NUEVO PREMIER,
¿NUEVA ECONOMIA?
HUGO LEZAMA COCA
Es indudable que el terremoto financiero mundial ha tenido repercusiones en el reducido ámbito financiero nacional; sin embargo, las movidas de la bolsa, del tipo de cambio y otras repercusiones financieras no han eclipsado la debacle del gabinete ministerial que por espacio de 800 días y algo más había permanecido fuerte, soberbio y en algunos casos bastante grosero en su tratamiento de las demandas de los diferente sectores sociales, como el de los médicos. Los llamados petro-audios han sido tan fulminantes como los videos del gobierno de Alberto Fujimori.
El resultado es un nuevo gabinete ministerial, del cual se espera que establezca nuevas relaciones y nuevas tareas, que el anterior las debilitó o nos las quiso atender; a pesar de saberse que ese equipo gubernamental se manejará en un mar de dificultades que la crisis financiera mundial ha comenzado a expandir como la lava de un silencioso volcán, que albergó en sus extrañas la mayor erupción financiera de los últimos 90 años, más exactamente desde la crisis del 29. Con lo cual la tarea no será nada fácil.
¿Que dificultades afronta la economía nacional? Después del espectacular crecimiento del producto bruto interno (PBI) y de las exportaciones durante los últimos años, la economía basaba su crecimiento en la expansión de la economía mundial, de sus acuerdos comerciales con países industrializados y de un socio inesperado pero importante: China. Cuando aparecieron los primeros brotes de la crisis actual saltaron a la palestra los ayayeros de siempre, a manifestar que la crisis no nos alcanzaría, que estábamos blindados, y que no dependíamos en demasía de la economía norteamericana principal centro de la crisis como para sufrir las consecuencias del terremoto.
Conforme han pasado los días y se manifestaban los efectos devastadores de esta crisis en otras latitudes, principalmente Europa, esos mismos personajes: neoliberales de todo pelaje, fundamentalmente aquellos a los que les repulsa todo lo estatal, comenzaron a manifestar que la crisis mundial tendría efectos en nuestra fortalecida economía; claro está que con sus matices: desde los que manifiestan que como nunca estamos preparados para afrontar el tsunami, hasta los que reclaman prudencia en el manejo de nuestra reservas, del superávit fiscal, y del plan de ahorro del gasto fiscal.
Por supuesto que quien sabe que la crisis sí nos afectará es el Ministro de Economía y Finanzas, que ya maneja todo un plan para mitigar los efectos de la crisis, y su institución, el FMI debe haberlo puesto al tanto de la magnitud del golpe; y quiere curarse en salud de la única manera que saben hacerlo los funcionarios de esa entidad internacional: enfriando la economía para no disparar los precios, no gastar, o recortar el gasto público. Ortodoxia que conocemos y de la que ya sabemos sus resultados: desempleo, inacción en el sector estatal, y pobreza, más pobreza.
En las siguientes líneas vamos a tratar de explicar de manera sencilla ¿Cómo es que nos afectará esta crisis? Y vamos a tratar de explicarlo recurriendo a la composición del Producto Bruto Interno por el lado del gasto, que como conocemos tiene cuatro componentes: Consumo, Inversión, Gasto del gobierno y el Sector Externo, es decir la actuación de las familias, los empresarios, el gobierno y el resto del mundo.
El consumo de las familias peruanas que esta en función de los ingresos disponibles, de las transferencias del sector público y de la riqueza que está a su vez compuesta de los ahorros, de sus inversiones y de los ingresos provenientes de las remesas de sus familiares que trabajan en el extranjero, va a sufrir mermas en casi todos los frentes.
En primer lugar, el actual Ministro de Economía y Finanzas ha cerrado la posibilidad de aumentos de sueldos para la mayoría de los trabajadores estatales, y de seguro no moverá ni un dedo para incrementar el salario mínimo en el sector privado, con lo cual, a pesar de la subida de los precios o inflación, los salarios sufrirán un deterioro que se verá reflejada en un menor consumo.
En segundo lugar hasta ahora no se reglamenta el cambio de los trabajadores bajo el rubro de servicios no personales –SPN- al nuevo régimen de contratos administrativos de servicios – CAS – que permitiría que el Estado asuma los costos de la seguridad social de sus empleados; las transferencias también sufrirán el recorte que dejará a los trabajadores SNP a la suerte de curarse con sus propios recursos.
En tercer lugar, como producto de la crisis, las remesas de los peruanos en el exterior van a sufrir de seguro un recorte de gran magnitud, es decir los US $ 3 000 millones que se repatriaron según cifras oficiales en el año 2007, se reducirían a niveles de seguro que mínimos.
Esta mirada ligera a la variable Consumo, y su reducción, evidentemente afectarán al sector productivo, específicamente el orientado al mercado interno, que reaccionará de la manera que todos conocemos, reduciendo sus niveles de producción y por ende afectando al empleo.
¿Y que ocurrirá con la Inversión? ¿se apoyará como hasta ahora en el sector Construcción? Por lo pronto el gobierno tiene la intención de reducirla, lo que ha originado la protesta de los gobiernos regionales.
Del Gasto del gobierno ya todos conocemos como el ministerio del jirón Junín ha implementado una serie de recortes al presupuesto del 2008 para frenar el gasto público, que van desde congelamiento de sueldos y salarios, menos gastos en bienes y servicios, hasta postergación o reducción del gasto en obras públicas.
Y por último, el sector externo verá sus efectos en una menor compra de productos peruanos, indudablemente que los niveles de mas de US $ 25 000 millones será difícil de mantenerlo. Hemos visto en estos últimos días que, a excepción del oro, casi todos los metales que exportamos han disminuido sus precios.
Sí esta serie de variables que hemos revisado sufrirán un inevitable deterioro como producto de la crisis mundial, ésta es la prueba palpable de que vamos a ser presa de los embates de la economía mundial. Ante esto, ¿qué debe hacer el nuevo gabinete ministerial? ¿mantener la política del ministro de Economía y Finanzas actual? ¿cambiar el enfoque hacia una política de gasto e inversión que priorice el bienestar de la mayoría de los peruanos, que ve en esta crisis mundial y en la política nacional de mitigación, la sempiterna postergación de mejorar sus niveles paupérrimos de vida, a pesar de los éxitos macroeconómicos que exhibe este gobierno? He ahí el desafío del nuevo gabinete.
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