nuevo siempre ha nacido bajo el dominio muchas veces abrumador de lo que se resistía a desaparecer.

A medida que el capitalismo genera graves problemas y no los resuelve, aumenta el campo de posibilidad para el surgimiento de alternativas que a menudo no logran enraizarse y permanecer, pero dejan un embrión de posibilidad en la memoria colectiva. Los cambios profundos nunca han seguido una trayectoria lineal y acumulativa. Hay experiencias sorprendentes como la Argentina: en medio de una crisis de una crudeza impresionante, se ocuparon fábricas y se recuperó de mano de los trabajadores la actividad productiva, se extendió el trueque como una estrategia defensiva de quienes eran expulsados de los mercados (en esas redes se involucraron más de dos millones de personas) y se construyó un frente nacional contra la pobreza con reivindicaciones redistributivas.

De hecho existen muchos ámbitos con unas características y una lógica ajenas a las del capital. Prácticas exigidas por la conservación de ecosistemas básicos, la economía de los cuidados de la que habla el pensamiento feminista, la economía del bienestar de los Estados sociales, el llamado “tercer sector”, que es responsable de buena parte de los nuevos puestos de trabajo creados en los últimos años en muchas economías desarrolladas. Obviamente, no todas las prácticas de los ámbitos señalados se pueden entender como experiencias de economía solidaria, no al menos en el sentido en el que nosotros las hemos delimitado. Pero ayudan a entender que el capital no lo regula todo.

¿Cuál cree que es la relación entre las ciencias económicas y otras disciplinas sociales próximas como la sociología o la politicología por ejemplo?

Son ramas de las ciencias sociales, cada una ocupada de un ámbito específico, distinto, pero interconectado con el de las demás. Lo más fértil es asumir la especificidad de campos y, a la vez, practicar una interdisciplinariedad con criterio. Tan empobrecedor es agruparlas de forma indiferenciada en un todo inabarcable como convertirlas en compartimentos estancos, desde cuyo aislamiento los respectivos especialistas se ignoran o se miran de soslayo con desconfianza o indiferencia. La Economía trata de entender y de intervenir sobre los procesos sociales de producción, distribución, intercambio y consumo de bienes y servicios, procesos que a lo largo de la historia se han llevado a cabo con distintos componentes, relaciones y lógica, formando sistemas económicos singulares. En la actualidad, es indiscutible el predominio del sistema económico capitalista, dentro del que la aséptica economía de mercado es la cara amable con la que gusta presentarse, invitando a que tomemos la parte por el todo. El diálogo entre economistas que se mueven en distintos paradigmas es más difícil que el que puede establecerse entre economistas, sociólogos y politólogos que comparten el mismo paradigma. No estamos para derrochar fuerzas y, por ello, no tiene sentido que apenas nos relacionemos los que compartimos posiciones dentro de lo que aspira a ser un paradigma alternativo.

¿Y es el caso? ¿Hay trabajo interdisciplinar de interés entre científicos sociales que comparten esas posiciones críticas y alternativas?

Desde luego no en la medida en que sería deseable; y lo poco que existe se desarrolla fuera del ámbito académico (en redes de investigadores, en fundaciones, en torno a revistas). Si miro a mi entorno, tal es, por ejemplo, el caso del CIP-Ecosocial que, desde su modestia, aborda el tratamiento de los temas desde perspectivas transdisciplinares. Muchos de nosotros podríamos añadir otros espacios de encuentro que sería conveniente que se conocieran entre si y trabajaran en red.

¿Qué es el CIP-Ecosocial?

El Centro de Investigación para la Paz (CIP-Ecosocial) es una institución, creada en 1984 por la FUHEM (Fundación Hogar del Empleado), que estuvo centrada durante sus primer años en temas relacionados con la paz y las relaciones internacionales, pero que en la actualidad analiza las tendencias y las cuestiones emergentes de nuestro tiempo desde una perspectiva crítica y transdisciplinar, articulando las perspectivas económica, sociológica, política, ecológica y educativa. Su preocupación principal consiste en mostrar cómo los condicionamientos ecológicos representan un papel destacado en la formulación de los principales problemas sociales del siglo XXI, poniendo así el énfasis en que la crisis ecológica se entremezcla irremediablemente con la social, a su vez marcada por una profunda erosión de la cohesión social y por la perdida de calidad democrática. Entre otras publicaciones y actividades edita la revista Papeles de relaciones ecosociales y cambio global, que acaba de publicar el número 100, que pretende ser un ejemplo significativo de la temática y enfoque aludidos.

¿Qué opinión le merece las corrientes económicas próximas a la economía ecológica, a la bioeconomía?

La gran aportación de los autores clásicos fue tomar la economía como un proceso social, desvelando los mecanismos de creación, apropiación y utilización del excedente, que determinan la reproducción en condiciones de capitalismo; pero, al hacerlo, aislaron el sistema económico de su entorno, tomando la economía como un sistema cerrado, punto de arranque sobre el que se elevó el cuerpo de conocimientos que constituye el acervo de la Economía. Pero la economía es un sistema abierto al entorno medioambiental y sólo puede entenderse cabalmente desde esta condición. No soy un economista ecológico pero cuando, desde una perspectiva de Economía Política, he tratado de reflexionar sobre las fuerzas estructurantes de la economía mundial actual, sobre la pugna e incertidumbre que la atraviesan, me he topado de bruces con la dimensión ambiental de la existencia social y he tenido que introducirla como factor determinante en el análisis, so pena de renunciar a entender lo que está pasando y lo que puede ser la evolución a largo plazo de la economía mundial, junto a otras fuerzas, pero no detrás de la globalización, de las tecnologías de la información y la comunicación y de la financiarización. La economía tendrá que ser ecológica o no será y no pasará mucho tiempo sin que esta afirmación se convierta en una obviedad. Cuestión distinta es el proceso que habrá que recorrer para conseguirlo y que lo logremos cuando aún estemos a tiempo de reaccionar sin sufrir unas consecuencias enormemente destructivas.

Sé que la pregunta es muy general, excúseme por ello, pero ¿no cree usted que los movimientos alterglobalizadores están faltos de propuestas alternativas? Se entienden sus críticas, se compartan o no, pero ¿dónde están sus propuestas preguntan algunos, no siempre con buenas intenciones epistémicas y culturales?

No despreciemos el sentido y la potencialidad de la negación bien planteada. Denunciar con coherencia y firmeza lo existente es el principio necesario para construir una propuesta, es su inicio, aunque en si no la traiga construida y sólo esboce un apunte de lo que tendría que contener. Así ha sucedido siempre en la historia. Las alternativas tienen ámbito y rango distintos, las hay locales y las globales, las hay puntuales y las hay sistémicas. Evidentemente, las globales y las sistémicas son las que requieren mayor acumulación de fuerzas, tiempo y experimentación. Las alternativas no hay que leerlas estáticamente, ¿viene usted con ella terminada bajo el brazo?, porque se construyen a lo largo de procesos, en los que las oportunidades estimulan los diseños y la aparición de nuevas prácticas que, a su vez, suscitan ajustes, reflexiones, propuestas y nuevas experimentaciones. Obvio decir que, en el tránsito, la expectativa de alternativa es especialmente vulnerable y que todo lo que pueda hacerse por diseñar lógicas reproductivas coherentes y por reducir los tiempos de entrada en funcionamiento debe ser bienvenido para huir de la improvisación. Dicho esto, no creo que sea pensamiento débil reconocer que, aunque en los movimientos alterglobalizadores hay propuestas, no parecen tener hoy por hoy rango suficiente y capacidad totalizadora.

¿Qué aspectos le parecen más criticables del actual modelo globalizador? ¿Es una fase positiva, de mejora, de rectificación, de ruptura en la historia del capitalismo?

Vivimos en un mundo intensamente mundializado, con variantes de mundialización de naturaleza diversa. La globalización económica es una de ellas, un proceso que ha alcanzado unos rasgos peculiares y un grado de intensidad superior al que pudo tener en otros períodos históricos. La globalización económica realmente existente es la mundialización de la economía capitalista bajo una impronta neoliberal. No todo el funcionamiento del capitalismo puede subsumirse en la globalización, porque ésta dista de ser absoluta, aunque nunca antes coincidieron en el grado que ahora lo hacen las globalizaciones del comercio, las finanzas, la producción, el consumo y de los agentes sociales. El capitalismo ha tomado muchas formas y recorrido muchas fases, que tienen de común y tienen de específico. Los autores clásicos tenían ante sus ojos la manufactura y la fábrica, sus continuadores de hace un siglo la formación de monopolios, las primeras exportaciones de capitales y las prácticas imperialistas, mientras que nosotros contemplamos una realidad diferente, hecha de aquellos elementos y de nuevas transformaciones. La mejor forma de recoger aquella herencia es enfrentarnos con la realidad actual y la negaríamos si nos postráramos reverentes ante esquemas interpretativos que trataron de entender y cambiar un mundo, el suyo, del que provenimos y del que nos diferenciamos. Ni mejora, ni rectificación, ni ruptura, el mismo sistema económico, con nuevas formas, que hay que identificar y entender. Lo más criticable no es la globalización en si sino su naturaleza neoliberal.

¿Cree usted que la aspiración a una sociedad socialista sigue teniendo sentido actualmente? Si es así, ¿apuesta usted por algún modelo razonable, y viable para nuestra especie, de socialismo?

No podrá emerger y asentarse un orden alternativo, ese otro mundo que ciertamente es posible, si no disponemos de principios que lo orienten, base social que lo sustente y capacidad sistémica que lo reproduzca. Podemos estar cargados de razón histórica, saber lo que queremos y estar respaldados por una dinámica social impulsora con fuerza para quebrar el sistema establecido, pero todo será flor de un día si no hay una lógica consistente que esté en condiciones de tratar las mil y una encrucijadas que tiene que resolver la producción de la existencia social y la convivencia colectiva para lograr perdurar sin bloqueos ni desplomes. Eso es lo que aporta un sistema económico, inserto en un sistema social. Por desgracia, no tenemos un almacén de sistemas del que podamos extraer el que mejor se acomode a nuestro propósito. Las experiencias socialistas que hemos conocido en el siglo XX han sido riquísimas, en cuanto que han supuesto un valioso aprendizaje al desvelar los riesgos perversos que latían en algunas formulaciones, pero han ensuciado hasta límites hoy por hoy irrecuperables el proyecto socialista. Ya está dicho que no disponemos de un ropero de sistemas. Tenemos que tirar el agua sucia, pero tal vez no nos podamos permitir el lujo de tirar también al niño, sin tan siquiera utilizarlo como material constructivo para algo diferente. Hay una enorme y larga tarea por delante, que no se alcanzará con crudo voluntarismo, ni a través de atajos. Hay mucho por hacer en el terreno de la teoría, de los análisis históricos y de la experimentación social. No creo que podamos prescindir de la substancia, aunque tal vez sí de los términos.

Pero ¿podría usted dibujar alguna idea, algún principio esencial, algún postulado que orientase en esa búsqueda? Por ejemplo, ¿es posible un socialismo de mercado o con mercado? ¿Es razonable y posible la planificación central? ¿Es imprescindible la nacionalización de los medios de producción y financieros?

No creo que haya razones para renunciar a priori a una utilización subordinada del mercado, ni para excluir el uso selectivo de una planificación central, sometida a un control social efectivo y circunscrita a los planos en los que puede ser funcional, como tampoco puede hacerse dejación del necesario dominio por parte de la sociedad de los mecanismos que confieren el control de los procesos económicos y del excedente social. Aunque habría que repensar cuáles son esos mecanismos en nuestro tiempo y si la propiedad de los medios de producción, sin más, los representa adecuadamente. Los medios que se utilizan hoy para producir no son cualitativamente los mismos que hace 150 años y, en consonancia, tampoco lo son los instrumentos que confieren la posición de mando en los procesos económicos. Es ésta la que es imprescindible controlar.

Se cumple este año el 125 aniversario del fallecimiento de Karl Marx. ¿Cree que sigue siendo un clásico de la economía? ¿Qué aspectos destacaría de su legado? ¿Qué aspectos o aportaciones considera superadas o falsadas?

Marx fue un científico social, en el sentido más profundo del término. Creo que es como hay que tomarle, no como un profeta, ni como un forjador de dogmas. Como científico ni nos dejó ni pretendió dejarnos la verdad, sólo categorías y método que tuvieron y conservan una indudable potencialidad. Sus intérpretes más sectarios siempre han tratado de convertirle en lo que no fue o, si en realidad lo hubiera sido, en ofrecernos lo menos rico de su perfil. Fue admirable su capacidad para leer y asimilar el legado teórico, redefiniéndolo, para observar la realidad y para alimentarse de ella, para mezclar teoría y práctica recreando a ambas. Conserva plena vigencia su visión de la economía como proceso construido a partir de relaciones sociales, de entre las que conferían capacidad de apropiación y utilización del excedente social influían de forma determinante en la reproducción social, desveló las leyes ocultas del capitalismo de forma genial, sin perjuicio de que, luego, no lograra en todos los campos de su análisis económico formulaciones igual de sugerentes. Tal vez su mayor debilidad fue la de tomar la economía como un sistema cerrado, interpretable al margen de su inserción en el ecosistema, como también había una vulnerabilidad mecanicista en su ambiciosa lectura de la historia, exacerbada por sus continuadores más dogmáticos. Me parece menos relevante su falta de acierto en predicciones concretas que alcanzaron gran notoriedad (depauperación bajo el capitalismo, tendencia decreciente de la tasa de ganancia) o la discutible resolución de algunos tratamientos teóricos (valor trabajo).

Es decir, que para usted la ley tendencial de la tasa decreciente de ganancia no es ninguna ley económica y la teoría del valor-trabajo no es hoy una aportación de interés que sirva para comprender el núcleo duro del sistema.

Sería por mi parte imprudente pretender despachar en unas pocas líneas temas complejos, cargados de implicaciones, pero intento explicar el sentido de mi comentario. Empecemos por lo segundo. La teoría del valor trabajo les permitió a los clásicos desvelar la naturaleza de los procesos de reproducción de la existencia social en condiciones de capitalismo. Ese aspecto conserva plena vigencia. Distinto es su suficiencia y virtualidad exclusiva y excluyente como representación teórica del funcionamiento del sistema, pasando por alto lo que aportan otras formulaciones nacidas del mismo tronco, como puede ser el caso de la postulada por P. Sraffa.

Por lo que hace a la tasa de ganancia, nada que objetar a su función crucial para que la riqueza actúe como capital y permanezca como tal, algo esencial para el desempeño del capitalismo, tampoco al análisis de las fuerzas positivas y negativas que actúan sobre ella, pero tal vez aquí se detiene la aportación analítica de Marx, aunque luego aparezca su opinión sobre el predominio de las fuerzas que la deprimen y, en un salto expresivo adicional, su formulación en términos de ley. Este paso final es el que ha sido recogido por algunos planteamientos marxistas para deslindar el espacio que separa a auténticos de herejes. No me parece acertado, porque aleja el foco de lo que es más relevante y lo sitúa en un terreno menos fértil.

¿Qué opinión le merece la política económica del gobierno PSOE de estos últimos cuatro años? ¿Se ha gobernado pensando en las capas sociales más desfavorecidas? Si no es así, ¿podía haberse hecho, teniendo en cuenta la correlación de fuerzas realmente existente por usar terminología clásica, otra política? De hecho, ¿otra política económica era (y es) posible?

El núcleo duro de su política es indistinguible del de sus antecesores, porque hay una asunción subyacente del discurso neoliberal, con reducción de la intervención pública (despreocupación por la racionalización de la Administración pública para favorecer su capacidad de intervención, no fortalecimiento de los ingresos públicos sobre bases progresivas) y aceptación de la lógica del mercado como suprema referencia, interiorizando acríticamente el discurso de la competitividad.


Luego, en los márgenes de la política de gasto público, su sensibilidad es superior a la de gobiernos conservadores. Pero, en ese orden. A partir de aquí, la práctica difícilmente puede ser favorable a los desfavorecidos en la medida en que no se universalizan unos servicios públicos de creciente calidad (sanidad, educación, vivienda), no hay avance consistente hacia mayor igualdad en la distribución del ingreso y la riqueza o entre géneros, no se da otra aproximación a los distintos tipos de trabajo (mercantil y doméstico), no se aborda desde otras coordenadas el tratamiento del mercado de trabajo. Sobre esto fondo, tal vez sí haya habido comparativamente mayor sensibilidad en aspectos complementarios. En nuestro entorno y sin otra dinámica social no parece posible una política económica radicalmente diferente (ni siquiera un keynesianismo de base nacional), pero se podría haber utilizado el margen de maniobra con otra intención (un tratamiento más serio de la dimensión ecológica, una modulación más progresiva de los ingresos públicos, una mayor dedicación a la racionalización de la Administración pública, prioridad a la mejora de los servicios públicos básicos, legitimación de la intervención pública bien orientada, políticas migratorias de mayor horizonte y desmitificación de la retórica del mercado). Lo más preocupante es que los inicios de la nueva legislatura no apuntan en una dirección de progreso y solidaridad, con la desaparición del medio ambiente como dimensión transversal y autónoma, con la ruptura del ciclo educativo, con riesgo de vaciamiento de la dimensión crítica de una universidad subordinada al mundo empresarial, con las prestaciones sociales y y la problemática de la familia desgajadas de trabajo, con un discurso que, en tiempos de crisis, tiene algo de cuadratura del círculo cuando pretende compatibilizar el coherente tratamiento de prioridades medioambientales, la reorientación hacia otro modelo productivo y el fortalecimiento de las redes de seguridad social.

En sectores, cada vez más numerosos, de las izquierdas se argumenta a favor de la implantación de la renta básica universal. ¿Qué opina usted de esta propuesta? ¿Le parece razonable, viable? ¿Qué efectos podría causar su implantación en España o en Europa por ejemplo?

No tiene por qué no ser razonable si no se asume el discurso establecido. Entiendo que si una sociedad puede permitírselo es razonable que lo haga. No hay nada objetivo que se oponga a ello. En términos estrictamente económicos, de encaje de cifras, puede ser viable, siendo más problemático que lo sea en términos de lógica social, de aceptación por los poderes que están detrás del modelo de capitalismo imperante. Su principal efecto es que desvelaría una posibilidad que, al existir, se convierte en un derecho. Supondría una grave dificultad para el mantenimiento de las prácticas que trata de imponer como naturales el discurso neoliberal, aunque tengo reservas a que se plantee como la medida talismán, capaz de resolver todos los problemas.

En América Latina han surgido en estos últimos años intentos de regeneración y cambio que intentan reformar, cambiar, o superar el capitalismo. ¿Qué opinión le merecen las políticas económicas seguidas en Ecuador, Bolivia o Venezuela por ejemplo?

Parecen moverse dentro del capitalismo, pero buscando raíces populares, reconociendo a las minorías indígenas tradicionalmente invisibles y enfrentándose a las prácticas habituales del imperialismo, aunque lo hagan con ramalazos populistas, resolución discutible de la participación y el juego democrático y demasiado apoyo en unos ingresos procedentes del petróleo que no son renovables y que tendrían que utilizarse con sentido estratégico. En este contexto, sus políticas económicas habría que juzgarlas a la luz de este último aspecto y no tanto a la de sus movimientos a corto plazo.

Entonces, en su opinión, en el caso de Venezuela por ejemplo, ¿se están cometiendo errores? ¿A qué ramalazos populistas está apuntando?

No soy un experto en temas latinoamericanos y, por ello, mis opiniones son muy tentativas. Tengo la impresión de que no todos los países que protagonizan en Latinoamérica este giro a la izquierda representan lo mismo y se enfrentan a las mismas dificultades. En relación con la corrupción o el populismo, Venezuela muestra síntomas preocupantes que apuntan a que no tiene bien resuelta la articulación entre Estado y movimientos sociales. En Bolivia y en Ecuador hay una presencia significativa de los movimientos sociales en la vida política, e incluso en el gobierno. En Venezuela, sin embargo, el núcleo dirigente reunido en torno a Chávez se muestra beligerante contra la clase dominante interna y las agresiones externas, pero no dispone de un movimiento popular autónomo y organizado que le apoye y protagonice esa batalla. Esto le obliga a dirigirse a la gente, a través de un programa de televisión y con intervenciones directas, generando ese regusto de populismo y arbitrariedad.

¿Cree usted que el modelo seguido en China es positivo, razonable? ¿Es capitalismo salvaje, socialismo de mercado? ¿Acaso una nueva y transitoria NEP bujariniana?

Difícil de contestar sin clarificar la razón que tomamos como referencia. ¿Logro del mayor crecimiento económico posible, reconstrucción del país como potencia en el concierto mundial, bienestar de la población, avance hacia el socialismo por un camino propio? No creo que pueda caracterizarse el modelo chimo en términos extremos. Estamos ante un híbrido, en cuyo seno hay prácticas de capitalismo salvaje y en el que hay espacios regulados por lo que asociamos con criterios socialistas. Es difícil calificarlo como capitalismo puro y duro, pero tampoco veo que sea una experiencia de construcción del socialismo sirviéndose instrumentalmente del mercado. Es una transición de naturaleza incierta, cuyo desenlace vendrá más determinado por las prácticas que por la retórica y, si nos atenemos a ello, no veo que haya mucho espacio para el optimismo de que alumbre una transformación socialista sustantiva, aunque si puede ser una experiencia de salida del subdesarrollo desde fundamentos atípicos.
Burbujas inmobiliarias, crisis financieras globales, guerra en Iraq, ocupación de Palestina, conflictos olvidados en África, recensión golpeando las puertas de muchos sectores sociales, cambio climático, paros estructurales, las grandes corporaciones como señores del mundo, nuestro planeta de ciudades miseria, armamentismo creciente, conflictos armados nucleares teorizados. ¿El capitalismo está en crisis o es, nuevamente, ensoñación izquierdista, nueva confusión del pensamiento desiderativo con la necesaria objetividad de las descripciones?

Estamos indudablemente ante una crisis capitalista detrás de la que se detecta la creciente inviabilidad del capitalismo, como sistema capaz de dar respuesta satisfactoria a los grandes problemas de nuestro tiempo. Pero dicho esto, hay que introducir otros factores para matizar la naturaleza de la crisis y sobre todo su eventual desenlace. Pensar que, sin más, va a dar paso a un orden distinto y superior sería un error y tendría mucho de banal desiderátum. Un sistema disfuncional e incluso destructivo puede perdurar si no concurren circunstancias que lo impidan. Es cierto que puede estar condenado a la inviabilidad absoluta, a modo de Sansón enterrado por el derrumbe del templo, pero ¿cuánta degradación y tiempo quedan antes de llegar a ese límite?

Y, ¿acaso es el único escenario? Está en crisis, en una crisis profundísima, pero de ahí no se deriva que vaya a desaparecer por muerte natural y que esto vaya a suceder de forma inmediata o ineluctable. Es un proceso abierto y nada garantiza que no se vaya a llevar por delante dimensiones naturales y sociales valiosísimas. La emergencia de un sistema diferente exige diagnóstico, principios, base social, capacidad reproductiva y estrategia que enlace los distintos momentos del proceso. Sobre todo ello me he extendido en Economía Política Mundial y me resulta difícil resumirlo. La posibilidad existe pero no caerá del árbol como fruta madura.
Rebelión
27-09-2008
Las redes funcionales del
capitalismo financiero

Manuel Freytas

Al contrario de lo que pregonan los analistas y autoridades del sistema, el colapso económico-financiero, originado en EEUU, y que ya se proyecta a las economías centrales y periféricas a escala global, no se trata de una 'falla de las normas de regulación y control financiero', sino de una reestructuración económica-financiera global impulsada por la dinámica histórica de concentración del capital en pocas manos.

IAR/ inSurGente.-

Este proceso (donde se aprovechan tanto las 'burbujas' como las 'crisis' para generar rentabilidad capitalista) permite la consolidación de un puñado de conglomerados financieros globales 'ganadores' de la crisis que se degluten a las instituciones quebradas mediante compras o fusiones forzadas.

No se trata (como quieren hacer creer las autoridades del sistema) de una 'crisis involuntaria' sino de un proceso inducido de acumulación capitalista a través de la especulación financiera que terminó (como efecto no deseado) impactando en las variables de la economía real con las sociedades (sobre todo las más desprotegidas) pagando el costo del nuevo proceso de acumulación capitalista.

A) La red global

Imaginemos al sistema capitalista 'globalizado' como una gran red tejida en los cuatro puntos cardinales del planeta, desde el Este al Oeste y del polo Norte al polo Sur.
Luego imaginemos las líneas (económicas-financieras-tecnológicas) de esa red convergiendo en dos puntos terminales: EEUU y Europa.

Una gigantesca telaraña de más de doscientos países, con sus correspondientes sistemas económicos productivos y sociedades de consumo nivelados en un mismo marco operativo y en un mismo 'programa capitalista' y convergiendo en un centro geográfico imperial: Las metrópolis imperiales (los centros comerciales-financieros) de EEUU y la Unión Europea.

La existencia de esta red (fácil de comprobar investigando los sistemas económicos-productivos-financieros y los comercios exteriores de los países centrales y periféricos) se superpone a cualquier teoría macroeconómica o calificación 'filosófica' a priori del sistema capitalista de la era de las computadoras.

Todo lo que sucede en la red planetaria del 'capitalismo globalizado' se programa y nivela planetariamente desde ese centro estratégico (la 'computadora madre') desde donde se diseña y exporta (a toda la red) desde 'modelos económicos', 'modelos jurídicos-institucionales', 'modelos militares', hasta 'modelos sociales' fundamentados en la ideología de consumo capitalista.

Hasta ahora, luego de la caída de la URSS y el advenimiento del 'nuevo orden mundial' en la década pasada, a ese centro del dominio planetario capitalista se lo denominó 'Imperio unipolar' (o reinado del Imperio del dólar), con EEUU cumpliendo el rol de 'computadora madre' (servidor) y con el resto de las potencias 'occidentales' acopladas como 'terminales centrales' del sistema.

Fue durante el proceso de reestructuración macroeconómica y financiera (destinado a abrir las fronteras del mundo al capitalismo transnacional), el cual se inició en los primeros años de la década de 1980 y culminó en 1999 (la era de la 'revolución bancaria') y cuando el Congreso estadounidense adoptó el Acta de Modernización de los Servicios Financieros durante la administración Clinton, que los conglomerados gigantes de Wall Street consolidaron su dominación financiera global.

De la mano de las 'reformas económicas' impuestas planetariamente desde el FMI y la OMC, en la década del 90 en el mundo periférico, los mega-bancos de 'inversión', las firmas de brokers, los inversores institucionales y las compañías de seguros podían 'invertir' (léase depredar) libremente (exentos de impuestos) en cualquier negocio e integrar completamente sus operaciones financieras en Asia, África o América Latina.

Con la llamada doctrina del 'Consenso de Washington' fueron destruidos sistemáticamente los Estados nacionales y sus legislaciones protectoras en nombre del 'libre mercado' y la 'apertura económica'. Y -de la mano de las transferencias computarizadas- nació la era del 'capitalismo sin fronteras' desde la matriz del sistema financiero imperial con asiento en Wall Street.

El modelo, impulsado en la década del 90 por el llamado Consenso de Washington (un foro en las sombras del lobby sionista de poder mundial), respondía a un nuevo proyecto estratégico de desarrollo y acumulación expansiva del capitalismo financiero transnacional, en la era de las comunicaciones digitales.

La combinación interactiva de las redes informáticas, el sistema satelital y las telecomunicaciones, posibilitaron la era de los mercados informatizados y sin fronteras.
Así nació la era de la globalización financiera. La industria del dinero especulativo en alta escala. El dinero como productor de dinero. Circulando sin barreras. El dinero como un producto en sí mismo. El dinero informático, reproduciéndose a velocidades increíbles a través de los continentes.

Mediante las redes planetarias de transacciones informatizadas (realizadas al segundo y en cualquier escala) el sistema 'globalizado e interactivo' del capitalismo transnacionalizado fue nivelado como 'único modelo de economía' a escala planetaria.

De esta manera se consumó el proceso de acumulación y concentración capitalista más asombroso de toda la historia. La llamada burbuja financiera o 'exuberancia irracional' (el más alto nivel histórico de rentabilidad capitalista), con base territorial y operativa en Wall Street y en las metrópolis financieras de Europa (las terminales centrales de la red).

Destruidas las redes de los 'Estados nacionales', 'abiertas' sus economías y desmanteladas sus empresas públicas y legislaciones protectoras comenzó la 'era del libre mercado' cuyas bases fueron establecidas por la 'revolución bancaria' de Clinton (y del Consenso de Washington) en la década del 90.

En un ciclo de reproducción perversa del 'dinero por el dinero mismo' (transferencias informatizadas a escala global) la dinámica de los grupos financieros súper-concentrados revela el predominio del capital especulativo (dinero sin fronteras) sobre el productivo, como dato más sobresaliente y distintivo de la llamada 'globalización' del sistema capitalista en decadencia.

Como se sabe, y lo destacan una multitud de expertos, EEUU, la locomotora del sistema capitalista 'globalizado', ha sustituido a la 'economía real' por la 'economía bancaria', o sea, ha sustituido a la 'economía de los recursos genuinos' (respaldados por la producción) por la 'economía de los papeles' (acciones de deuda sin respaldo) circulando por los mercados financieros globales.

A esta era siniestra de la depredación capitalista en alta escala, con base en la especulación financiera nivelada como industria a escala planetaria, se la denominó 'Globalización'.
En términos reales la 'Globalización' no fue otra cosa que la incorporación institucional de los 'ex Estados nacionales' como satélites dependientes de la red económica-productiva y financiera al sistema capitalista trasnacional dominante hegemonizado por EEUU y Europa.

Los 'Estados nacionales' de Asia, África y América Latina fueron convertidos en 'Estados transnacionales' y los países ya no tuvieron vida independiente sino dentro del modelo (la nivelación económica se complementó con la nivelación política, militar y social).
De esta manera, el 'Estado nacional' (del capitalismo local) fue sustituido por el 'Estado privatizado' al servicio del capitalismo transnacional dentro de un modelo de política y economía nivelados por la ideología de la sociedad de consumo.

Los países periféricos se convirtieron en 'economías de enclave' y comenzaron a transferir (a
través de la red global) enormes recursos financieros (producto de la depredación económica) a los países centrales. Estos recursos, finalmente, fueron utilizados para una segunda fase complementaria de explotación y rentabilidad capitalista en alta escala: La especulación financiera sin fronteras a escala planetaria.

Y, como no podía ser de otra manera, en la década del 90, en la catedral imperial de Wall Street nació la 'burbuja financiera', o el reinado de la 'economía de papel'.
Se trató (y se trata todavía) de la máxima abstracción de la rentabilidad capitalista: La reproducción del dinero por el dinero mismo, fijando reglas y dinámicas propias por encima del sistema productivo real.

En un salto cualitativo transformacional inédito, el sistema capitalista, dueño de los Estados (centrales y dependientes) y de sus sistemas económicos productivos, consumó lo que parecía imposible: La creación de una 'economía de papel' sin respaldo de la economía real.

B) Los dueños de la red

En el tablero de la especulación y la concentración capitalista a alta escala el dinero durante las crisis financieras (como la que está sucediendo) no se evapora, solamente pasa de unas manos a otras en un mayor nivel de concentración.

De acuerdo con las leyes históricas del capitalismo, para que se produzca la concentración monopólica de la riqueza, debe generarse (a través de la competencia capitalista por el mercado y la rentabilidad ) un proceso de alta circulación de dinero y de ganancias (burbuja), primero, y otro de retracción de ganancias con escasez del dinero circulante (crisis) después.

A estas dos instancias rectoras se agrega, en la era de la globalización, la 'regulación darwiniana' del mercado por medio de las 'burbujas' (periodos expansivos) y las 'crisis' (periodos depresivos), tras las cuales los grupos más poderosos y diversificados (y con mayor control político de la economía a través de los Estados capitalistas) absorben a los grupos más débiles y continúan con una nueva fase del proceso de rentabilidad y concentración de riqueza.

O sea, deben haber 'burbujas' y 'crisis' financieras, donde unos pierden y otros ganan, y donde los monopolios más súper-concentrados del sistema capitalista se degluten y/o absorben a los menos concentrados (el pez grande se come al chico). Esta dinámica es la que ha posibilitado la existencia de bancos y trasnacionales (la mayoría abrumante con asiento en Wall Street) que facturan ganancias y tienen activos equivalentes a los presupuestos y al PBI de decenas de países juntos del llamado 'mundo periférico' (los 'mercados emergentes').

El actual colapso en EEUU posibilita una reestructuración del sistema financiero imperial (nivelado planetariamente) mediante compras de acciones y activos en bancarrota y oleadas de fusiones corporativas, donde el pez más grande (y diversificado) se come al chico, en una dinámica darwinista aplicada en el sector financiero. Este proceso permite la consolidación de un puñado de conglomerados financieros globales 'ganadores' de la crisis que se comen a las instituciones quebradas mediante compras o fusiones forzadas.

Una crisis, es antes que nada un reciclamiento del sistema: Lo que estaba en un casillero, se traslada a otro. Lo que estaba en Merrill Linch se recicló en el tablero contable de Bank Of América que compró a la entidad semiquebrada. En el actual proceso, los que ya se perfilan como 'grandes ganadores' son el Bank of America (que compró a Merril Lynch y se consolida como la mayor institución financiera del mundo) y JP Morgan Chase que acaba de comprar los activos del mayor banco de ahorro y préstamo de EEUU, Washington Mutual, vendidos en subasta después de que la institución fuera intervenida por las autoridades.

A su vez, las 'crisis' están impulsadas por grupos que conocen información confidencial del movimiento monetario y de las decisiones de la Reserva Federal de EEUU lo que les permite predecir acontecimientos. Las quiebras y las bajas accionarias, a su vez, se manejan con rumores e información manipulada (por ejemplo la 'quiebra' anticipada de alguna institución) que generan temor y caos en los mercados.

Luego esos grupos, utilizando créditos multimillonarios sin respaldo real (sistema de apalancamiento) compran las acciones de las corporaciones quebradas a precio de ganga como sucedió con Merrill Linch, Washington Mutual, y está por suceder con Lehman Brothers y otros gigantes en 'lista de espera'.

Estas operaciones de ganancias con las 'crisis' y las 'burbujas' son controladas por los grupos súper-concentrados sionistas (con central operativa en Wall Street y en las metrópolis europeas) que controlan las redes del sistema capitalista globalizado, cuyas filiales y casas matrices pueden estar en Europa, Asia, o en cualquier continente, pero tienen su terminal en Wall Street.
La información preliminar de los movimientos y decisiones de la Reserva Federal, conforma la materia prima de estas gigantescas operaciones de depredación capitalista a escala planetaria con la especulación financiera que realizan los grupos sionistas súper-concentrados que controlan los resortes básicos del poder económico en el Imperio locomotora del capitalismo.

El complejo entramado de 'vasos comunicantes' entre el capitalismo financiero, tecnológico, industrial, de servicios, informático y comunicacional (controlado mayoritariamente por grupos del lobby sionista estadounidense-europeo) revela un grado increíble de concentración, diversificación, e intereses comunes de las megacorporaciones transnacionales que se dividen el planeta como un gran mercado.

Su inserción en el Congreso y en la Casa Blanca, los contactos con la CIA y la inteligencia estadounidense, sus ramificaciones en el Pentágono y en el Complejo Militar Industrial de EEUU, le permite al lobby sionista de Nueva York (el dueño de la red global) tener conocimiento previo de las decisiones de política exterior y de seguridad nacional que influyen en los mercados globales de la red capitalista.

El lobby sionista no está solamente en la Casa Blanca sino que abarca todos los niveles de las operaciones del capitalismo trasnacional, cuyo diseño estratégico está en la cabeza de los grandes charmans y ejecutivos de bancos y consorcios multinacionales que se sientan en el Consenso de Washington y se reparten el planeta como si fuera un pastel.

En la práctica se trata de un poder mundial conformado por una estructura de estrategas y tecnócratas que operan las redes industriales, tecnológicas, militares, financieras y mediáticas del capitalismo trasnacional extendido por los cuatro puntos cardinales del planeta.
Son los dueños de la red: Los que deciden el destino del 'capitalismo globalizado'.

C) El estallido de la red

Proyectado en secuencia: El 'lunes negro' de los mercados globales del 15 de septiembre pasado, que registró el mayor derrumbe de Wall Street desde el 11-S, trasformó la crisis hipotecaria en crisis crediticia e instaló oficialmente la crisis financiera con recesión proyectada desde las economías centrales a los países emergentes y periféricos del sistema capitalista a escala global.
Desde entonces, y ante la impotencia de la Casa Blanca y del establishment del poder estadounidense, la 'burbuja financiera' del capitalismo especulador sin fronteras de Wall Street, la reproducción del dinero por el dinero mismo, estalló y se desmorona sobre las mismos cimientos de la red global que inventó.

De esta manera, lo que comenzó como crisis hipotecaria en septiembre de 2007, luego transformada en crisis crediticia y colapso bancario generalizado, hoy ya toca los umbrales de una crisis del sistema capitalista a escala global.

En consecuencia: El cóctel crisis del crédito-caída de la producción-desempleo masivo ya se proyecta como efecto inmediato de la crisis financiera con caída bancaria y derrumbe de bolsas a escala global con epicentro en EEUU y Europa.

Según las primeras autoridades del sistema capitalista (Reserva Federal USA, BCE, FMI, Banco Mundial; OCDE, G-8) EEUU y las quince naciones de la zona euro, países que en conjunto representan más de la mitad de la economía mundial, o ya están en recesión o enfrentan significativos riesgos de entrar en recesión en los próximos meses.
EEUU y Europa (el corazón del Imperio económico 'unipolar') por lo tanto, se han convertido ya en el epicentro de la crisis crediticia emergente del derrumbe globalizado de los mercados que 'institucionalizó' en la economía real la multiplicación y potencialización del proceso inflacionario-recesivo en las primeras potencias económicas del sistema.

La crisis que hizo estallar la red financiera global, como fue planteada hasta ahora, viró de lo 'financiero' hacia lo 'económico-.financiero': Tuvo un epicentro en la crisis hipotecaria de EEUU, se expandió a los mercados financieros globales (subdesarrollados y desarrollados), y ahora ya toca variables estructurales de la 'economía real' por medio del proceso desatado por el cóctel suba del petróleo + suba de alimentos = proceso inflacionario, que ya padecen las economías centrales del sistema capitalista: EEUU, Unión Europea y China.

¿Porqué estalló la red?

La filosofía especuladora del 'apalancamiento' (una economía virtual montada sobre el crédito y el endeudamiento) estalló cuando la 'falta de confianza' de los tenedores de bonos y acciones (el dinero de papel) los llevó a 'efectivizarlos' en dinero real.
Allí se destapó la mentira y la falta de respaldo de decenas de billones de dólares transferidos por asentamientos financieros y papeles que, cuando los tenedores quisieron convertirlos en dinero contante y sonante se encontraron con la sorpresa de que el efectivo no estaba donde debería estar: Los bancos.

En resumen, y como resultante del proceso, los tenedores de los bonos subprime 'desvalorizados' decidieron venderlos en masa generando un colapso generalizado (de todos los índices y acciones) de los mercados financieros en EEUU, Europa, Asia y América Latina.
Los gigantes bancarios e hipotecarios comenzaron a derrumbarse arrastrando consigo a todo el sistema financiero imperial.

Hay expertos que sostienen que un equivalente billonario a más de un PBI de EEUU y Europa juntos circula en papeles sin respaldo de la 'burbuja financiera' que se generó en Wall Street en la década del noventa desparramando ganancia especulativa a escala planetaria.
Las 'súper-fortunas' personales, los 'súper-activos' empresariales se nutrieron de este macro-robo monumental del capitalismo financiero especulador que inventó una economía paralela: La economía de papel.

Esa economía es la que hoy está estallando junto con los macrobancos y macroempresas que lideraron la depredación capitalista (a través de la red globalizada) y que hoy se encuentran con sus bóvedas sobrecargadas de papeles sin valor: La chatarra de la 'burbuja financiera'.
En un escenario marcado por el derrumbe bursátil y las quiebras de los gigantes bancarios del Imperio las autoridades monetarias de EEUU y Europa (la 'computadora madre') iniciaron el mega rescate de los bancos para evitar que las turbulencias financieras contaminen la economía real y se proyecten por toda la red a escala global.

Hasta ahora (incluido el mega-rescate de la Casa Blanca) los esfuerzos han concluido en un fracaso mientras los países globalizados de la red, en un efecto dominó, comienzan a sentir las consecuencias del colapso financiero imperial en sus economías reales.

Y los expertos y macroeconomistas ya comienzan a barajar alternativas a la 'crisis del Imperio del dólar' mientras surge una pregunta de fondo: ¿Podrá sobrevivir el sistema capitalista globalizado sin la hegemonía de EEUU?

Una pregunta clave que será materia de un próximo informe que estamos elaborando.