FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS
ESTRATEGIA Y DESARROLLO

LAS TAREAS INCONCLUSAS

Llegamos nuevamente a un 7 de abril. Hace 133 años, exactamente en 1875, se pusieron las bases de lo que con el tiempo iba a constituirse en la Facultad de Ciencias Económicas. El proyecto de la República práctica, liderado por el entonces Presidente Manuel Pardo, requería de los cuadros profesionales para implementarlo, surgiendo la necesidad de esta Facultad. Desde 1821, por primera vez, se visualizaba un proyecto de país, moderno y progresista, pero como siempre ocurre en el Perú el sueño no pudo hacerse realidad en medio de los encontronazos económicos y sociales que caracterizaron la segunda mitad del siglo XIX. La tarea quedó inconclusa.

Nuestro movimiento, comprometido desde 1995 con la gestión de esta Unidad Académica tuvo siempre en la fundación de esta Facultad, y en el pensamiento de su fundador, Pablo Pradier-Foderé, los referentes básicos de su administración. Así lo dijimos desde la primera ocasión en que tuvimos ocasión de conmemorar este aniversario. Por eso echamos a andar un ambicioso plan de modernización académica y administrativa, conscientes de que el país necesitaba economistas de la más alta calidad académica y profesional.

Los resultados están a la vista. En 1995 recibimos una Facultad demolida por una crisis interminable, e ignorada por los círculos académicos y profesionales. En mayo de 2007, al dejar la gestión, entregamos una Facultad moderna y competitiva. Lo dicen los hechos: los resultados de los concursos anuales como los del Banco Central de Reserva del Perú tienen en los alumnos sanmarquinos a sus principales protagonistas porque ya no son – como lo eran antes – convidados de piedra, hoy son ganadores. Del mismo modo decimos que en 1995 heredamos una Unidad de Post Grado en extinción, sin brújula, sin alumnos, sin recursos. En el año 2007 dejamos Maestrías y un Doctorado de Economía, considerado éste último – lo dice la actual Administración en su Plan de Marketing “el mejor doctorado del país”.

Pero también, sin obviar errores, quedaron tareas inconclusas, algunas de ellas ya diseñadas, consensuadas por los propios docentes, pero actualmente abandonadas Este reconocimiento, es lo más importante de este mensaje de aniversario, porque además nos señala una ruta de trabajo.

Nos preocupa así que a casi un año de haberse producido el recambio administrativo la Facultad haya retrocedido, pues no tiene un norte definido, ni ideas-fuerza, menos proyectos que convoquen a la imaginación y a la acción. Se trabaja por inercia, sobre las plantillas rutinarias. Lo grave es que en algunos aspectos, urgidos por los cambalaches políticos, se ha vuelto a los años 70, cuando los intereses personales y de grupo primaban sobre el raciocinio académico y profesional, y de las consideraciones que nos merecemos los docentes, que lamentablemente ahora no contamos ni con una Sala de Profesores, ni con un apoyo idóneo de medios audiovisuales e infraestructurales indispensables para el buen dictado de clases.

Y en otros aspectos, pagándose el costo de la improvisación y la ineptitud, va erosionándose lo avanzado, como sucede en el Post Grado, donde el doctorado de Economía está a un paso de desaparecer, al igual que algunas Maestrías, donde el alumnado se ha reducido ostensiblemente porque ellas ya no cubren las exigencias académicas que en el papel se ofrecen.

Esa realidad revela que en pleno desarrollo del siglo XXI, el verbo decadente, la grita y el tumulto, el gesto y el exabrupto, el voluntarismo y los métodos politiqueros, no sirven para gerenciar una Universidad. El avance vertiginoso de la ciencia y tecnología, incluyendo a la ciencia económica, los desafíos del desarrollo económico en un país como el Perú, capaz de lograr el grado de inversión de la clasificadora Fitch, pero incapaz de otorgarle las calorías indispensables a su población para que viva decentemente, los retos de la injusta globalización capitalista de hoy, e incluso los efectos funestos del cambio climático que asola el planeta, imponen como prerrequisito para el avance de la Universidad el predominio en su gestión de un raciocinio centralmente académico pero al mismo tiempo gerencial, que haga de la acreditación académica la condición indispensable para el reconocimiento de los merecimientos académicos y profesionales. Sin esta acreditación, la Facultad será una más en el concierto de unidades académicas dedicadas a la formación de economistas

Más directamente: en el mundo de hoy la Universidad debe formar profesionales de la más alta calidad, pero que sepan dar respuesta a las complejidades de la economía moderna. Por esto es que nuestra Administración dejó listos para su implementación los proyectos de creación de las Escuelas de Economía Financiera, Economía Internacional y Economía Pública acordadas por los propios docentes. Sorprende hoy encontrarnos con una dura situación: no se ha avanzado una micra en darle curso a esos Proyectos.

Pero al mismo tiempo, aunque resulte paradójico, hay que avanzar en superar el rasgo profesionalizante que nos caracteriza, para hacer de la investigación y el Post Grado las áreas prioritarias de atención, que nos permitan transitar realmente de la esfera de la información a la esfera de la creación del conocimiento científico. Lo señala Umberto Eco: en las bibliografías científicas de mayor nivel no figuran libros de más de 5 años de existencia, los que se publicaron con anterioridad ya no cuentan. ¿Nos preparamos para ello cuando constatamos el debilitamiento de la estratégica Unidad de Post Grado, o cuando no se da un paso en hacer realidad el acuerdo de hacer de la investigación el hilo conductor de las actividades de Pre y Post Grado? ¿O estamos dispuestos a dar ese salto cuando se marcha a ciegas y tientas, sin un mínimo de atención al planeamiento estratégico, que debe encausar nuestras energías hacia los objetivos señalados, a pesar de que existe ya un documento preparado para tales fines?

Colegas, que cada cual asuma su responsabilidad en la crítica hora presente.

Ciudad Universitaria, 7 de abril de 2008


ESTRATEGIA Y DESARROLLO
Comité Directivo