sábado, 25 de octubre de 2008


Nelson Manrique
EL FMI SIGUE
TENIENDO EL CONTROL
Efraín Rúa

Los anunciados cambios del gabinete Simon no van a ser sustanciales, según advierte el analista Nelson Manrique, para quien otro de los obstáculos que habrá de enfrentar el nuevo jefe del gabinete de Alan García va a ser el de la lucha contra la corrupción, pues ésta corroe al gobierno de pies a cabeza.

El presidente le planteó tres retos a Yehude Simon: enfrentar la crisis internacional y luchar contra la corrupción y la pobreza ¿Podrá salir airoso de esa tarea?-

Un primer problema es que este gabinete repite lo que era el gabinete anterior.

¿No observa cambios de política?

Lo que quiero decir es que se ha dejado a 10 de 16 ministros.

Si nos atenemos a la percepción ciudadana (me estoy refiriendo a la encuesta de la Universidad Católica) la mayoría de la población cree que el problema de corrupción involucra a las más altas esferas, incluido el presidente García y, por lo tanto, tiene responsabilidad en lo ocurrido. Lo que genera escepticismo es que al señor León Alegría se le dejó huir y hay que preguntarse si hay una verdadera voluntad moralizadora en el gobierno. No dudo de la honestidad personal de Yehude Simon y los que han ingresado con él: el doctor Ugarte y Carmen Vildoso, pero la pregunta es si van a poder moralizar sino tienen el respaldo político para hacerlo. Lo que hay es una intención de encubrir.

¿O sea que no habrá cambios significativos?

Si nos remitiésemos a la tradición anglosajona de justicia, Jorge del Castillo estaría condenado porque jurídicamente la palabra tiene mucho peso. Cuando casi destituyen al presidente Clinton no fue por su aventura con Mónica Lewinsky, sino por haber dicho que no había tenido relaciones con esa mujer. Lo salvo el tecnicismo de que había debate sobre si era una relación sexual cuando no había habido penetración, pero si no fuera por eso, habría sido destituido.

Entonces ¿los mayores problemas de Simon van a ser con el entorno del gobierno?

Eso creo. En el tema de corrupción que es el más sensible, no creo que tenga el respaldo político imprescindible para salir adelante.

En los otros dos retos que tienen vinculación. El de la crisis internacional y el de la lucha contra la pobreza, ¿Simon podrá hacer algo?

Creo que de todas maneras es importante que haya un cambio de estilo en la relación del gobierno frente al estilo confrontacional y de mecedora de Jorge del Castillo. Ese de conversar, llegar a acuerdos y firmar actas que nunca se cumplen. Espero que la gestión de Yehude implique un cambio significativo, pero en relación a la pobreza y la crisis internacional, el problema de fondo es el modelo económico. No creo que haya ningún intento para cambiar el modelo.

Y Luis Valdivieso sigue en el Ministerio de Economía…

-Es el Fondo Monetario Internacional que sigue manejando la economía y ese es el límite básico que va a tener este gabinete o cualquier otro gabinete.

Las protestas sociales han sido continuas en los últimos meses. ¿Eso se convertirá en una espina para el nuevo premier?

Es un problema de plazos. Si uno revisa la prensa internacional, el Wall Street Journal, llega a la conclusión de que la crisis internacional se va a producir de todas maneras y que no hay manera de evitarla. La recesión nos va a golpear y fuerte. Eso va a suceder.

¿Y le va a estallar al gabinete Simon?

Lo que creo es que la crisis acelera todos los procesos políticos. El problema es quién paga los platos rotos. El objetivo de los que han medrado con este modelo es que el pueblo pague los platos rotos. De la capacidad de movilización y organización popular, dependerá que esto no sea así.

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