lunes, 13 de octubre de 2008

EL RESGUARDO DE
LA RENTA FINANCIERA


SERGIO ARELOVICH

Estamos ante una situación de conmoción, a la que llamamos crisis, aunque no todos tenemos el mismo concepto acerca de lo que significa el término ni de su magnitud. La prensa difunde y la opinión pública reproduce indicadores de la crisis esencialmente asociados con el comportamiento de las bolsas. Se hace evidente que estos indicadores son insuficientes para mostrar lo que está ocurriendo, por lo que junto a los indicadores de la crisis hay una crisis de los indicadores o de lo que ellos dicen y no dicen.

Si bien los signos de la crisis se asocian casi exclusivamente al comportamiento de determinados mercados financieros, hay un impacto creciente sobre la economía real, sobre la producción y el consumo. Y en buena medida está explicado por la relevancia que tiene el comercio intrafirma, esto es las mercancías que circulan dentro de un mismo conglomerado empresario a nivel mundial, estimadas en más de un 40 por ciento del comercio internacional y por el efecto que ha tenido la incorporación como activos financieros de la especulación en el mercado de determinadas commodities.

No se trata de un fenómeno que ocurra en los países centrales sin repercusión en el resto del mundo. El grado de internacionalización de las relaciones sociales o si se prefiere el tenor alcanzado por el proceso de mundialización hace que los efectos lleguen —aunque con heterogeneidad— al mundo entero.

Verdaderos damnificados

   Los jubilados helvéticos tendrán que absorber unos treinta mil millones de francos suizos de pérdida, los fondos de pensión en México han perdido más de 6.000 millones de dólares por las colocaciones en la bolsa de valores, las AFP chilenas llevan contabilizados 20.000 millones de dólares de pérdida en los fondos administrados, las AFJP en Argentina registran una caída mayor al 30% en términos reales, respecto del fondo de jubilaciones y pensiones.

   El plan de salvataje aprobado por el Congreso de los Estados Unidos y replicado en algunos países europeos, lo es con destino al sistema financiero (entidades y staff gerenciales) y esto hay que tenerlo muy claro. No se trata del salvataje de los más de cuatro millones de deudores hipotecarios afectados en Estados Unidos, ni de los titulares de las cuentas de ahorro de los fondos jubilatorios pulverizados por la caída de la cotización de sus carteras en el mismo país. El fondo de jubilaciones de los maestros de Ohio perdió el 70% de sus activos por tener papeles de Fannie Mae y Freddie Mac.

   La deuda pública estadounidense crecerá hasta comprometer más allá del 70% de su PBI en 2009. Superará la marca más alta desde 1950. Y el déficit fiscal proyectado para el mismo año será equivalente a 10 puntos del PBI, todo ello según estimaciones de la agencia calificadora de riesgo Fitch.

   La mayor deuda subprime no es la cartera hipotecaria de alto riesgo, es la deuda pública de Estados Unidos. Es probable entonces que en 2009 Estados Unidos sea el país más endeudado respecto de su producto, superando a Alemania y Francia. A ello hay que sumar que 2008 probablemente bata un nuevo récord en el déficit de la balanza comercial de Estados Unidos (exportaciones menos importaciones) equivalente aproximadamente al monto ampliado del salvataje anunciado (850 mil millones de dólares).

Financistas de la política

   El capitalismo realmente existente en Estados Unidos, está atravesado por una doble influencia política: la financiera y la militar y éste es el interés que pretenderá prevalecer en cada una de las medidas de política pública. Sólo la transformación de la ira del público —vista ésta última semana en las audiencias en el congreso— en acciones políticas, pueden atenuar o revertir tal pretensión.

   Basta revisar el origen de la financiación de las campañas políticas en Estados Unidos de republicanos y demócratas, para tomar dimensión del asunto. Goldman Sachs contribuyó en forma directa o indirecta con 700.000 dólares para la campaña de Obama. Henry Paulson, actual secretario del tesoro de Bush y arquitecto del salvataje, antes de serlo fue director y consultor de dicha compañía. Mc Cain recibió en promedio 200.000 dólares de Merril Lynch, Citigroup, Morgan Stanley y Goldman Sachs.

   Los 95 demócratas que se opusieron al rescate recibieron en promedio un 78% menos de contribuciones que los 145 que votaron por el si (Fuente: Michael Hudson en Sin Permiso).
El refugio de valor

   No hay que olvidar que llamativamente el refugio buscado por especuladores y gobiernos lo es en bonos del Tesoro del gobierno estadounidense. Esta es la paradoja: como el dólar sigue siendo la moneda mundial, la deuda pública de Estados Unidos es en moneda local y es el único caso en el que el deudor fija la tasa de interés unilateralmente. La pregunta es ¿cuánto más va a vivir este estado de cosas?

   Al respecto, hay que tener presente lo ocurrido a partir del 15/8/1971, cuando el entonces presidente Nixon anunció la inconvertibilidad del dólar. Es previsible la posibilidad de una jugada de envergadura aún mayor, con efectos devastadores para el ahorro en bonos del Tesoro, lo cuál afectará el poder de compra de las reservas de buena parte de los países llamados emergentes, principalmente China.

   La metáfora de la mano invisible, utilizada por Adam Smith en su obra cumbre de 1776, mostró nuevamente que sólo es una ilusión en el escenario del capitalismo modelo siglo XXI y un recurso argumental —socialmente inadmisible— para asegurar más ganancia a los que más ganan. Y el dilema no es entonces más o menos Estado, sino Estado para qué y para quiénes.

El autor es economista, profesor de Economía Política en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).

La Capital.com.are
12-10-08

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