martes, 30 de septiembre de 2008

GLOBALIZACIÓN CONTRA
GLOBALIZACIÓN

Xian Bing


Gran parte de los asuntos que van a ser tratados en el Annual Meeting of the New Champions contienen como denominador común el “proceso de la globalización” en el que sin duda China tiene un papel muy destacado. Pero ¿qué papel juegan las empresas chinas en la esfera global? Global Asia presenta aquí una síntesis de la perspectiva, entorno a esta cuestión, del Sr. Xiang Bing decano de la prestigiosa Cheung Kong Graduate School of Business (CKGSB), excelente conocedor de las implicaciones y efectos de la globalización en el marco de las empresas y multinacionales chinas.

¿Cómo se sitúan las empresas chinas en el marco de la globalización?

A lo largo de las tres últimas décadas de reforma y apertura, China ha sido competitiva mundialmente gracias a sus bajos costes. Sin embargo, no se han tenido en cuenta importantes problemas entre los cuales debemos citar, en primer lugar, el coste generado por la contaminación del medio ambiente. Por citar un ejemplo, el cumplimiento de la normativa europea no es algo que pueda resolverse con los 1.5 billones de dólares de divisas. En segundo lugar debemos señalar costes como la asistencia médica y la jubilación. En este sentido, podría decirse que el bajo precio de los productos ha sido posible gracias a sacrificios realizados en materia de medio ambiente, asistencia sanitaria y pensiones de jubilación. En otras palabras, la economía china, en su avance hacia la prosperidad, ha pagado enormes costes sociales. En relación al entorno en el que se encuentran las empresas chinas, y debido a la idea generalizada de “la amenaza china” entre la comunidad internacional, existen enormes dificultades y riesgos a una integración de recursos si ésta se lleva a cabo con la presencia de la compañía estatal como núcleo y basada en el modelo del “yo en el papel principal”.


Además, el insuficiente nivel administrativo afectará al sector empresarial chino al que le supondrá un gran reto la apertura al mercado mundial valiéndose únicamente de sus propios esfuerzos. Esta situación ha sido demostrada por los fracasos estrepitosos de algunas compañías chinas en sus intentos de fusión y adquisición de empresas extranjeras. En definitiva, el sector empresarial chino ha pagado cara su inmadurez.

¿Se han integrado completamente las empresas chinas en el escenario mundial?

Gracias al desarrollo económico de los últimos treinta años, la economía china ha obtenido muy relevantes logros. Un claro ejemplo es que la industria manufacturera china ha conseguido un puesto clave a nivel mundial mediante su superioridad en cuanto a costes se refiere. Sin embargo, frente a la cada vez más intensa competitividad mundial, la economía china y las industrias de nivel inferior tendrán dificultades para garantizar que su competitividad se mantenga a largo plazo. Además, dichos niveles se enfrentarán a la posibilidad de ser marginados por la economía global. En ese sentido, el fortalecimiento de un país no puede depender solamente de la exportación de calzado, calcetines o mecheros, sino que necesita que la industria fundamental se realce. Las empresas chinas deben indagar y buscar fórmulas que garanticen su desarrollo para evitar ser marginadas, y resolver, mediante este impulso, problemas como el bajo nivel administrativo.

Como decano de una Escuela de Negocios (Cheung Kong Graduate School of Business) y con amplia experiencia profesional en el extranjero, el doctor Xiang Bing entiende que hoy en día las empresas chinas se ven obligadas a afrontar la competitividad mundial desde el inicio. Un ambiente tan competitivo y completamente nuevo exige que una compañía se replantee su estructura empresarial, filosofía de gestión y estrategia industrial conforme a las prácticas internacionales, y que explore cómo hacer frente a esta compleja competencia internacional. De acuerdo con Xiang Bing, la competitividad mundial ha llegado a la era de la “cadena contra cadena”, es decir, una cadena que está constituida sobre el reparto industrial y la libre circulación de recursos productivos y de capital, caracterizada a su vez por la distribución global de los materiales productivos de sentido competitivo. Por un lado, la especialización obtenida en la producción ha convertido la rivalidad entre empresas en las intra-cadenas, las cuales han superado las fronteras geográficas para distribuirse en todo el planeta.

Por otro lado, los límites mercantiles entre distintas naciones se hacen cada día más “borrosos”, formándose de esta manera un mercado global único. Con esta situación, si una empresa china quiere incorporarse al “escenario mundial”, no debe limitarse al mercado regional, ni tampoco basarse en medios rudimentarios como la “guerra de precios”. Desde hace tiempo, las grandes multinacionales concentran sus miradas en las cadenas industriales con la intención de conquistar el mercado mundial. Dicho en otras palabras, para ser realmente competitivas, las empresas chinas necesitan ensanchar su horizonte, encontrar su posición en el reparto industrial y, al mismo tiempo, integrar recursos en todo el planeta. Nuevas ideas, nueva estrategia“Hoy en día no sólo debemos mirar hacia el exterior desde China, sino que al mismo tiempo necesitamos mirar a China desde el exterior”.

¿Para quién va dirigida la empresa china?

¿A quién se dirige una empresa? Esta pregunta, cuya respuesta resulta tan obvia para los occidentales, ha desconcertado a los empresarios chinos durante muchos años. Las compañías estadounidenses persiguen crear beneficios para sus accionistas. Dicho, y hecho. En cuanto a las japonesas, colocan su personal en el primer plano, el proveedor en el segundo, la clientela en el tercero, quedando la propia empresa en último lugar. No es su aspiración la lucha por el valor de los accionistas. En este sentido ¿cuál es el propósito de las empresas chinas? La zona de Guangdong cuenta con numerosas fábricas sobresalientes, pero si todas persiguieran la mayor cantidad productiva, ¿cuál sería la situación? En opinión de Xiang Bing, en el futuro, el sector empresarial chino no tendrá otra alternativa que incorporarse a la competitividad mundial. Sin embargo, dado el punto de inicio relativamente bajo y el corto plazo de crecimiento, las empresas chinas se hallan todavía en fase de fabricación de productos de bajo valor añadido. Además, este tejido empresarial se encuentra en una situación dirigida, y con un nivel y una capacidad administrativa lejos de ser competitiva a nivel internacionalmente. Por otro lado, a causa del enorme contraste cultural entre Occidente y Oriente, es posible que las compañías chinas se encuentren ante riesgos de marginación. Además, el impacto sobre el valor que conlleva el cambio social, exige a su vez una reconstrucción del orden moral.

La corta trayectoria de la economía de mercado ha causado que no se haya formado una cultura empresarial sana y positiva. ¿Cómo deben construir su propio “hogar espiritual” las empresas chinas? En el escenario de la globalización lo que le falta a China no son ricos sino instituciones comerciales potentes y un gran espíritu empresarial. Por este motivo, en el camino hacia la globalización, China necesita fomentar un espíritu de humanismo, para que las empresas y los empresarios chinos puedan reformar su tradicional modo de pensar y establecer un horizonte más amplio que les permita conocerse y comprender mejor esta corriente competitiva de la globalización. De este modo, podría establecerse un sistema moral que coincida con las necesidades de la economía de mercado y los intereses del desarrollo sostenible, con el fin de transformar el modo de ver algo extremo de los ciudadanos chinos en torno a los intereses económicos.
“Globalización contra globalización”

A partir del 2002, el profesor Xiang Bing inició su investigación sobre el modelo de desarrollo conocido como “globalización contra globalización”, cuyo núcleo consiste en la integración de los recursos mundiales. Esto vendría a significar “valerse de la misma globalización para enfrentarse a ella”, siendo ésta vía la única salida de las empresas. Algunos sectores han emprendido su trayectoria global aprovechando la atracción e influencia del mercado chino sobre las multinacionales. En otras industrias que reúnen las condiciones necesarias, sobre todo en las que presentan una importante demanda, se ha adoptado la forma de coalición selectiva con los líderes sectoriales o adquisición de empresas que poseen la tecnología central. A través de esta fórmula de “asimilar lo bueno de los demás”, “mercado de cerebros” y “mercado por acciones”, algunas empresas chinas han podido incrementar su fuerza en poco tiempo y lograr así un gran salto cualitativo. Asimismo, otras empresas disponen de las condiciones de integración en el ámbito internacional, tanto para aumentar su cuota en el mercado nacional como para abrir el mercado exterior de un modo discreto. A estos modelos de desarrollo Xiang Bing los denomina “nuevas estrategias de occidentalización”.

En una palabra, los empresarios chinos están empezando a mirar a China desde el mundo a fin de determinar correctamente la posición de la industria nacional, para luego explorar la estrategia y el camino a seguir en su avance hacia la internacionalización. En definitiva, el doctor Xiang Bing aconseja al empresariado chino lo siguiente: en primer lugar, las marcas chinas deben superar las fronteras nacionales, tal y como hizo la empresa coreana Samsung, la cual, si no hubiera superado el territorio coreano, hoy no sería posible su éxito internacional; en segundo lugar, desprenderse del tradicional modelo de pensamiento; y, en tercer lugar, aplicar en China las teorías de administración y gestión occidentales. Según Xiang Bing, para las empresas chinas, la única manera de enfrentarse a los desafíos es aplicar la “globalización contra globalización”.

Globalasia
1-09-2008

No hay comentarios: