domingo, 30 de noviembre de 2008

Con Obama:
CONSERVADORES
Y FRACASADOS

Éric Toussaint

Algunos esperaban que Barack Obama, el presidente electo de Estados Unidos, nombrará un equipo económico profundamente renovado para poder poner en marcha un New Deal . Obama iba a cambiar el capitalismo, aunque no abolirlo, y a instaurar una nueva era de regulación de la economía. Pero, en realidad, Obama ha elegido a los más conservadores entre los consejeros demócratas, los mismos que organizaron una desreglamentación desbocada durante la presidencia de Bill Clinton, a finales de los noventa. Cuando nos detenemos en tres nombres emblemáticos, la coherencia de su elección es reveladora.

El primero en la línea de salida es Robert Rubin , secretario del Tesoro entre 1995 y 1999. Desde que llegó al Tesoro tuvo que enfrentarse con la crisis financiera de México, primer gran fracaso del modelo neoliberal en los años noventa. Luego impuso, junto con el FMI, un tratamiento de choque que agravó las crisis producidas en el sudeste asiático en 1997-1998, y después en Rusia y Latinoamérica en 1999.

R. Rubin no dudó nunca de los beneficios de la liberalización y contribuyó decididamente a imponer a la población de los países emergentes políticas que degradaron sus condiciones de vida y aumentaron las desigualdades. En Estados Unidos, ejerció su potente influencia para conseguir la abrogación de la Glass Steagall Act , o Banking Act , establecida desde 1933, y que, en especial, declaró la incompatibilidad del banco de depósitos con el banco de inversiones.

De este modo, la puerta quedó abierta para toda suerte de excesos de los financieros ávidos del máximo beneficio, lo que posibilitó la crisis internacional actual. Para rizar el rizo, esta abrogación de la Banking Act permitió la fusión de Citicorp con Travelers Group para formar el gigante bancario Citigroup . En el 2000, Robert Rubin entro en la dirección de Citigroup … que el gobierno estadounidense acaba de salvar con urgencia, en noviembre de 2008, ¡garantizándole más de 300.000 millones de dólares de activos! A pesar de ello, R. Rubin es uno de los principales asesores de Barack Obama.

La segunda personalidad en escena es Lawrence Summers , heredado del puesto de director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca. Sin embargo, su carrera contiene cierto número de manchas que deberían ser indelebles. En diciembre de 1991, mientras era economista jefe del Banco Mundial, Summers osó escribir en una nota interna: « Los países con escasa población de África tienen una bajísima contaminación. La calidad del aire es de un nivel inútilmente mayor que la de Los Angeles o México. Es necesario alentar el desplazamiento de las industrias contaminantes hacia los países menos avanzados. Debe existir cierto grado de contaminación en los países en los que los salarios son más bajos. Pienso que la lógica económica que dice que los residuos tóxicos deben volcarse allí donde los salarios son los más bajos es imparable. [...] La inquietud [a propósito de los agentes tóxicos] será evidentemente mayor en un país donde la gente vive bastantes años como para enfermar de cáncer, que en un país donde la mortalidad infantil es del 200 por mil en menores de cinco años .» [1] E incluso agrega, en ese mismo año: « No hay […] límites a la capacidad de absorción del planeta capaces de bloquearnos en un futuro previsible. El riesgo de un apocalipsis debido a un calentamiento global o a cualquier otra causa es inexistente. La idea de que el mundo corre hacia su perdición es profundamente falsa. También es un profundo error pensar que deberíamos imponer límites al crecimiento debido a los límites naturales, que además es una idea cuyo costo social sería asombroso si alguna vez se llegase a aplicar. » [2] Con Summers al comando, el capitalismo productivista gozará de un espléndido porvenir.

Habiendo sido nombrado secretario del Tesoro durante el gobierno de Clinton, en 1999, Summers presionó al presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, para que se sacara de encima a Joseph Stiglitz, que lo había sucedido en el puesto de economista jefe y que era muy crítico con las orientaciones neoliberales que Summers y Rubin ponían en marcha en todas las partes del mundo donde estallaban incendios financieros. Después de la llegada de George W. Bush, Summers continuó su carrera convirtiéndose en presidente de la universidad de Harvard en 2001, pero se destacó particularmente en febrero de 2005, cuando logró la enemistad de toda la comunidad universitaria después de una discusión en la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER, sus siglas en inglés). [3]

Interrogado sobre las razones por las que hay escasas mujeres en los puestos elevados en el ámbito científico, afirmó que las mujeres están menos dotadas que los hombres para las ciencias, descartando cualquier otra explicación posible como el origen social y familiar, o una voluntad de discriminación. Esto provocó una gran polémica, [4] tanto en el interior como en el exterior de la universidad. A pesar de sus excusas, las protestas de una mayoría de profesores y estudiantes de Harvard lo obligaron a dimitir en 2006.

Si su responsabilidad en la situación actual todavía no está demostrada, su biografía, que se puede consultar en el sitio internet de la universidad de Harvard en la época de su presidencia, confirma que « ha dirigido el esfuerzo de la puesta en marcha de la más importante desreglamentación financiera de estos últimos 60 años ». ¡No se podría ser más claro!

La tercera personalidad elegida por Obama, Timothy Geithner , será nombrado secretario del Tesoro. Actualmente presidente del Banco Central de Nueva York, había sido subsecretario del Tesoro encargado de las Relaciones Internacionales entre 1998 y 2001, adjunto sucesivamente a Rubin y a Summers, y activo, en particular, en Brasil, México, Indonesia, Corea del Sur y Tailandia, todos símbolos de los desastres del neoliberalismo, que sufrieron graves crisis durante ese período. Las medidas promovidas por este trío infernal hicieron recaer el coste de la crisis sobre las poblaciones de estos países. Rubin y Summers son los mentores de Geithner. Ahora, el alumno se une a sus maestros. Nadie duda que continuará defendiendo las grandes instituciones financieras privadas, sordo a los derechos humanos fundamentales, ridiculizado en Estados Unidos y en cualquier lado debido a las políticas económicas que defiende con vehemencia.
Pretender regular de nuevo una economía mundial que ha perdido el norte dando el comando de la operación a los que la desregularon con violencia, es como querer apagar un incendio con gasolina.

Traducido por Griselda Pinero y Raul Quiroz

Damien Millet es portavoz del CADTM Francia (Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo, www.cadtm.org ), autor de África sin deuda , Icaria, Barcelona, 2008.

Eric Toussaint es presidente del CADTM Bélgica, autor de Banco del Sur y nueva crisis internacional , El Viejo Topo, Barcelona, 2008; Abya-Yala, Quito, 2008; Observatorio DESC-Bolivia, La Paz, 2008. También es autor de Banco mundial: el golpe de estado permanente, El Viejo Topo, Barcelona, 2007; Abya-Yala, Quito, 2007; CIM, Caracas, 2007; Observatorio DESC-Bolivia, La Paz, 2007. ______________________________

Rebelión
30-11-08
LOS FRACASADOS
DE OBAMA


Spengler
Asia Times
Traducción
Germán Leyens

Habría que preguntar a los magos de Wall Street que forman el pool de talentos del gobierno entrante: “Si sois tan vivos, ¿cómo es posible que ya no seáis ricos?”

Las escuelas privadas más a la moda de Manhattan, a las que es más difícil de entrar que a Harvard, buscan en silencio alumnos para matrícula completa ahora que los hijos de banqueros despedidos de Wall Street se van a escuelas públicas en suburbios más baratos. El presidente de la Universidad Harvard, Dew Faust, ha advertido que habrá recortes del presupuesto debido a “pérdidas sin precedentes” en su dotación de 39.000 millones de dólares.

Las acciones de Citibank, la firma actual del secretario del tesoro de Bill Clinton, Robert Rubin, se transaron la semana pasada a menos de una décima parte de su valor de mercado de un año antes y podrían necesitar otro rescate federal. [Citigroup tendrá más de 300.000 millones de dólares en hipotecas con problemas y otros activos garantizados por el gobierno de EE.UU. bajo un plan federal para estabilizar al prestamista después que sus acciones cayeron un 60% la semana pasada. Bloomberg informó hoy, 24 de noviembre, que Citigroup recibirá una infusión de 20.000 millones de dólares del Departamento del Tesoro, sumados a los 25.000 millones de dólares que el banco recibió el pasado mes bajo el Programa de Alivio para Activos Problemáticos o TARP. A cambio del dinero y de las garantías, el gobierno recibirá 27.000 millones de dólares en acciones preferenciales que pagan un dividendo de 8%.]

Rubin, asesor en la transición del presidente electo Barack Obama, fue mentor del secretario del Tesoro designado, Timothy Geithner. Incluso Goldman Sachs, la máquina comercial de pura sangre que nos dio al Secretario del Tesoro Hank Paulson, así como a Rubin, se negocia a un quinto de su valor máximo.

Estos hechos se le ocurren a uno cuando lee el panegírico de David Brooks en el New York Times del 21 de noviembre sobre el presunto gabinete de Obama, que se deshace en elogios: “Sus miembros son dos veces más avispados que los pobres periodistas que tienen que escribir sobre ellos, tres veces si se incluye a los columnistas.” Brooks agregó: “... por más que quisiera resentirme por esos súper-talentos sobre-educados... yo mismo me siento tremendamente impresionado por la transición de Obama.”

¿Ha estudiado los mercados Brooks? La gente más inteligente de EE.UU. los banqueros de inversiones de las mejores universidades, ha manchado sus propios nidos así como su propio patrimonio neto, y persuadido a los contribuyentes para que los rescaten. Si son los mejores y los más brillantes de 2008, EE.UU. tiene serios problemas.

Los magos de un solo truco de Wall Street tuvieron una idea, y fue seguir la tendencia y acumular tanto apalancamiento como permitieran inversionistas crédulos y reguladores cómplices. El asunto se fue a la porra, y los que no se apresuraron a cobrar temprano junto con los cínicos, están pobres. Por suerte para ellos, Obama les permitirá que jueguen con el presupuesto del gobierno federal de EE.UU. durante los próximos cuatro años.

Financieros fracasados dirigen el equipo de transición de Obama. Antes eran los jefes de grandes compañías industriales los que recibían los máximos puestos del gabinete. Ahora son los genios de un solo truco. Después que George W Bush despidió al ex Secretario del Tesoro, Paul O'Neill, quien había dirigido Alcoa, el último sobreviviente de la especie fue el vicepresidente Dick Cheney, ex presidente de Halliburton. La bandada de talentos de Obama viene de las finanzas.

Los industriales estadounidenses se han convertido en personajes ridículos, como el patético director ejecutivo de General Motors, Rick Wagoner, implorando por un préstamo del gobierno.
Las acciones subieron el 22 de noviembre después de informes de que Obama entregaría el puesto del Tesoro a Geithner, presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York y arquitecto del mayor rescate de la historia. Duplicó el tamaño de la hoja de balance de la Reserva Federal a más de 2 billones de dólares, mediante la compra de activos tan arriesgados como los efectos negociables de las compañías automovilísticas estadounidenses casi en bancarrota. Eso, aparte del plan de rescate del Tesoro de 700.000 millones de dólares. A los inversionistas les gusta la idea de que se transfieran billones de dólares del dinero público a compañías privadas.

El ex secretario del Tesoro, Rubin, “fue un arquitecto de la estrategia del [Citibank]” informó el New York Times el 23 de noviembre. “En 2005, cuando Citigroup comenzó sus esfuerzos por expandir desde el interior, el señor Rubin acribilló a sus colegas con preguntas mientras formulaban el plan. Según colegas actuales y antiguos, creía que Citigroup se estaba quedando atrás respecto a rivales como Morgan Stanley y Goldman, y presionó para que se reforzaran los negocios de alto crecimiento de ingreso fijo del banco, incluyendo el negocio de [crédito estructurado]. Antiguos colegas dijeron que el señor Rubin también alentó a Prince [ex director ejecutivo de Citibank Charles] para que ampliara el gusto del banco por el riesgo, siempre que también mejorara la supervisión – aunque más adelante la Reserva Federal concluyó que la supervisión del banco seguía siendo inadecuada.”

Un ejemplo claro es la anunciada implosión de los fondos de las fundaciones de Harvard y Yale. Durante años, esos gigantescos fondos fueron presentados como prueba de que la inteligencia superior era el pasaporte a ingresos excesivos. Durante los 10 años hasta 2007, .Harvard y Yale produjeron una tasa anual compuesta de rendimiento de 15% y 17,8% respectivamente, mucho mejor que el mercado, la inversión promedio o el hedge fund promedio – sólo para estallar en 2008 en proporciones horrorosas que aún no han sido dadas a conocer.

Según un estudio reciente, las “súper inversiones” sobrepasaron a sus pares recargando el valor de bienes raíces, materias primas, y “capital riesgo”, precisamente los sectores que sufrieron necrosis este año. El capital-riesgo es la versión de alto riesgo de las finanzas corporativas, adquiriendo compañías -no públicas con un mínimo pago inicial y el máximo de deuda.

David Swenson, el legendario gerente de la Fundación Yale, aprendió un truco: compra en las caídas en el mercado de capital con todo el dinero prestado que puedas conseguir. La red de ex-alumnos en Wall Street aseguró que las donaciones universitarias estuvieran en primera línea para los negocios más atractivos. Eso funcionó hasta 2008. No sabemos en qué medida han caído las carteras de capital riesgo de Harvard y Tale, pero el precio de los valores comercializados del Grupo Blackstone, una destacada firma de capital riesgo, da una buena idea. Ha bajado de su oferta inicial de 35 dólares del año pasado a sólo 4,65 dólares actuales, una caída de un 87%. Las materias primas, mientras tanto, han caído a la mitad.

Durante un cuarto de siglo, los productos endogámicos de las fábricas de cachorros de las universidades emblemáticas no han conocido otra cosa que una tendencia al alza en los precios de los activos. No les interesaron demasiado los orígenes de esta tendencia. El gobierno de Reagan había encontrado un mercado bursátil en 1981 que negociaba a un 50% por debajo de su tendencia a largo plazo. Reagan restauró el mercado de valores a la tendencia reduciendo impuestos, suprimiendo la inflación y alivianando algunas regulaciones. Los vivos de la propiedad privada fueron pulgas que viajaban sobre el perro de Reagan. Simplemente seguían la tendencia con el máximo de apalancamiento.

Ahora, cuando el mercado bursátil ha colapsado, los estrategas de los fondos de propiedad privada no pueden pagar sus deudas, y sus ingresos se han evaporado. Nótese que los inversionistas en acciones pasaron una década al margen desde 1973 a 1983; podría ser aún peor esta vez. Los vencimientos de la deuda otorgada para financiar negocios de capital privado se vencerán mucho antes de la recuperación.

A largo plazo, sabemos que la inversión promedio no puede crecer más rápido que la economía, porque las inversiones son evaluadas en última instancia según los flujos de fondos, y los flujos de fondos resultan del crecimiento de la economía. El producto interno bruto estadounidense real creció en un 2% al año en promedio entre 1929 y 2007. ¿De dónde, entonces, salieron los enormes beneficios para las universidades prestigiosas? Algunos provinieron seguramente de apuestas a los caballos correctos, pero en su mayor parte vinieron de acceso privilegiado al apalancamiento.

Uno recuerda a Fernando I de Austria (1793-1875, depuesto por incompetencia después de la Revolución de 1858, quien apócrifamente mató a un águila, y dijo: “¡Debe ser un águila, pero sólo tiene una cabeza!” Fernando pensaba que el pájaro de dos cabezas del escudo de su familia era la norma, exactamente como los de las universidades emblemáticas, con sus tirantes y camisas rosadas, pensaron que las ganancias de dos dígitos eran la norma para sus inversiones.

El mismo acceso privilegiado al apalancamiento permitió que los bancos de inversiones produjeran un rendimiento de las acciones en exceso de un 20% por año, un año tras otro, vendiendo productos estructurados, como expliqué en un reciente ensayo. (“Lehman and the end of the era of leverage,” Asia Times Online, 16 de septiembre de 2008). Durante los 10 años hasta 2007, los propietarios estadounidenses de casas se sumaron a la fiesta, con ganancias en exceso de un 20% sobre el valor de sus casas (10% de valorización del precio de la casa que más que se duplica con el apalancamiento).

Mientras más apalancamiento pedía el mundo, más bancos de inversión eran apalancados junto con el apalancamiento, por así hablar. Wall Street iba a la carga por métodos cada vez más misteriosos de empaquetado de apalancamiento, y tanto mayores eran las ganancias de los proveedores de apalancamiento.

Eso explica cómo un operador político en Washington como Rahm Emanuel, actualmente jefe de gabinete de Obama, quien estudió ballet en lugar de balances, pudo ganar supuestamente 16,2 millones de dólares en dos años y medio en Wasserstein Perella, la boutique de fusiones y adquisiciones. En el clímax de la burbuja, la firma de Bruce Wasserstein fue vendida a Dresdner Bank de Alemania por la suma feérica de 1.600 millones de dólares. Hasta las migajas de un pan de Wasserstein podían enriquecer a un político de Chicago.

Sin apalancamiento, los tipos avispados alrededor de Barack Obama son pulgas sin perro. Ninguno de ellos inventó algo, introdujo un nuevo producto importante, abrió un nuevo mercado, o hizo algo que llegara a las vidas de la gente de a pie. Usaban gemelos caros, leían balances, hacían regularmente gimnasia, participaban en consejos filantrópicos, y suponían que su viaje parasítico sobre el perro de Reagan duraría para siempre.

Todo lo que conocían era el apalancamiento, y ahora cuando el mundo se está desapalancando, tratan de volver a introducir el apalancamiento al sistema. Uno casi puede oír a Mortimer Duke, el personaje de Don Ameche en
“Trading Places,” [“Entre pillos anda el juego” en España o “De mendigo a millonario” en Latinoamérica, N- del T.] gritando: “Ahora, ¡escúchame! Quiero que los negocios reabran ahora mismo. ¡Que vuelvan de inmediato esos agentes de bolsa! ¡Pon a funcionar esas máquinas!”

Por cierto, nada excluye la posibilidad de que el equipo de Obama traiga a colación algo constructivo. Pero no hay motivo para esperar un cambio drástico como resultado de la reacción a la crisis del mismo tipo de gente (comenzando con el Secretario del Tesoro Paulson) en el gobierno de Bush. Rescatarán a firmas incompetentes, fracasadas, y tirarán dinero desde helicópteros y lo llamarán paquete de estímulo. Y no resultará mejor que el de los humillados republicanos.

Nota:
[1] http://www.regattaresearch.com/pdf/Investing_Like_ the_Harvard_and_Yale_Endowment_Funds.pdf

Rebelión
30-11-08

OBAMA
Y LA ECONOMÍA
Noam Chomsky


La palabra que brotó inmediatamente de cada lengua tras las elecciones presidenciales en Estados Unidos fue "histórica". Y con toda razón. Una familia negra en la Casa Blanca es realmente un evento histórico.Hubo algunas sorpresas. Una fue que la elección no estaba concluida luego de la convención demócrata. Los indicadores habituales señalan que el partido opositor debería barrer durante una grave crisis económica tras ocho años de una política desastrosa en todos los frentes, incluido el peor récord en materia de crecimiento de empleos de cualquier presidente de la posguerra y de una rara declinación en la riqueza promedio. Eso, con un Presidente tan impopular que su propio partido tuvo que desligarse de él, acompañado de un dramático colapso en la posición de Estados Unidos en la opinión pública mundial.

Como muchos estudios muestran, ambos partidos se hallan bien a la derecha de la población en tópicos importantes tanto nacionales como internacionales. Tal vez ningún partido refleja la opinión pública en una época en que 80 por ciento de los estadounidenses piensan que el país se enfila en la dirección equivocada y que el Gobierno está administrado por "algunos grandes intereses que sólo piensan en sí mismos", no en el pueblo, en tanto un asombroso 94 por ciento cuestiona que el Gobierno desdeñe a la opinión pública.

Podría argüirse que ningún partido que hable en defensa del pueblo resulta viable en una sociedad administrada por el mundo de los negocios con tan desusada amplitud. En un nivel muy general, la falta de representación del pueblo es ilustrada por el éxito de la "teoría de las inversiones" en la política, elaborada por el economista político Thomas Ferguson. Según Ferguson, la política tiende a reflejar los deseos de poderosos bloques económicos que invierten dinero cada cuatro años para controlar el Estado.En cierto sentido, la elección siguió pautas familiares. La campaña de John McCain fue lo bastante honesta como para anunciar con claridad que la elección no discutiría tópicos. En cuanto a Barack Obama, su mensaje de "esperanza" y de "cambio" ofreció un pizarrón en blanco en el cual sus simpatizantes podían escribir sus deseos.

Uno puede encontrar sitios en la Internet donde cada partido expresa su opinión sobre diferentes temas. Pero la correlación de esas opiniones con la política a seguir no es espectacular. Y de todas maneras, lo que ingresa en las opciones de los votantes es lo que la campaña de cada candidato destaca, tal como saben muy bien los administradores de un partido.Y fue allí donde la campaña de Obama impresionó a la industria de las relaciones públicas, que lo designaron "el experto en mercadeo más importante de 2008", derrotando con facilidad a Apple. La primera tarea de la industria es asegurarse que los clientes carentes de información hagan selecciones irracionales, socavando de esa manera las teorías de mercado que proponen exactamente lo opuesto.

Y los expertos en relaciones públicas reconocen los beneficios de socavar la democracia de la misma manera.La organización The Center for Responsive Politics dice que, una vez más, las elecciones fueron compradas: "Los candidatos con mejor financiamiento ganaron nueve de 10 elecciones, y todos, excepto algunos escasos miembros del Congreso, retornarán a Washington".Antes de las convenciones, los candidatos viables con mayor financiamiento de instituciones financieras eran Obama y McCain, cada uno con 36 por ciento. Los resultados preliminares indican que, al final, las contribuciones a la campaña de Obama, por industria, se concentraron en las firmas de abogados (incluidos cabilderos), además de instituciones financieras.

La teoría de inversiones en la política sugiere algunas conclusiones acerca de los principios que guían a la nueva administración.El poder de las instituciones financieras refleja el cambio cada vez más grande de una economía de producción hacia otra de finanzas. Eso comenzó con la liberalización de las finanzas durante la década del setenta, causa raigal de los actuales azotes representados por la crisis financiera, y la recesión en la economía real (esto es, de la producción y consumo de mercancías). Las consecuencias están a la vista para la gran mayoría de los norteamericanos, cuyos salarios reales se han estancado por 30 años en tanto sus beneficios han declinado.

Dejando de lado la alta retórica sobre la esperanza y el cambio, ¿qué podemos esperar de la administración de Obama? La selección del equipo de trabajo de Obama envía una fuerte señal. La primera elección fue para Vicepresidente: Joe Biden fue, entre los senadores demócratas, uno de los más vigorosos partidarios de la invasión a Irak y un "insider" (persona de adentro, con acceso a información privilegiada) con mucho tiempo de actuación en Washington. Y aunque suele votar de manera coherente con sus colegas demócratas, no siempre lo hace.Por ejemplo, apoyó una medida para que resultara a los individuos más difícil borrar sus deudas tras declararse en bancarrota.

La primera elección posterior a los comicios presidenciales fue para la crucial posición de jefe de gabinete. Obama designó a Rahm Emanuel, uno de los partidarios más fuertes de la invasión a Irak entre los representantes demócratas y, como Biden, un insider de Washington durante bastante tiempo.Emanuel es también uno de los más grandes recipientes de las contribuciones de campaña de Wall Street, informó el Center for Responsive Politics. Durante 2008, "fue el principal destinatario" entre los representantes "de los ejecutivos de fondos de riesgo" y de las "principales firmas de seguros y de inversiones de la industria".

La tarea de Emanuel es ver cómo encara Obama la peor crisis financiera desde la década del treinta, por la cual sus donantes y los de Obama comparten una amplia responsabilidad.En una entrevista con The Wall Street Journal, le preguntaron a Emanuel qué haría el gobierno de Obama respecto al "liderazgo demócrata en el Congreso", cuyos "barones del ala izquierda tienen su propia agenda". Eso incluye, por ejemplo, rebajar drásticamente los gastos militares (algo en lo que coincide la mayoría de la población) e imponer "drásticos impuestos a la energía a fin de combatir el calentamiento global"."Barack Obama puede enfrentarse a ellos", aseguro Emanuel al Wall Street Journal. La administración será "pragmática", y rechazará los intentos de los extremistas de izquierda.

El equipo de transición de Obama está encabezado por John Podesta, secretario del gabinete de Bill Clinton. Otros dos veteranos de Clinton, Robert Rubin y Lawrence Summers, figuran entre las figuras principales en su equipo económico.Tanto Rubin como Summers respaldaron de manera entusiasta la desregulación, un importante factor en la actual crisis financiera.Como Secretario del Tesoro con Clinton, Rubin trabajó de manera denodada para abolir la ley Glass-Steagall, que había separado a los bancos comerciales de las instituciones financieras que incurrían en graves riesgos.

El economista Tim Canova escribe que Rubin tenía "un interés personal en la eliminación de la ley Glass-Steagall".Tras dejar su posición como secretario del Tesoro, Rubin se convirtió en "presidente de la junta directiva de Citigroup, un conglomerado de servicios financieros que estaba enfrentando la posibilidad de tener que vender su subsidiaria de seguros". En cuanto al gobierno de Clinton, "nunca presentó cargos contra él por sus obvias violaciones a la ética".Rubin fue reemplazado como secretario del Tesoro por Summers, quien propuso la ley que prohibió la regulación federal de los derivativos, las "armas de destrucción masiva" (como las llama Warren Buffett) que ayudaron a sumergir en el desastre a los mercados financieros.Summers figura como "uno de los villanos principales en la actual crisis económica", según Dean Baker, uno de los escasos economistas que advirtieron sobre la inminente crisis.

Poner la política financiera en las manos de Rubin y Summers, señala Baker, es "como recurrir a Osama Bin Laden para que ayude en la lucha antiterrorista".Ahora Rubin y Summers proponen regulaciones para ayudar a limpiar el caos que ayudaron a crear.La prensa de negocios examinó los récords del equipo de transición de Obama, que se reunió el 7 de noviembre para determinar cómo manejarse con la crisis financiera. En Bloomberg News, Jonathan Weil concluyó que "Muchos de ellos deberían estar recibiendo citaciones como testigos materiales" por la catástrofe financiera, en lugar de "figurar como miembros del círculo íntimo de Obama".

Alrededor de la mitad "han tenido posiciones de importancia en empresas que, en mayor o menor grado, han falsificado sus declaraciones financieras o contribuido a la crisis económica mundial, o ambas cosas a la vez". Es realmente plausible que "¿no confundirán los intereses de la nación con sus propios intereses corporativos?".La preocupación principal del nuevo gobierno será detener la crisis financiera y la simultánea recesión en la economía real. Pero hay también un monstruo en el armario: el ineficaz sistema privado de cuidado de la salud, que amenaza abrumar el presupuesto federal si las actuales tendencias persisten.Una mayoría del público ha favorecido por largo tiempo un sistema nacional de cuidado de la salud, que debería ser mucho menos caro y más eficaz, según indican las evidencias comparativas (junto con muchos estudios).

En fecha tan reciente como 2004, cualquier intervención del Gobierno en el sistema de atención a la salud era descrito por la prensa como "imposible a nivel político". Eso significaba que se oponían la industria de los seguros y las corporaciones farmacéuticas.Pero sin embargo, en 2008, primero John Edwards, luego Barack Obama y Hillary Clinton, adelantaron propuestas que se aproximan a lo que por largo tiempo ha preferido el público. Estas ideas tienen ahora "apoyo político". ¿Qué ha cambiado? No la opinión pública, que permanece con la misma opinión de antes. Pero para 2008, sectores importantes de poder, especialmente la industria manufacturera, habían llegado a reconocer que estaban siendo gravemente afectadas por el sistema privado de atención a la salud. Por lo tanto, la voluntad pública está comenzando a tener "apoyo político".Hay un largo camino por recorrer, pero el cambio nos dice algo sobre la disfuncional democracia en la cual la nueva administración busca su camino.

Aporrea
30-11-08

Obama:
LA CARA PERFECTA
DEL IMPERIO
Eva Golinger


Barack Hussein Obama no es ningún Condoleezza Rice ni un Collin Powell, pero tampoco es un Martin Luther King Jr. y menos un Malcolm X... Si, el imperio ha conseguido su representante perfecto, el que casi blinda sus acciones con su poesía y color. Es cierto que la elección de Obama se ha hecho historia y ha sido un paso importante para curar los heridos profundos de la esclavitud. Pero el imperio seguirá siendo el imperio, en eso Obama fue muy claro en su discurso de victoria. "A los que están fuera de Estados Unidos que nos quieren destruir, sépanlo con claridad que nosotros los derrotaremos," dijo con convicción. Que dios bendiga América. Nadie puede negar el momento histórico que viven los Estados Unidos de Norteamérica.

Una nación construida con la mano de obra de los esclavos africanos acaba de elegir su primer presidente afro-descendiente. Un país con una constitución que aún mantiene su lenguaje original que define a los negros como "tres quintos de un ser humano" acabo de eligir un hombre negro con una abrumadora mayoría. El voto fue otorgado a los afro-estadounidenses en el año 1870, cinco años después de la abolición de la esclavitud y casí 100 años después de la ratificación de la constitución por 55 hombres blancos terratenientes.

Sin embargo, la población afro-estadounidense siguió recibiendo un trato de segundo y el país vivió en segregación durante la mayoría del Siglo XX. Las grandes luchas revolucionarios por los derechos civiles de Martin Luther King Jr., Malcolm X, las Panteras Negras, Angela Davis y otros grandes líderes de la comunidad afro en Estados Unidos durante los años sesenta y setenta lograron un posicionamiento importante para la población negra dentro del país. Sin embargo, el racismo y la segregación continuaron como temas integrales de la sociedad estadounidense. Hubo un Collin Powell por allí, una Condoleezza Rice por allá, pero siempre y cuando se subordinaban a la supremacía blanca y actuaban como los token negros para dar la aparencia de un gran progreso de la nación.

Barack Hussein Obama no es ningún Condoleezza Rice ni un Collin Powell, pero tampoco es un Martin Luther King Jr. y menos un Malcolm X. El Presidente Electo Obama es un afro-estadounidense que ha aprovechado de un momento de desesperación dentro del pueblo de Estados Unidos y que ha jugado sus cartas casi a la perfección. De padre africano, ausente de su vida, y madre blanca del corazon de Estados Unidos, el Estado de Kansas, Obama utilizó su ambición para lograr asistir a las mejores universidades del país ­ Columbia en Nueva York y luego Harvard para su doctorado en derecho.

Optó por una candidatura al Senado por el Estado Illinois y logró recaudar suficientes fondos para ganar el puesto en 2004, convertiéndose en uno de pocos afro-estadounidenses que ha sido eligido al Senado de Estados Unidos. Escribió dos libros sobre sí mismo, enfocados en la ausencia de su padre en su vida y su lucha por subir la escalera del "éxito" y "oportunidades" que supuestamente ofrece Estados Unidos con sus calles de oro. Se hizo multi-millonario con sus bestsellers y otros trabajos que le llegaron por su carisma y potencial como un próximo líder del país.

No fueron sino dos años en el Senado y Obama decidió arrancar una campaña para la presidencia, capitalizando del momento de descontento en el país debido al fracaso de la época Bush-Cheney y el rechazo a nivel nacional al posible regreso de los Clintons al poder. Aunque no era el candidato preferido a comienzos de las primarias del partido demócrata, Obama eligió un equipo de campaña joven y sabio, y conocedor de las nuevas herramientas sociales: el Internet y los medios de comunicación. Entre Hillary Clinton y Obama, las primarias demócratas se convertieron en un concurso de raza contra género. Ganó raza, ya que Hillary representaba más de lo mismo para muchos hartos de más de 20 años de las familias Bush y Clinton en el poder.

Obama ofrecía una cara fresca, joven y morena, y un discurso poético, inteligente, reconciliador y sensible a las necesidades de un pueblo abandonado por sus gobernantes. No importaba que no tenía experiencia en la política ni el gobierno, era el outsider que rápidamente se convertió en el insider con más potencial para ganar las elecciones presidenciales. Obama recibió el apoyo de grandes multinacionales, celebridades de peso, multi-millonarios y del partido demócrata, además de captar el voto afro-estadounidense y un sector juvenil que antes no había expresado un interés notable en la política nacional.

La campaña de Obama convertió la palabra cambio en una moda nueva. Fue creativa con el uso de internet y páginas como Youtube.com, que fue el verdadero motor de la campaña de Obama, sacando nuevas cuñas y micros a favor de su elección casí todos los días. Apoyar a Obama se transformó en un nuevo estilo, algo chevere para la juventud, la moda del momento, el candidato cool. Y claro, pensar en la posibilidad de elegir un hombre negro que no se idenficaba con la comunidad afro-estadounidense de manera abierta y directa y no empleaba un discurso anti-racista que incomodaba a los blancos, pués era bastante cómoda para la mayoría del país.

Obama nunca habló de Black Power, no responsibilizaba a los blancos por la opresión de los negros y menos comentó sobre sus propias experiencias como un hombre de raza mestiza en un país donde frecuentamente golpeaban a los hombres negros que salían mano en mano con mujeres blancas. No, Obama decía que la nación era un sola, que no veía color ni sexo ni afiliación política ­ era un solo gran país los Estados Unidos de Norteamérica. Con este discurso, Obama logró recaudar más dinero que cualquier otro candidato de la historia de Estados Unidos. En su discurso de victoria a la media noche del 4 Noviembre 2008, Obama admitió que su campaña había sido la mejor de la historia del país ­ la campaña perfecta. Vendieron su cara fresca y su color de piel al pueblo estadounidense, envuelto en su discurso de cambio y su tono monótono, pero suave y acariciador. Hasta vendieron su imagen al mundo ­ Obama, el cambio para Estados Unidos, el contrario de Bush-Cheney, un hombre moreno que entiende los dolores de los pueblos y se identifica con ellos. Jamás alguien así podría atacarlos o intentar dominarlos.

Pero no se engañen. Obama siempre fue claro con su punto de vista imperial y su reafirmación sobre la necesidad de recuperar la posición de Estados Unidos como un super-poder y el país más grande y dominante del mundo. Al aceptar su victoria, Obama invocó los cliches de Estados Unidos, diciendo que al llegar a la presidencia era una muestra de que su "América" es un país donde todo es posible, donde las oportunidades no tienen límites ­ el sueño americano en vivo. Se le olvidó agregar que eso se hizo posible por los más de 3 mil millones de dólares invertidos en su campaña.

Todo es posible en Estados Unidos con unos cuantos millones de dólares ­ nadie lo niega. Obama es la cara perfecta del imperio. ¿Quién mejor puede presentar una imagen simpática de una Washington bien decaida y destruida por los ocho años de Bush-Cheney y sus guerras sin fin? ¿Será igual de facil para Al Qaeda u otros grupos anti-estadounidenses atacar a un jefe de estado moreno con nombre árabe? ¿Podrán los pueblos en revolución apuntar sus dedos a la Casa Blanca de Obama y reclamar sus acciones agresivas, intervencionistas e imperiales? ¿Y qué pasará con el pueblo estadounidense? ¿Bajará su guardia y respirará con alivio pensando que ya la cosa esta en buenas manos y no hay que protestar más ni criticar más ni reclamar cambios reales?

Si, el imperio ha conseguido su representante perfecto, el que casi blinda sus acciones con su poesía y color. Es cierto que la elección de Obama se ha hecho historia y ha sido un paso importante para curar los heridos profundos de la esclavitud. Pero el imperio seguirá siendo el imperio, en eso Obama fue muy claro en su discurso de victoria. "A los que están fuera de Estados Unidos que nos quieren destruir, sépanlo con claridad que nosotros los derrotaremos," dijo con convicción.

Que dios bendiga América.

Eva Golinger es Directora General de la Fundación Centro de Estudios Estratégicos de Seguridad "CESE" .

Aporrea
LOS 7 DÉFICITS
MORTALES

Joseph Stiglitz

Cuando el president George W. Bush asumió el cargo, el grueso de los descontentos con unas elecciones robadas se consolaron con esta idea: dado nuestro sistema de controles y equilibrios políticos, ¿cuánto dañó puede hacer? Ahora lo sabemos: mucho más de lo que podían imaginar los peores pesimistas. Desde la guerra de Irak hasta el colapso de los mercados crediticios, las pérdidas financieras apenas resultan concebibles. Y detrás esas pérdidas aún hay que contar las oportunidades perdidas, todavía mayores.

Tomados de consuno los dineros despilfarrados en la guerra, los dineros despilfarrados en un esquema inmobiliario piramidal que empobreció a los más y enriqueció a unos pocos y los dineros que se esfumaron con la recesión, el hiato entre lo que podríamos haber producido y lo que realmente produjimos fácilmente rebasará el billón y medio de dólares. Piensen lo que habría podido hacerse con esa suma para proporcionar asistencia sanitaria a quienes carecen de seguro médico, para mejorar nuestro sistema educativo, para desarrollar tecnologías verdes… La lista es infinita.

Y el verdadero coste de las oportunidades perdidas es todavía mayor. Piensen en la guerra. Están, para empezar, los fondos directamente asignados a ella por el gobierno (unos 12 mil millones de dólares mensuales, y eso aceptando las estimaciones confundentes de la administración Bush). Pero es que son mucho mayores todavía, como ha documentado en su libro La guerra de los tres billones de dólares Linda Bilmes, de la Kennedy School, los costes indirectos: las remuneraciones que han dejado de ganar los heridos o los muertos o la actividad económica desplazada (de, pongamos por caso, gastar en hospitales norteamericanos a gastar en empresas nepalesas de seguridad). Esos factores sociales y macroeconómicos podrían llegar a montar más de 2 billones de dólares en el cómputo total de los costes de la guerra.

Pero hay un haz de luz en esos negros nubarrones. Si logramos zafarnos de la pesadumbre, si conseguimos pensar más cuidadosa y menos ideológicamente sobre la manera de robustecer nuestra economía y hacer de la nuestra una sociedad mejor, tal vez podamos adelantar algo en el planteamiento y solución de los enconados problemas que venimos arrastrando.

El déficit de valores.- Uno de los puntos fuertes de Norteamérica es su diversidad, y siempre ha habido una diversidad de puntos de vista incluso respecto de nuestros principios fundamentales (la presunción de inocencia, el mandato de habeas corpus, el imperio de la ley). Pero –o eso creíamos, al menos— quienes discrepaban de esos principios constituían una pequeña franja marginal, fácilmente ignorable. Ahora hemos aprendido que esa franja no es tan minúscula y que, entre sus miembros, se cuentan el actual presidente y los dirigentes de su partido. Y esa división en los valores no podía haber llegado en peor momento. Percatarse de que podríamos tener menos en común de lo que pensábamos puede dificultar la resolución de problemas que tenemos que encarar juntos.

El déficit climático.- Con ayuda de cómplices como ExxonMobil, Bush trató de persuadir a los norteamericanos de que el calentamiento global era una ficción. No lo es, y hasta la administración ha terminado por admitirlo. Pero no hicimos nada durante ocho años, y los EEUU contaminan más que nunca; un retraso que pagaremos carísimo.

El déficit de igualdad.- En el pasado, aun si los que estaban abajo recibían pocos, si alguno, de los beneficios de la expansión económica, la vida se percibía como un sorteo equitativa. Las historias de quienes se hacían a sí mismos eran parte de las señas de identidad norteamericanas. Pero la vieja promesa de Horatio Alger suena hoy falsa. La movilidad ascendente se ha hecho cada vez más difícil. Las crecientes divisiones de ingreso y de riqueza han sido reforzadas por una legislación fiscal que premia a los afortunados en la azarienta lotería de la globalización. Destruida aquella percepción, será todavía más difícil encontrar una causa común.

El déficit de responsabilidad.- Los reyezuelos del mundo financiero estadounidense justificaban sus astronómicas remuneraciones apelando a su pretendido ingenio para generar grandes beneficios, supuestamente derramados sobre el país entero. Ahora, los reyes andan desnudos. No supieron gestionar el riesgo; antes bien, sus acciones exacerbaron el riesgo. El capital no fue correctamente asignado; se malgastaron centenares de miles de millones, un nivel de ineficiencia mucho mayor que el que la gente se ha acostumbrado a atribuir al Estado. Sin embargo, los reyezuelos se largaron con centenares de millones de dólares de los contribuyentes, de los trabajadores, y el conjunto de la economía tuvo que pagar la cuenta.

El déficit comercial.- En el curso de la pasada década, el país ha venido tomando préstamos a gran escala en el extranjero: sólo en 2007, unos 739 mil millones de dólares. No es difícil descubrir por qué: con un gobierno incurriendo en enormes deudas y unos hogares norteamericanos sin apenas capacidad de ahorro, no había otro sitio donde pedir. Los EEUU han estado viviendo de dinero y de tiempo prestados, y ha llegado la hora del vencimiento.

Acostumbrábamos a dar lecciones de buena política económica a los demás. Ahora los demás se parten de risa a nuestras espaldas, y de cuando en cuando, hasta nos dan lecciones. Hemos tenido que ir a mendigar a los fondos soberanos de riqueza (la riqueza excedente que otros gobiernos han acumulado y que pueden invertir fuera de sus fronteras). Retrocedemos ante la idea de que nuestro gobierno se haga con un banco, pero parecemos aceptar de grado la idea de que los gobiernos extranjeros puedan convertirse en accionistas de referencia de algunos de nuestros bancos más emblemáticos, instituciones cruciales para nuestra economía. (Tan cruciales, en efecto, que hemos dado un cheque en blanco a nuestro Tesoro para rescatarlas.)

El déficit fiscal.- Gracias, en parte, a un gasto militar desapoderado, en sólo ocho años nuestra deuda nacional se ha incrementado en dos tercios, pasando de 5,7 billones a más de 9,5 billones de dólares. Pero, por espectaculares que resulten, esos números subestiman por mucho las verdaderas dimensiones del problema. Aún tienen que presentarse a cobro muchas facturas de la Guerra de Irak, incluidas las que incorporan los costes de asistencia a los veteranos heridos, y esas facturas podrían representar unos 600 mil millones de dólares. El déficit federal de este año probablemente añadirá otro medio billón a la deuda nacional. Y todo eso, sin contar con los dineros desembolsados por la Seguridad Social y por Medicare para asistir a los baby boomers.

El déficit de inversión.- Las cuentas del Estado son distintas de las cuentas del sector privado. Una empresa que tome dinero prestado para realizar una buena inversión verá su balance contable mejorado, y sus ejecutivos serán aplaudidos. Pero en el sector público no hay balance contable, y por lo mismo, demasiada gente se centra miopemente en el déficit. En realidad, las inversiones públicas sabias proporcionan retornos mucho más elevados que la tasa de interés que el Estado paga por su deuda; a largo plazo, las inversiones ayudan a reducir los déficits.

Recortar esas inversiones es proceder al modo del ahorrador de salvado y desperdiciador de harina, como pudo verse con los diques de Nueva Orleáns y con los puentes de Mineápolis.

Más allá de la simple incompetencia, hay dos posible hipótesis para explicar por qué los republicanos prestaron tan poca atención a la creciente debacle presupuestaria. La primera es, sencillamente, que confiaron en la teoría económica del lado de la oferta, en la creencia de que, de uno u otro modo, la economía crecería tanto con unos impuestos bajos, que los déficits serían efímeros. Esa idea se ha revelado como lo que es, una ilusión fantasiosa.

La segunda hipótesis es que, permitiendo un déficit cada vez más hinchado, Bush y sus aliados esperaban forzar una reducción del tamaño del Estado. Lo cierto es que la situación fiscal ha llegado a cobrar unas proporciones tan alarmantes, que muchos demócratas responsables están comenzando ahora a hacerles el juego a los republicanos empecinados en “asfixiar a la bestia pública”, y llaman a un drástico recorte del gasto público. Pero, preocupados como están los demócratas por parecer demasiado tibios en materia de seguridad –y por lo mismo, resueltos a considerar sacrosanto el presupuesto militar—, resulta harto difícil recortar gastos sin cercenar las inversiones más importantes para resolver la crisis.

La tarea más perentoria del nuevo presidente será restaurar el vigor de la economía. Dado el volumen de nuestra deuda nacional, es particularmente importante cumplir esa tarea de manera que se maximicen los resultados de cada dólar gastado, al tiempo que se ataca al menos uno de los déficits capitales. Los recortes fiscales funcionan –si funcionan— incrementando el consumo, pero el problema de Norteamérica es que padece un atracón de consumo; prolongar el atracón no hará sino posponer la solución de los problemas más profundos. A medida que los ingresos se desploman, los estados y los municipios tendrán que hacer frente a restricciones presupuestarias, y a menos que se haga algo, se verán obligados a recortar el gasto, lo que no hará sino ahondar en el declive. A nivel federal, necesitamos gastar más, no menos. Hay que reconfigurar la economía para adaptarse a las nuevas realidades (incluido el calentamiento global). Necesitaremos más trenes de alta velocidad y plantas energéticas más eficientes. Esos gastos estimulan la economía, al tiempo que sientan las bases para un crecimiento sostenible a largo plazo.

Sólo hay dos formas de financiar esas inversiones: aumentar los impuestos o recortar otros gastos. Los norteamericanos de ingresos altos pueden perfectamente permitirse pagar más impuestos, y muchos países europeos han triunfado, no a pesar de tener una fiscalidad elevada, sino precisamente por tenerla: es lo que les ha permitido invertir y competir en un mundo globalizado.

Huelga decir que habrá resistencia al aumento de impuestos, de manera que el foco de atención se moverá hacia los recortes. Pero nuestros gastos sociales son ya tan esqueléticos, que hay poco que ahorrar. En realidad, descollamos entre las naciones industrializadas avanzadas por lo inadecuado de nuestras protecciones sociales. Los problemas, por ejemplo, del sistema de asistencia sanitaria en los EEUU saltan a la vista: resolverlos no es sólo cuestión de mayor justicia social, sino también de mayor eficiencia económica. (Unos trabajadores más sanos son unos trabajadores más productivos.) Y eso deja sólo un área económica importante disponible para recortar gastos: la defensa. Nuestros gastos representan la mitad de los gastos militares mundiales, con un 42% de los dólares del contribuyente que se destinan, directa o indirectamente, a defensa. Incluso los gastos militares no bélicos se han disparado. Con tanto dinero gastado en armamento inútil contra enemigos que no existen hay mucho margen para incrementar la seguridad, al tiempo que se recortan los gastos en defensa.

La buena nueva en todo este horizonte de malas noticias económicas es que nos estamos viendo obligados a morigerar nuestro consumo material. Si lo hacemos de forma adecuada, eso ayudará a mitigar el calentamiento global, y acaso contribuirá también a despertar la consciencia de que un mayor nivel de vida también es más ocio, no sólo más bienes materiales.

Las leyes de la naturaleza y las leyes económicas son implacables, y no perdonan. Podemos abusar de nuestro medio ambiente, pero sólo por un tiempo. Podemos gastar por encima de nuestros medios, pero sólo por un tiempo. Podemos gorronear a cuenta de nuestras inversiones pasadas, pero sólo por un tiempo. Ni siquiera el país más rico del mundo puede ignorar las leyes de la naturaleza y las leyes económicas, si no es en daño propio.

Joseph Stiglitz es profesor en la Universidad de Columbia, ganador del Premio Nobel de Economía en 2001 y coautor de The Three Trillion dollar War.

Sin permiso
23-11-08

Quebrados en Washington:
LA FALLIDA CUMBRE
DEL G-20

Mike Whitney


Como se esperaba, la cumbre del G20 en Washington demostró ser un auténtico fracaso. No se resolvió ninguno de los problemas que han llevado a la economía global al borde del desastre y ninguno de los protagonistas principales que jugaron con el sistema a través de sus títulos tóxicos fue responsabilizado. En lugar de ello, los dignatarios presentes se empecinaron en un vacío “Documento sobre los mercados financieros” que no logró absolutamente nada. La única cláusula que merece ser destacada en todo el documento es una acusación de dos párrafos a los Estados Unidos como autor de la crisis financiera. Al menos acertaron en eso.
Aquí tienen un extracto del texto:
“Los orígenes de la actual crisis: durante un período de fuerte crecimiento global, de aumento de los flujos de capital y de prolongada estabilidad al principio de esta década, los agentes del mercado buscaron mayores rendimientos sin un adecuado cálculo de los riesgos y fracasaron a a la hora de actuar con la debida diligencia. Al mismo tiempo, laxos criterios en el suministro de servicios financieros, prácticas demenciales de gestión del riesgo, productos financieros cada vez más complejos y opacos, así como el consiguiente excesivo apalancamiento combinado, crearon vulnerabilidades en el sistema. Los responsables políticos, reguladores y supervisores en algunos países avanzados no han apreciado y afrontado de forma adecuada los riesgos crecientes en los mercados financieros, ni han marcado el paso de la innovación financiera, ni han tenido en cuenta las ramificaciones sistémicas de las acciones reguladoras nacionales.
“Importantes factores subyacentes a la actual situación han sido, entre otros, inconsistentes e insuficientes políticas macroeconómicas coordinadas y reformas estructurales inadecuadas, que desestabilizaron la macroeconomía a escala global. Dichas pautas, juntas, contribuyeron a generar excesos y al final acabaron en una grave disfunción del mercado”
¡Bingo! El contagio empezó en Wall Street y allí es donde recae la culpa. Fue el resultado de la imprudente política de la FED de mantener los tipos bajos, y de la falta de supervisión gubernamental. Ello permitió a los agentes del mercado crear grandes cantidades de capital apalancado a través de apuestas especulativas sobre instrumentos de deuda descapitalizados.
El hundimiento consiguiente del valor de todos los activos de cualquier clase ha creado un gigantesco agujero de varios billones de dólares en el sistema financiero global que ha precipitado violentas oscilaciones en las bolsas, reducido el crédito, dislocado las divisas y aumentado el desempleo y la inflación. Casi todos los males económicos tienen su origen en la legislación promovida por responsables clave de la administración de Clinton y Bush. (Muchos de los cuales ocuparon cargos en la Casa Blanca de Obama). Las conclusiones del G-20 culpan a quien deben: a la Reserva Federal y a Wall Street.
Pero eso no es ninguna novedad. No hay razón para recordar el pasado, a menos que haya un interés específico en llevar a los culpables ante la justicia, o a menos que los líderes reunidos se tomen en serio establecer normas para un nuevo régimen económico. Pero no es el caso, razón por la cual la charla fue tan solo otro festival de politiquería falta de cualquier reforma seria.
Fue interesante, sin embargo, escuchar a Bush en un poco habitual e improvisado momento admitiendo que las decisiones extremas tomadas por la FED y el Tesoro norteamericano (teniendo en cuenta que Bear Stearns quebró hace 17 meses) tenían como objetivo evitar lo que él llamó “una depresión mayor que la gran depresión”. Tratándose de Bush, es todo un reconocimiento; es también una vindicación de lo que CounterPunch ha estado diciendo en esta web durante más de dos años. Y a pesar de que Bush rehusó cualquier responsabilidad personal enlas políticas que llevaron a la crisis, parece evidente que tiene algún rudimentario instinto que le hace ser consciente de su gravedad. Es un inicio. Tal y como famosamente dijo a la prensa:
“Este mamón puede irse a pique”.
A pesar de los llamamientos a favor de reformas que tengan sentido, la cumbre sólo refuerza el status quo; el mismo antiguo sistema financiero dirigido por los EEUU. De hecho, parece que hay un consenso creciente sobre la necesidad de que sea el FMI el que encabece los programas que den liquidez a los países en desarrollo que están siendo machacados por la crisis. Es un importante paso atrás. Devuelve al FMI –auténtico puño de hierro del Tesoro norteamericano— su antigua gloria, posibilitándole volver a usar sus créditos extorsionadores empujando a naciones con problemas hacia el ajuste estructural, la privatización y los sueldos de esclavo. Las reuniones están dando oxígeno a las fallidas políticas neoliberales, que deberían haber sido canceladas para siempre.
La declaración del G-20 invoca el mismo ritual absurdo favorable al crecimiento y el libre mercado. Favorecer el crecimiento significa bajos intereses al crédito, permitiendo a los especuladores del mercado beneficiarse del flujo seguro de capital barato mientras los trabajadores quedan bloqueados intentando equilibrar sus finanzas en base a salarios estancados y a un dólar que se deprecia. Es una manera de asegurarse que el tablero de juego será siempre favorable a Wall Street.
Defender el crecimiento no significa reforzar la actividad productiva o la fabricación de bienes que los consumidores quieran comprar; significa expandir el crédito a través de contratos derivados y otras inversiones apalancadas para maximizar beneficios partiendo de dinero tomado en préstamo. El objetivo a largo plazo es poner al sector financiero por encima de los sectores productivos de la economía real. Es un programa destinado a mantener la hegemonía del dólar y Wall Street sobre las finanzas globales.
La declaración del G20 también rechaza el proteccionismo que defiende los intereses del trabajo y las industrias nacionales claves. Una vez más, ello sólo ilustra el flagrante sesgo pro-Wall Street de estas reuniones, en las que ninguno de los líderes representó los intereses del trabajo o de los sindicatos. El trabajador se puede ir al infierno.
El grupo pidió más estímulos gubernamentales para minimizar los efectos del enfriamiento de los mercados crediticios, del desempleo y de la deflación. También pidieron mayor “transparencia y responsabilidad”, a pesar de que probablemente no tendrá ninguna consecuencia. Wall Street no está en disposición de perder su gallina de los huevos de oro. Sus operaciones fuera de balance, sus activos de Nivel 3 “market to fantasy”, su comercio “dark pool” y sus opacos y enrevesados métodos de contabilidad. Todo ello es lo que gusta a los alquimistas, lo que permite a “gurús” de la inversión con poco talento y aún menos escrúpulos convertir instrumentos de deuda exóticos en oro puro. Esperan mucho debate y acción por parte de Paulson en relación a la transparencia, mientras no revelan prácticamente nada sobre sus oscuras actividades.
Como no podía ser de otra manera, aparecieron las brillantes sandeces sobre el “control de la innovación financiera”, preservación del “dinamismo” del mercado y lucha a favor de una “menor pobreza”. Alguno de los líderes incluso pidieron, con semblante serio, la creación de un “colegio de supervisores” para los reguladores bancarios y límites a los sueldos de los ejecutivos para “evitar que tomen riesgos excesivos”. Sorprende que las naciones en desarrollo, muchas de las cuales han sido víctimas de las políticas duras del FMI, hayan permitido que dichos disparates se incluyan en la copia final. Es como un extracto de las memorias de Milton Friedman. Nadie alojado en las suites del centro de Manhattan va a demorar pago alguno ni a perder una hora de sueño por la “reducción de la pobreza”. Estos chicos son trileros cuya vida laboral consiste en meter la mano en los bolsillos de inversores inconscientes.
Lo que realmente es necesario en lugar de todo este divertimento sin sentido es un estricto cumplimiento de un listado básico de normas. Las normas de las instituciones financieras han sido articuladas por bastantes analistas del mercado como Kart Denninger (Market Ticket) en su “Genesis Plan”:
1. Obligar a que todos los activos fuera de balance vuelvan al balance, y obligar a sacar los modelos de valoración e identificación de activos individuales fuera del Nivel 3 e incluirlos en el 10Qs y el 10Ks. Ejecutar dicho requerimiento empezando con el período de evaluación del 3Q 2008 que empieza el año que viene. (Por ejemplo, todos los activos deben ser contabilizados en los balances bancarios).
2. Forzar a todos los derivados del mercado extra bursátil a ser negociados en un mercado regulado similar al que se usa en las “listed options” o los mercados de valores. Ello desactivaría definitivamente la bomba de relojería que suponen los mercados de derivados. Dar a los agentes del mercado 90 días para hacer dichos cambios. Cualquiera que no estuviera en la lista en 90 días sería declarado nulo; dejar a los agentes del mercado demandarse entre ellos si no son capaces de demostrar la adecuación de su capital. (Ello crea un mercado público que permite a los reguladores saber si los contratos sobre derivados están suficientemente capitalizados o no).
3. Obligar a que el apalancamiento de todas estas instituciones tenga una ratio no superior a 12:1. La SEC (Agencia de supervisión del mercado de valores) descendió intencionadamente los límites del apalancamiento entre el broker y el negociador en 2004; antes de ello el límite era 12:1. Cada compañía quebrada ha doblado por lo menos el apalancamiento establecido en dicho límite. Ejecutar dicha medida con un límite temporal de seis meses y requerir una reducción de un sexto del exceso mensualmente. (Los cinco mayores bancos de inversión reconocieron una valor en activos agregado de 4$ billones antes que Bear Stearns quebrara. Muchos, por no decir la mayoría, de esos activos sin valor se encuentran ahora en el balance de la FED asumidos por los contribuyentes americanos. Demasiado apalancamiento sencillamente significa que el contribuyente paga la diferencia cuando el banco quiebra).
Aquí está el quid de la cuestión. Cumple las normas o vas a la cárcel.
Por supuesto que [la irresponsablemente abrogada ley] Glass Steagall deberá ser recuperada en una forma a la altura de los tiempos, para separar a la banca comercial de la banca de inversión. Las agencias de “rating” como Moody’s y S&P deberán ser desprovistas de cualquier conflicto de interés. No pueden ser pagadas por las mismas instituciones financieras que les encargan los análisis de “rating”; eso es un punto muerto. La cuestión más importante es devolver la confianza a los mercados a través de la transparencia. En estos momentos, el bloque de Obama está acumulando la misma colección de arpías de Wall Street que presionaron [bajo Clinto] para revocar la ley Glass Steagall, lo que permitió que los derivados pudieran negociarse fuera de un mercado público.
Creen que pueden mantener el mismo régimen financiero con tan solo un lavado de cara usando la credibilidad de Obama para disimular sus actividades. Por eso es fundamental para las naciones con mayores reservas de capital que se establezca un modelo independiente para dar respiro a los países en desarrollo afectados por la crisis financiera. Si no es así, el FMI (es decir, el Tesoro americano) continuará enredándolos en su telaraña de deuda.
El mundo no necesita un nuevo Bretton Woods o un nuevo orden mundial. Necesita una visión competente de las finanzas globales. Una visión dispuesta poner fin a la tiranía del dólar, a la política de las superpotencias y a la política económica del “pídele dinero a tu vecino”. Un sistema que refuerce la soberanía nacional, la cooperación y el derecho internacional. Eso es sobre lo que debería estar discutiendo el G-20, en lugar de perder el tiempo intentando sostener un sistema que está podrido por dentro.
Mike Whitney es un analista político independiente que vive en el estado de Washington y colabora regularmente con la revista norteamericana CounterPunch.

Sin permiso
23-11-08

Cumbre del G-20:
FRASES QUE DICEN
TODO Y NADA

Michael R. Krätke


Raras son las cumbres precedidas de tantos laureles. La cumbre del G-20 en Washington tenía que salvar al mundo del desastre de una nueva Gran Depresión. Ardua tarea. Junto a los Estados del G-8, estaban esta vez también presentes países emergentes como China, Brasil, Indonesia, México y Turquía (juntas, las 2º naciones representan casi el 85% del producto económico global).

Un nuevo Bretton Woods, ni que decir, tiene no hubo. En cambio: fórmulas convencionales de las cabezas de la elite: más “transparencia” que antes, limitación de las bonificaciones de los ejecutivos, vigilancia más estrecha de los fondos hedge de cobertura, obligación de cooperar para los paraísos fiscales, cuotas de capital más elevadas para los negocios de alto riesgo. Una colección de bienintencionados reconocimientos, esos que no vienen mal a nadie; una sarta de buenas intenciones y bellos propósitos, tan del gusto de la señora Merkel.
Las causas decisivas de la crisis financiera mundial quedaron fuera de consideración. Ni las monstruosas montañas de deuda, ni la inundación de dólares que anega al planeta recibieron siquiera mención. Por no hablar del diluvio especulativo, de la parálisis crediticia que los bancos centrales no han logrado mitigar, de que la economía de los EEUU es la economía más deficitaria del mundo y vive a costa de los demás, o –y no es lo menos importante— del papel desempeñado por Alemania y China, los campeones mundiales de la exportación, que celebran sus triunfos cuenta de sus vecinos.
Sólo rutinariamente y con la boca pequeña se habló de las miserias de una economía mundial extremadamente desequilibrada, como si ni siquiera se comprendiera la dimensión de la crisis. Salvo las consabidas banalidades de anteayer, se diría a que los Merkels, Bushs y Browns no se les ocurre qué decir sobre la crisis mundial. Sus Estados están conmovidos hasta los cimientos, pero no su ideología. Impasibles, repiten una y otra vez el mantra del “libre mercado” y la mentira de la “economía social de mercado”, y previenen oracularmente contra la “sobrerregulación” y el “proteccionismo”.
Al día de hoy, todavía no han entendido que esta crisis financiera ha acontecido en uno de los mercados más vigorosamente regulados y vigilados del mundo. A Merkel y a Steinbrück parece escapárseles también que proceden de la UE, es decir, del espacio económico más vigorosamente integrado y regulado del mundo. Como gestores de la crisis económica mundial, damas y caballeros, constituyen ustedes un equipo manifiestamente mejorable.
Lástima que tampoco los dirigentes de los países en desarrollo tuvieran valor o amplitud de miras bastantes para hablar con claridad y exigir algo que, al menos en principio, pudiera ser revolucionario: como un impuesto a las operaciones de las bolsas mundiales, primordialmente al comercio de divisas y de derivados financieros, o como una limitación bursátil universal capaz de poner freno al explosivo crecimiento de la especulación financiera totalmente incontrolada en el comercio realizado fuera de las bolsas. ¿Cuándo, si no ahora, en medio de la hasta ahora mayor crisis del sistema financiero mundial, habría que recortar eficazmente la fatal “libertad” de los mercados financieros? ¿Cuándo, si no ahora, habría que cerrar los paraísos fiscales y los centros bancarios offshore, que sólo sirven para lavar dinero, evadir impuestos y camuflar tahúres. Tardará en volver a presentarse una ocasión así para desbaratar las rogativas mediáticas de los curadores neoliberales de almas.
El presidente de Brasil, Lula da Silva, ha sacado la lección más importante de esta cumbre de crisis, aunque de mala gana: olvídense del G-8, la economía mundial no puede ya prescindir del G-20. En efecto, más que nunca habrá que contar con China, con India y con Brasil. Tampoco debería pasar eso por alto el FMI, si aspira a convertirse en pastor supremo de los mercados financieros. La largamente preterida redistribución del poder en el FMI y en el Banco Mundial no puede seguir aplazándose, por mucho que dañe los privilegios de los EEUU y de los Estados europeo-occidentales.
Fatal resultaría el cumplimiento de la intención, proclamada en Washington, de cerrar inmediatamente los postergados acuerdos de la ronda de Doha de la OMC. La agenda de Doha pretende aquello que precisamente ahora más puede perjudicar: más liberalización de los mercados, una ulterior desregulación de las reglas presupuestarias, mayor margen de maniobra para los “prestadores de servicios financieros”. Si los países emergentes quieren tomarse en serio su nuevo papel en la economía mundial, no pueden secundar eso.
Sin permiso
23-11-08

lunes, 24 de noviembre de 2008

OLA MUNDIAL
DE DESPIDOS


Empresas de numerosos sectores destruyen miles de puestos de trabajo a causa de la crisis financiera. La crisis económica y financiera cuesta puestos de trabajo en muchos sectores. Apenas transcurre un día sin que alguna empresa anuncie despidos. Sólo en la industria automovilística europea están en peligro 60.000 puestos de trabajo, según los datos de los expertos.

A continuación, una selección de los peores comunicados de las últimas dos semanas.

10 de noviembre:
La empresa de correos alemana Deutsche Post quiere eliminar hasta 33.000 empleos en sus empresas norteamericanas.

11 de noviembre:
El grupo bancario italiano UniCredit quiere eliminar alrededor de 9.000 puestos en Italia, Austria y Alemania. El proveedor de servicios de telecomunicación Nokia Siemens Networks quiere deshacerse hasta octubre de 2009 de 500 empleos en Alemania y 750 en Finlandia. El proveedor de muebles y estructuras Pfleiderer quiere eliminar 300 puestos en el extranjero y 150 en Alemania. El correo austriaco eliminará hasta el 2011, 9.000 puestos de trabajo. El operador de cable de red británico Virgin Media elimina 2.200 trabajos.

12 de noviembre:
El proveedor de servicios financieros AWD elimina en Gran Bretaña alrededor de 400 puestos de trabajo.

13 de noviembre:
El grupo televisivo ProSiebenSat.1 eliminará 225 puestos de trabajo. La empresa británica de telecomunicaciones BT eliminará hasta finales de marzo 10.000 puestos de trabajo.

14 de noviembre:
El productor de imprentas Koenig & Bauer suprimirá en Alemania, Austria y República Checa de 600 a 3600 puestos de trabajo. El Royal Bank of Scotland elimina 3.000 puestos de trabajo. El productor de ordenadores estadounidense Sun, elimina 6.000 puestos de trabajo.

17 de noviembre:
El grupo financiero estadounidense Citigroup eliminará en todo el mundo 50.000 puestos de trabajo.

18 de noviembre:
Lufthansa elimina en su filial CityLine, uno de cada cinco puestos de trabajo. El grupo de seguros ERGO eliminará 2.000 trabajadores hasta finales del 2010.

19 de noviembre:
La compañía naviera de Singapur Neptune Orient Lines elimina 1.000 puestos de trabajo. La editorial de revistas más grande de Europa, Gruner+Jahr, elimina 60 puestos de trabajo. La constructora automovilística alemana Daimler eliminará 570 puestos de trabajo temporales y subcontratados. El Deutsche Bank eliminará 900 puestos de su equipo comercial.

20 de noviembre:
El grupo aéreo estadounidense Boeing eliminará 800 puestos en su sección armamentística. El grupo farmacéutico británico AstraZeneca eliminará a nivel mundial 1.400 puestos hasta el 2013. El constructor de motores británico Rolls-Royce eliminará en el próximo año hasta 2.000 puestos de trabajo. La automovilística francesa PSA Peugeot Citroën eliminará 2.700 puestos de trabajo. El grupo estadounidense J.P.Morgan Chase elimina 3.000 puestos en su sección de inversiones.

21 de noviembre:
El segundo mayor productor de ordenadores, Dell ha eliminado en el tercer trimestre del año, 2.200 puesto de trabajo.

Traducción:
Luis Montilla
Rebelión
24-11-08
En China
REGRESAN
AL CAMPO


La crisis económica provoca la vuelta al campo de los obreros chinos. La crisis financiera se materializa en un menor crecimiento económico, que podría situarse en el 5% en 2009. Esto está motivando que cientos de miles de inmigrantes chinos de la ciudad al campo hayan regresado a sus pueblos de origen en los últimos tres meses.

La agencia oficial Xinhua citó el ejemplo de la provincia de Hubei (centro del país), una de las principales emisoras de emigrantes rurales, a la que han regresado en sólo tres meses más de 300.000 de los siete millones de campesinos que habían viajado a las ciudades en busca de empleo.

Ante ello, el Gobierno central chino ha pedido a los locales que tomen medidas para afrontar el aumento de los despidos y programas para reinsertar en el mercado laboral a los emigrantes, y Hubei ha sido una de las primeras provincias en lanzar medidas de emergencia.Las autoridades de Hubei ordenaron a las compañías estatales de gran tamaño en sus ciudades que no despidan a ningún empleado (aunque les autoriza a reducir salarios si la crisis les obliga a ello), mientras que las de menor tamaño necesitan autorización oficial para llevar a cabo recortes de plantilla.Se espera que antes de final de año la llegada de emigrantes retornados en Hubei se eleve a 600.000 personas, y la recolocación de estos será complicada.

China tiene entre 130 y 150 millones de emigrantes rurales trabajando en las ciudades, sobre todo en sectores como la hostelería, la industria o la construcción, estos dos últimos entre los más afectados por la desaceleración de la economía china.Los emigrantes se enfrentan aun en tiempos de bonanza económica a problemas como la discriminación y las dificultades de acceso en las ciudades a servicios sociales como la sanidad o la educación.

Mayor regulación laboral

El aumento de los despidos en el colectivo inmigrante no sólo ha sido causado por la crisis mundial, sino también por la entrada en vigor de nuevas leyes laborales en China que establecen salarios mínimos y otras obligaciones para con los trabajadores, lo que ha forzado despidos especialmente en pequeñas y medianas empresas de todo el país.Los despidos se han notado especialmente, de todas formas, en provincias dedicadas a la industria para la exportación, como Cantón, debido a que la recesión en economías como la UE o EEUU -donde residen los principales clientes de las fábricas cantonesas- ha reducido la demanda.

EFE
19-11-08
Tras la cumbre:
SIEMBRAS Y COSECHAS
DE CHINA

Patricia Castro Obando


Así como en el 2004, China ha utilizado APEC como una plataforma para la gira del presidente Hu Jintao por América Latina, continuando sus planes de siembra y cosecha en la región, pero ahora con unas metas que sobrepasan la línea económica.

Hace cuatro años, el gigante desembarcó en Brasil, Argentina, Chile y Cuba, en una primera fase de reconocimiento y con el interés prioritario de obtener materias primas y diversificar sus mercados. Santiago de Chile era el anfitrión del APEC y al año siguiente firmó un TLC bilateral con Beijing.

Esta tercera gira de Hu por la región que incluyó a Costa Rica, Cuba y el Perú marca una nueva etapa en las relaciones de China con América Latina, ahora caracterizadas por un interés político sumado al económico.

Costa Rica es la puerta de ingreso de la diplomacia china a Centroamérica conquistada por Taiwán, Cuba es el gran aliado ideológico en la región, y Perú, otro país que se reafirma para efectos políticos como "gran amigo de China", un punto crucial de la política diplomática china.

No ha sido coincidencia que antes de la gira de Hu, se presentara el Libro Blanco sobre América Latina y el Caribe, en el cual China fija las pautas que seguirá para incrementar sus relaciones de todo tipo con la región. En el documento también se indica que Beijing buscará aumentar con cada país la colaboración en temas de defensa y seguridad.

El recorrido de Hu por Latinoamérica terminó en Lima, anfitriona del APEC. El foro ha tenido lugar en plena crisis financiera mundial, cuando algunas economías consideradas sólidas como la japonesa ya han entrado en recesión y otras naciones podrían hacerlo el próximo año.

En esta coyuntura, China, la economía emergente más importante del mundo y con previsiones de expansión pese a la turbulencia global, se comprometió a asumir un rol más activo y responsable. Es evidente el traspaso del centro económico mundial desde Occidente a Oriente y desde el Atlántico hacia el Pacífico. Esto último beneficia a los países miembros del APEC como Perú.

Y la marea económica arrastra siempre a la política. China intenta no caer en la tentación de convertirse en una potencia unilateral y apuesta por un reparto del poder, dinero y responsabilidades. En la última fecha del foro, China y Rusia sostuvieron una reunión bilateral donde el mandatario chino pidió fortalecer la cooperación estratégica.

Un informe del principal órgano de inteligencia estadounidense predice un mundo fragmentado en el 2025, con menor peso de EE.UU. y mayor influencia de países emergentes como China, India y Brasil. Advierte que en el contexto de esta crisis financiera, el rol del Estado en la economía ganará más importancia en todo el mundo. En ese sentido, el modelo chino podría ser visto como una alternativa.

China aporta ya más de una cuarta parte del crecimiento global, y si a esto se le suma Rusia e India, los tres países representan la mitad de la expansión económica del planeta. El Fondo Monetario Internacional ya ha puesto en duda el liderazgo de EE.UU. como principal motor de la economía mundial. Los tiempos cambian.

Japón espera que otros países ayudenEl primer ministro japonés, Taro Aso, hizo un llamado a los países con reservas importantes para que presten dinero al Fondo Monetario Internacional con la finalidad de que ayuden a los países emergentes.

Japón ofreció un préstamo de 100.000 millones de dólares al FMI y también crear un fondo de 3.000 millones de dólares, junto con el Banco Mundial (BM), para capitalizar los bancos de Asia y Latinoamérica.

En conferencia de prensa realizada en el Centro Cultural Peruano-Japonés de Jesús María, el jefe del Gobierno nipón recalcó que ern necesarias medidas macroeconómicas para fortalecer la cooperación financiera y solucionar la actual crisis global.

EL DATO. China es ahora el principal tenedor de bonos del Tesoro de EE.UU., superando a Japón. En setiembre, China contaba con títulos del Tesoro estadounidense por 585.000 millones de dólares.

El Comercio
24-11-08

domingo, 23 de noviembre de 2008


¿CUÁL ES EL INTERÉS
CHINO EN AMÉRICA LATINA?

James Painter
BBC Mundo

En los últimos años, China ha aumentado su inversión en Costa Rica.El presidente de China Hu Jintao no ha estado en América Latina desde 2005.

Sin embargo, su presencia en la cumbre de APEC -que tiene lugar este fin de semana en Lima- y su visita a Costa Rica y Cuba, han puesto de manifiesto la profundización del compromiso de

China con la región

Pero, ¿cuál es exactamente el interés de China en América Latina?

La última visita de Hu durante una reunión de APEC, en noviembre de 2004, generó un gran entusiasmo en cuanto a la participación de la floreciente economía china en la región.

Se dice que Hu afirmó en esa ocasión que esperaba que su país invirtiera unos US$100.000 millones en América Latina en los próximos 10 años.

Más tarde el gobierno chino corrigió esa aseveración: US$100.000 millones en comercio bilateral, no en inversiones. Esta cifra se alcanzó antes de lo esperado el año pasado, y representa un gran salto en comparación con los US$13.000 del año 2000.

Responsable

Todavía sigue siendo menos comparado con el comercio con Estados Unidos (US$560.000 millones) o con la Unión Europea (US$250.000 millones), pero la tendencia es significativa. China compra cada vez más materias primas como petróleo, minerales y soja o soya a América Latina.

China quiere demostrar ahora que es un accionista responsable en la región

"China quiere demostrar ahora que es un accionista responsable en la región", afirma Dan Erikson, especialista en las relaciones entre China y América Latina de Diálogo Interamericano.

"China tiene en América Latina la imagen de 'mercantilista' o de estar interesada solamente en adquirir materias primas. Ahora quiere mostrar que está interesada en el desarrollo de América Latina a largo plazo".

Socio crucial

Cada vez más China compra materias primas a América Latina. China sacó su primera política por escrito para América Latina a principios de mes. Si bien este documento es poco específico, tiene como fin mostrarle al mundo que su interés por la región es serio. Con anterioridad publicó otros documentos semejantes sobre la UE en 2003 y sobre África en 2006.

Como señal de su interés a largo plazo, los analistas mencionan los nuevos acuerdos de libre comercio (TLC) entre China y algunos países de América Latina:

Chile fue el primer país no asiático en firmar un TLC con China en 2005

Esta semana concluyó con éxito un acuerdo de libre comercio entre China y Perú

Un tercer acuerdo bilateral entre Costa Rica y China está en proceso de negociación

Ciertamente, las relaciones comerciales se han expandido para algunos países de América Latina desde la última visita de Hu Jintao. Para dos de los tres miembros latinoamericanos de APEC, Perú y Chile, China se ha transformado en un socio comercial crucial.

Según cifras de la ONU, en 2007, cerca de un 40% de las exportaciones chilenas fueron para Asia, principalmente para China. Para Perú, la cifra es 19%.

Con México, poco

El gobierno peruano está interesado en ahondar las relaciones comerciales, en parte con la esperanza de que el continuo crecimiento de China pueda ayudarlo a sobrevivir la recesión global.

El vicecanciller peruano, Gonzalo Gutiérrez, describió la visita de Hu a Perú -la primera de un presidente chino- como de "mayor importancia".

Sin embargo para México, el tercer integrante latinoamericano de APEC, la importancia relativa de Asia sigue siendo menor (Asia representa un 3% de sus exportaciones), debido a los vínculos estrechos que tiene con la economía estadounidense. Y el comercio que existe, es en gran medida a favor de China.

En 2007, México entró en un déficit comercial de US$28.000 millones con China. "Por cada US$30 de bienes chinos que importa México, México sólo exporta US$1 de bienes mexicanos a China", dice Erikson.

Infraestructura

Algunos gobiernos latinoamericanos se quejan de la poca inversión directa de China en la región, que es mucho menor que la de EE.UU. y la UE. La cifra oficial es más de US$20.000 millones, pero los críticos sostienen que mucho de este dinero se va a los paraísos fiscales.

Cuba y China han firmado acuerdos de cooperación técnica y económica. De acuerdo a cifras de la embajada china en Washington, a comienzos de 2008 sólo unos US$2.000 millones son inversiones directas en industrias de extracción como la del petróleo y minerales.

"La inversión en infraestructura, por ejemplo", dice Erikson, "ha sido muy decepcionante".
Osvaldo Rosales, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de la ONU (CEPAL), le dijo a la BBC que existía una "profunda asimetría entre el creciente comercio entre China y
América Latina y el bajo nivel de la inversión china".

Pero Rosales culpa a los gobiernos latinoamericanos por la falta de proyectos de inversión bien elaborados para que China pueda invertir.

No es burla

Algunos analistas creen que a pesar de la incomodidad que generan las relaciones estrechas que China mantiene con Cuba y Venezuela, Washington no está excesivamente preocupado por la creciente influencia y presencia de China en América Latina.

La visita del presidente Hu a Cuba fue primordialmente por temas comerciales y para reunirse con Raúl Castro, más que para burlarse de EE.UU.

Cuba es también un aliado importante en una región en la que muchos mantienen relaciones diplomáticas con Taiwán. Once de los 23 países que todavía reconocen a Taiwán se encuentran en América Central y el Caribe.

Muchos se sorprendieron cuando Hu Jintao eligió ir a Costa Rica y no a Brasil, por ejemplo, el mayor socio comercial de China en América Latina. Pero Costa Rica fue honrada con una visita presidencial (y un nuevo estadio de fútbol) por su decisión el año pasado de reconocer a China.
Fue el único país de América Central que lo hizo.

Si bien China está obviamente interesada en llegar a un acuerdo sobre petróleo con Venezuela, ha demostrado que no quiere quedar en medio de ninguna tensión entre el presidente Hugo Chávez y el gobierno de EE.UU.

Perú le dio una calurosa bienvenida al presidente chino. Aparentemente, Washington no objetó que China pase a ser miembro de la junta directiva del Banco Interamericano de Desarrollo y que tenga el estatus de observador en la Organización de Estados Americanos (OEA).

"Hasta el momento, es ampliamente aceptado que China trate de actuar en la región con moderación y prudencia", escribió recientemente Gonzalo Paz, catedrático de la Universidad de Washington.

La profundización de la crisis económica tendrá sin duda un influencia importante en cómo se desarrolla la siguiente etapa.

21-11-08

RELACIONES
ASIMÉTRICAS

Redacción
BBC Mundo

El presidente de China, Hu Jintao, inició el lunes una gira por varios países de América Latina para firmar acuerdos comerciales y fortalecer la influencia económica y política de su país en la región.

Acompañado por una delegación de aproximadamente 500 personas, el mandatario chino visitará también Cuba y Perú.
La visita ha levantado expectativas económicas en la región, pero según algunos analistas para la gran mayoría de los países latinoamericanos el explosivo crecimiento de China hasta ahora no se ha traducido en el gran negocio que muchos auguraban para América Latina.
Uno de ellos es Harmut Sangmeister, profesor de teorías del desarrollo del Instituto Ciencias Económicas de la Universidad de Heilderberg y autor del estudio "La conexión china: Los intereses económicos chinos en Latinoamérica", a quien Sergio Correa entrevistó para BBC Mundo.
¿Cómo cree que funcionará el intercambio económico entre China y Latinoamérica después de la crisis financiera?
La visita a Cuba del presidente Hu Jintao seguramente tiene el gesto de mostrar que China no teme visitar a un viejo amigo conocido frente a las puertas de Estados Unidos El crecimiento económico en China se retraerá notoriamente, es decir, que su demanda de materias primas en Brasil, Perú, Chile, Argentina, etc. bajará.
El precio de esas materias primas se ha reducido casi a la mitad en las últimas semanas, y aún más en el caso del hierro, lo que tocará fuertemente a las exportaciones de ese metal de Brasil a China.
En suma, afectará notoriamente a los países latinoamericanos que exportan materias primas a China.
¿Quién puede ganar y quién perder en Latinoamérica negociando con China?
Las relaciones comerciales de América Latina con China son muy asimétricas.
Un ejemplo paradigmático es México y algunos países centroamericanos, que compiten mundialmente con China en bienes como zapatos, juguetes, textiles poco elaborados, productos en los que China tiene la ventaja de tener salarios más bajos.

Varios países de la región reconocen a Taiwán, lo cual enfría las relaciones con China.Eso no va a cambiar en los próximos años porque los chinos no quieren reajustar el valor de su moneda, una demanda que han hecho muchos países pero que a China no le conviene porque con eso perdería ventajas competitivas.
Por otro lado, países como Brasil o Chile, a través de sus acuerdos de libre comercio con China, han conseguido beneficiarse y exportar bastante más que sólo materias primas a China.
Pero si se toma en cuenta al continente en general, la balanza comercial favorece a China.
En el año 2004, el saldo era aún positivo para Latinoamérica, llegaba a casi US$4.000 millones, pero ya en el año 2006 China consiguió revertirlo y venderle a la región unos US$700 millones más de lo que compró.
En general, las esperanzas y el entusiasmo inicial en Latinoamérica como región con el comercio con China ha caído: no se ha beneficiado realmente en su comercio con China, por lo menos hasta ahora.
Por países, es distinto. Brasil, por ejemplo, tiene un saldo positivo.
Pero creo que en general esa tendencia a favor de China no cambiará, porque las materias primas se están volviendo más baratas.
¿Qué posibilidades tiene entonces Latinoamérica para volverse más competitivo frente a China?
¡Invertir en educación, invertir en educación, invertir en educación!
Esa es la posibilidad de Latinoamérica para competir en el mercado de los productos medianamente elaborados, como textiles y juguetes. Aunque eso lo van a hacer en cualquier momento otros países de Asia o África.

La pérdida de fuerza de la economía china podría afectar a la región.Latinoamérica tiene que dar ese enorme paso hacia adelante, cambiando su estructura productiva.
Además, a la región le faltan técnicos especializados.
China está formando actualmente muchísimos ingenieros y graduados en ciencias naturales y eso se está volviendo una ventaja para ellos.
La formación técnica en Latinoamérica es comparativamente muy pequeña. Hay muchos egresados de las facultades de ciencias sociales o economía, pero comparativamente muy pocos en ingeniería, con la única excepción de Costa Rica.
Usted menciona en su estudio que para los inversionistas Latinoamérica tendría algunas ventajas frente a China...
China tiene una corrupción endémica. Claro que también la hay en Latinoamérica, pero nunca en las dimensiones de China, especialmente en las cúpulas de la administración.
Eso hace encarecer enormemente los negocios y los hace muy inseguros.
Además, la justicia en China depende completamente de las indicaciones políticas.
Muchos intentos de joint ventures (negocios con capitales compartidos) entre empresas occidentales y chinas, han terminado en que la parte china simplemente deja fuera a la occidental apenas el negocio funciona.
Por otro lado, la educación china está muy dirigida a repetir: aprenden de memoria y reproducen las cosas, un estilo muy ligado a las enseñanzas de Confucio. Pero lo que se necesita en el mundo moderno para ser competitivos es independencia y creatividad.
El presidente chino visitará Perú para asistir a la cumbre del Foro de Cooperación del Asia-Pacífico (APEC) y viajará también a Costa Rica para fortalecer vínculos tras la "reciente" reanudación de las relaciones diplomáticas (en junio de 2007). Pero, ¿por qué visita Cuba?
La visita a Cuba del presidente Hu Jintao seguramente tiene el gesto de mostrar que China no teme visitar a un viejo amigo conocido frente a las puertas de Estados Unidos.
Pero no pasa de ser un gesto, ya que China no se ha comprometido especialmente en la ayuda al desarrollo de Cuba.
Además, para Cuba, China, que definiría como capitalismo monopolista estatal, no es un ejemplo a seguir. Al mismo tiempo que China valora la dirección económica de Cuba de manera muy crítica.
18-11-08